El Real Oviedo, que volvió a encajar de penalti y a quedarse con uno menos, empata ante un Fuenlabrada que llevó el partido a un escenario en el que fue superior
22 nov 2020 . Actualizado a las 23:20 h.El mejor
Nahuel Leiva: 7. Lo tuvo complicadísimo. Ante un rival que mordía en cada centímetro del campo, los espacios desaparecieron en el pasillo interior y Nahuel tuvo que buscarse la vida cayendo a bandas. No empezó preciso el partido, pero poco a poco fue entrando en calor y asumiendo la iniciativa del ataque azul. Su gol se debe a su insistencia. Tras el descanso solo pudo trabajar sin balón.
El once
Femenías: 6. Seguro en los tiros lejanos del Fuenlabrada, no dando opción alguna en los rechaces, y en el juego aéreo, su debe estuvo en la lectura de juego. En varios balones largos a Kante y Nteka, el portero balear no midió bien y llegó tarde a la cobertura con sus centrales. Una de ellas acabó en la clara ocasión que falló Mula. Con el pie, el guardameta azul estuvo regular.
Nieto: 5. El lateral fue de más a menos y acabó sufriendo en el segundo tiempo. Combinó un par de veces con Sangalli, sobre todo en el primer tiempo, pero no acabó incorporándose como acostumbra a campo rival. Sufrió en el juego aéreo y, en el tramo final, le faltó algo de contundencia en varias acciones defensivas.
Carlos Hernández: 5. El jienense, que venía en una muy buena línea, tuvo un partido incomodísimo. Kante al espacio y Nteka en el cuerpo a cuerpo fueron un dolor y el '6' nunca tuvo un respiro. En la acción del penalti, aunque no fuese pena máxima, se confía y le regala unos segundos valiosísimos a Kante. Ya cerca del 90', Nteka le ganó la posición y solo Mossa salvó el remate.
Bolaño: 5,5. Salió mejor parado del cuerpo a cuerpo ante Kante y Nteka que Carlos, pero también tuvo sus sustos. En la jugada del penalti su colocación no es la mejor y rompe el fuera de juego. Muy serio y contundente, como su pareja en el eje de la zaga, en los centros laterales y frontales del Fuenlabrada.
Mossa: 5,5. Participa en la jugada del 1-0, pero en ciertas fases del partido los movimientos fuera-dentro de Iban Salvador le complicaron demasiado la vida. Tras el descanso ajustó y, siendo más precavido, sufrió menos. Una pérdida en campo propio, su único lunar del segundo tiempo. Le birló una clara ocasión de gol a Nteka en la recta final del partido.
Edgar: 5,5. Clave en el juego aéreo, y más ante un rival como el de esta noche, al catalán le costó encontrar su sitio en los inicios de juego y sufrió parar girarse ante la presión del Fuenlabrada. Lideró, junto a Tejera, la coraza azul que resistió en el segundo tiempo.
Tejera: 7. De los pocos futbolistas azules que sobrevivió a la superioridad general del Fuenlabrada a lo largo del partido. El capitán supo manejar el balón cuando lo tuvo, dio calma al juego carbayón y provocó varias faltas en campo propio que dieron un respiro al Oviedo. Cuando pudo jugar hacia adelante, lo hizo. Se desgastó y trabajó bien tras el descanso.
Sangalli: 5,5. El donostiarra, salvo en ocasiones puntuales cerca del área del Fuenlabrada, no estuvo cómodo en casi ningún momento del partido. Bien marcado por la defensa rival y con pocos espacios que aprovechar, realizó un gran trabajo sin balón.
Borja Sánchez: 5,5. Salió en la foto del 1-0, ya que el pase a Nahuel es suyo, pero casi no pudo aparecer en el primer tiempo. Tras el descanso fue la gran esperanza del Oviedo en campo contrario, realizando varias conducciones de mucho mérito y teniendo el 2-0 en sus botas. Fue sustituido cuando mejor estaba.
Blanco Leschuk: 6. El jugador del Oviedo que mejor se manejó en el contexto del primer tiempo, fue superior a los centrales del Fuenlabrada y regaló muchísimas posesiones a la segunda línea. No tuvo ninguna, eso sí, en zona de remate. Fue expulsado tras ver la segunda amarilla en una acción totalmente fortuita.
Desde el banquillo
Obeng: 5,5. Diez minutos en los que el ghanés hizo su trabajo, dando pelea a los centrales del Fuenlabrada y provocando faltas en inferioridad numérica.
Arribas: -. Saltó al campo en el descuento y no tuvo tiempo para nada.