Analizamos la importancia del centrocampista francés en el triunfo del Oviedo ante el Alavés y lo que todavía puede aportar al equipo azul
16 ene 2023 . Actualizado a las 19:07 h.A lo tonto, sin hacer mucho ruido y tras superar la lesión muscular que le tuvo lejos de los terrenos de juego durante 13 jornadas, ya se puede decir que Koba Leïn ha sido fundamental en el último mes de competición del Real Oviedo. Han sido chispazos, sí, pero pocos futbolistas de Segunda División pueden tener tal influencia en los resultados cuando su influencia en el juego -ni los minutos disputados- no ha sido ni mucho menos constante. Penalti provocado ante el Sporting, asistencia desde la esquina frente a Granada y Andorra y otro pase de gol en el triunfo del viernes ante el Alavés. El talento del internacional francés es evidente, ahora es misión de Álvaro Cervera que la pierna zurda de Koba y su Real Oviedo vayan de la mano.
El Oviedo de los centrocampistas
Koba pisó el césped del Carlos Tartiere cuando la grada del municipal ovetense empezó a oler la sangre. El Alavés se acababa de quedar con diez y Cervera apostó por el joven francés para que ocupase ese espacio intermedio entre la punta de ataque y el centro del campo. Obeng se desplazó a la banda derecha y Koba completó el cuadrado -o el rombo- de mediocentros que el técnico azul se inventó sobre la marcha.
Con Luismi, Mangel, Montoro y el propio Koba sobre el césped, al Oviedo le seguía costando avanzar a través del pase, pero sí asumió la superioridad numérica y pasó a controlar el juego a través del balón. Montoro partía de la banda izquierda, pero no se cortaba a la hora de irse hacia dentro e incluso liderar la salida de balón azul, dejando el costado entero para Bretones y con Mangel y Luismi a su lado. Ahí se empezó a edificar el momento clave de los oviedistas.
Lo que falta por asentar y el chispazo
Como viene siendo habitual cada vez que Koba se ubica cerca de Borja Bastón, al francés le costaba aparecer en los ataques posicionales del Oviedo. Al margen de que el Alavés se encerrase muy bien y tapase las líneas de pase, el número de efectivos azules en la medular impedía a Koba bajar a recibir, así que tenía que esperar su turno. Y ahí hay dos problemas: ni el Oviedo es un equipo que domine las alturas a la hora de tener el balón ni el propio jugador está tan acostumbrado a moverse por dicha zona. ¿Resultado? Los azules no encontraban a Koba, que casi siempre intentaba aparecer cerca de la banda diestra.
Pero el momento llegó. Tras un ataque del Alavés, el juego volvió a los centrales visitantes y fue ahí cuando Koba inició una presión que Bastón acompañó. Los azules forzaron un mal pase de Maras, el balón le cayó a Luismi y el conjunto de Luis García Plaza ya estaba desordenado. Koba se escoró a la derecha y recibió el pase del '5' oviedista. Con el espacio suficiente, el desequilibrio natural del francés salió a la luz: el centrocampista recibió con la marca de Duarte algo despejada, se fue del lateral, superó en la conducción a Salva Sevilla y Sedlar solo le pudo parar con falta.
La ocasión ya estaba creada y, tras el desequilibrio, faltaba que otra de las grandes cualidades de Koba saliese a la luz: su zurda. El golpeo de la falta, lanzado desde más cerca del centro del campo que del área del Alavés, fue directo a la cabeza de un Tarín que se encargó de cabecear el balón a la escuadra. 1-0 y a facturar, debió pensar Álvaro Cervera. Y así fue.
Experto en arañar segundos
Donde Koba sí está resultando ser influyente en el juego del equipo es con marcador a favor. En ese momento, donde cada segundo es importante a la hora de disminuir la reacción del rival, el centrocampista azul aparece y pone al servicio del conjunto su temple sobre el césped. Ante el Alavés, volvió a recibir en inferioridad numérica, supo proteger el balón y sacar ese tipo de faltas que desesperan a los oponentes y la grada celebra como si fuese un saque de esquina.
En el apartado de llegadas, aspecto del juego en el que el Oviedo le va a necesitar si su demarcación habitual va a ser la mediapunta, Koba solo sumó una aparición en el área. Fue cuando Bastón y Sequeira se inventaron una ocasión en banda derecha y el argentino encontró atrás al francés, cuyo disparo se encontró con Laguardia. Es el turno de Cervera. Parece complicado que Koba vaya a pisar mucho la base de la jugada en su Oviedo, así que es necesario encontrarle un lugar -y una forma de jugar- para que su talento pase de aparecer a cuentagotas a ser uno de los más determinantes de toda la categoría.