¿Qué le pasa a Blanco Leschuk?

Pablo Fernández OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Blanco Leschuk celebra uno de sus goles al Tenerife
Blanco Leschuk celebra uno de sus goles al Tenerife Real Oviedo

Analizamos el momento del delantero del Real Oviedo, su influencia en el juego de los azules durante la temporada y sus cifras de las últimas jornadas

27 feb 2021 . Actualizado a las 08:26 h.

Real Oviedo-Real Sporting, jornada 5 de Segunda División. En tan solo diez minutos, Gustavo Blanco Leschuk ya había mostrado qué delantero era y qué podía aportar al conjunto carbayón. Toché y Ortuño eran asesinos del gol, delanteros que necesitaban muy poco para tener la oportunidad de encontrar red, mientras que Joselu era un ariete que encontraba en los espacios y en el juego de transiciones su mejor hábitat. El Tiburón era otra cosa, un tipo de '9' que no había tenido el conjunto azul desde que regresó al fútbol profesional. 

Las primeras semanas

Leschuk condicionó al Real Oviedo desde aquel derbi ante el Sporting, su primer encuentro con la camiseta carbayona. Y lo condicionó para bien. El ataque del equipo de José Ángel Ziganda estaba en construcción y encontró en el Tiburón un recurso que le garantizaba esa palabra que tantos entrenadores buscan para su juego: continuidad. El argentino era el principal receptor del juego directo azul, algo que empezó siendo una opción y se acabó transformando en norma. A partir de esa premisa, el Oviedo evolucionó. El ariete recibía, instalaba al equipo en campo rival y encontraba a un compañero de azul.

Adaptarse a ese pívot llamado Gustavo Blanco, juntarse a su alrededor para ganar metros y optar a llevarse las segundas jugadas. A partir de ese momento, cocinar el ataque. Poco a poco, los carbayones se alimentaron del ariete para crecer. Quizás ahí comenzó la dependencia, ya que Leschuk empezó a ser mucho más importante en la construcción del juego que en la finalización. A los de Ziganda les costó, ya que el delantero firmaba grandes encuentros pero el Oviedo no ganaba. Hasta que lo consiguió en Las Palmas. Y goleó al Castellón. En Zaragoza, victoria y primer tanto del Tiburón. La influencia del argentino era absoluta y, además, el conjunto del Cuco ya carburaba. 

Gráfica que relaciona los duelos aéreos por 90 minutos disputados con el porcentaje de duelos aéreos ganados
Gráfica que relaciona los duelos aéreos por 90 minutos disputados con el porcentaje de duelos aéreos ganados Smart Scouting Club

Este gráfico elaborado por Smart Scouting Club, especialistas en el análisis del 'big data', muestra a la perfección la importancia de Blanco Leschuk en el juego directo de los azules. El argentino protagoniza 14,8 duelos aéreos por partido y sale vencedor en casi un 50% de los mismos. Solo Carrillo y Barreiro (Lugo) y Cubillas (Castellón) protagonizan más acciones en el juego directo. Y solo estos tres jugadores, además de Yacine Qasmi (Rayo), tienen mejor porcentaje de duelos ganados que Leschuk. 

Mientras que la zona de influencia de Djurdjevic, RDT, Sadiq o Rubén Castro, los grandes delanteros de la categoría, está más cerca del área que del centro del campo, la de Blanco Leschuk está marcada por los lugares en los que recibe los envíos largos que le mandan sus compañeros. En el área, a excepción de las jugadas a balón parado, poco. La zona roja, la más caliente y que indica en qué lugar toca el balón cada futbolista, no engaña.

Mapa de calor de Blanco Leschuk. Temporada 20/21
Mapa de calor de Blanco Leschuk. Temporada 20/21 SofaScore

El crecimiento de la segunda línea, el instinto de nueve y la mala racha

Tras 25 jornadas, Marco Sangalli suma cinco tanto y está a un solo tanto de igualar su mejor cifra goleadora en Segunda División. Nahuel Leiva protagoniza un caso idéntico, ya que ya ha marcado cuatro goles y su récord en la categoría está en cinco. Por último, Borja Sánchez, que la temporada pasada alcanzó los cuatro goles, ya lleva tres. Los datos están ahí. La segunda línea del Oviedo, si nada se tuerce, acabará el curso firmando su mejor año a nivel goleador. Y la importancia de Blanco Leschuk en esto es evidente.

El conjunto carbayón, además, sabía lo que fichaba cuando apostó por el ariete argentino. Nadie en el equipo de Ziganda, quizás Sergio Tejera, jugó tan bien como Leschuk en la primera vuelta del campeonato. 4 goles en 17 jornadas fueron sus números, pero su importancia en el juego era capital. Y con eso bastaba, o al menos debe bastar. En Segunda División hay múltiples ejemplos de equipos que han realizado grandes temporadas sin tener un ariete que superase la decena de tantos. De hecho, el mejor ejemplo lo representa el Oviedo, que teniendo a delanteros como Toché (34 goles en dos temporadas) u Ortuño (14 tantos el curso pasado), nunca alcanzó los playoffs.

En general, la sensación es que Blanco Leschuk le da mucho al Oviedo y que el Oviedo le da muy poco a Blanco Leschuk. Volviendo a la estadística, el argentino da unos 3,6 toques dentro del área por 90 minutos disputados, mientras que realiza 1,7 disparos. Si en el apartado de la participación dentro del área es élite de la categoría (el que más es Abdón Prats con 3,9), hay más de 20 delanteros en Segunda División con mejores números en el apartado de disparos. Más de 20.  

Gráfica que relaciona los toques dentro del área rival por 90 minutos disputados con el número de disparos realizados por 90 minutos disputados
Gráfica que relaciona los toques dentro del área rival por 90 minutos disputados con el número de disparos realizados por 90 minutos disputados Smart Scouting Club

En su temporada y media de experiencia en Segunda División, Blanco Leschuk ha marcado 13 goles, 9 en el Málaga y 4 en el Real Oviedo. 12 de ellos llegaron tras un centro lateral. Más del 90% de sus tantos. El de Mendoza no es un asesino del área, su instinto es menor al de otros arietes y, seguramente, falle más ocasiones de las que pueda convertir, pero no está siendo aprovechado en zona de remate. El del centro lateral es un aspecto de juego que al Oviedo le cuesta explotar (ante el Fuenlabrada, el Tiburón recibió un solo balón desde el costado), siendo muchos los encuentros que han finalizado con un porcentaje de acierto en los mismos pésimo.

Analizadas todas estas variantes, ahora hay que centrarse en el último mes de competición. Unas semanas en las que el bajón de juego del Real Oviedo y del propio Gustavo Blanco Leschuk han ido de la mano. A los azules cada vez les cuesta más instalarse en campo rival y hasta el juego directo no es eficaz, ya que en muchas ocasiones el receptor es Nahuel y no el Tiburón. Por su parte, al de Mendoza los controles ya no le salen tan fluidos, le cuesta encontrar a un compañero libre y su porcentaje de duelos ganados ha descendido. No está bien y es una realidad.

Gráfica que relaciona los duelos ofensivos (sin contar los aéreos) realizados por 90 minutos disputados con el porcentaje de duelos ofensivos ganados. En naranja, Blanco Leschuk
Gráfica que relaciona los duelos ofensivos (sin contar los aéreos) realizados por 90 minutos disputados con el porcentaje de duelos ofensivos ganados. En naranja, Blanco Leschuk Smart Scouting Club

Cuando la gráfica muestra los duelos ofensivos, sin contar los aéreos, la diferencia en la influencia de Leschuk es abismal. El argentino realiza unos 9,8 por partido, un dato que superan más de 20 delanteros de la categoría. Nahuel, mismamente, está 12,3. El porcentaje de ganados está en 30,7%, cifra que en la que son mejores unos 30 delanteros de Segunda División. Volviendo a Nahuel Leiva, el rosarino alcanza el 42,7% de ganados y es top-4 de la categoría. Al Tiburón cada vez le cuesta más participar en el juego y, encima, no consigue aumentar su presencia en el área. Algo falla. 

Ante el Fuenlabrada, Leschuk protagonizó titulares, tertulias radiofónicas y mensajes en las redes sociales tras errar una clara ocasión al filo del descanso. El error fue clamoroso, pero en ese mano a mano tan mal ejecutado pesaron más sus últimas malas semanas que la presencia del portero o el defensa rival. El objetivo del Real Oviedo debe ser recuperar al Tiburón, uno de los futbolistas más influyentes en el juego de su equipo de toda la categoría, pero acercándolo al área. Un interesante reto que Ziganda y su cuerpo técnico tienen por delante. La temporada azul depende de ello.