Sangalli y Edgar personifican en El Toralín el mal encuentro del Real Oviedo
20 dic 2020 . Actualizado a las 11:10 h.El fútbol ni es una ciencia exacta ni es totalmente predecible. De ahí las pasiones que levanta entre la afición, que acude a estadios siempre con expectación sobre lo que está a punto de ver. En un partido hay muchas situaciones incontrolables para los futbolistas. Otras, sin embargo, sí que pueden ser evitadas. Es el caso de las dos amonestaciones que vieron ayer Marco Sangalli y Edgar González en los minutos finales del choque ante la Deportiva Ponferradina. Dos errores que cuestan muy caros.
Las tarjetas fueron totalmente innecesarias. Dos acciones sin necesidad alguna cuyas consecuencias pesarán en un futuro no muy lejano. El Real Oviedo estará claramente mermado en su primer partido de 2021 en el Carlos Tartiere. Una situación nada favorable para José Ángel Ziganda.
La primera amarilla fue para Marco Sangalli. A escasos segundos del minuto 90, un balón largo de Joan Femenías fue disputado por Gustavo Blanco Leschuk. Iñaki Vicandi Garrido señaló falta del argentino y fue ahí, en ese momento, cuando el donostiarra comenzó una protesta que se alargó en exceso. El colegiado terminó amonestándolo ante la frustración del extremo.
Apenas unos segundos después, otro balón aéreo termina con una falta de Edgar sobre Kaxe. El catalán impactaba con su brazo en el cuello del atacante y Vicandi Garrido no se lo piensa dos veces. Cartulina para el centrocampista. La reacción del futbolista azul es inequívoca. Apenas dos segundos después de la acción se da cuenta de su grave error.
Una protesta y una falta innecesaria. Dos acciones castigadas con sendas tarjetas que suponen que Sangalli y Edgar tengan que cumplir un partido de sanción. El rival será el Mallorca. Los baleares son actuales líderes de la clasificación con un solo partido perdido en toda la temporada. Fue el 13 de septiembre ante el Rayo en la primera jornada liguera (0-1). Además, solo han recibido cuatro goles en lo que va de curso. José Ángel Ziganda tendrá que preparar ese durísimo examen sin dos de sus piezas fundamentales por culpa de dos errores que bien pudieron evitarse.