La Pizarra: El dilema de Ziganda

Pablo Fernández OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

José Ángel Ziganda
José Ángel Ziganda Real Oviedo

Analizamos en cinco claves la derrota del Real Oviedo ante el Espanyol

01 oct 2020 . Actualizado a las 22:53 h.

El Real Oviedo, como no podía ser de otra forma a estas alturas de temporada, es un equipo con muchas carencias. Eso sí, no es un equipo que haya merecido sumar dos puntos en tres jornadas. Los merecimientos no sirven de nada cuando uno mira la clasificación, más que nada porque el merecer es imposible de cuantificar, pero sí son importantes a la hora de analizar. Y más con tan solo tres encuentros disputados. Marc Martínez y Diego López, porteros de Cartagena y Espanyol, respectivamente, salieron del Carlos Tartiere como los jugadores más destacados de su equipo. Esto quizás no vale de nada, porque el resultado lo condiciona todo, pero hay que tenerlo en cuenta.

Mordiendo desde el inicio

El Espanyol no tuvo tiempo para aclimatarse al partido. Desde el pitido inicial, la presión diseñada por José Ángel Ziganda fue ejecutada a la perfección por el Real Oviedo, que permitía combinar a los centrales pericos y al mismo tiempo les negaba cualquier intento de superar una línea. El trabajo de Viti y Borja en los costados, unido al gran despliegue, físico y táctico, de Javi Mier, ahogó la salida de los de Vicente Moreno.

Se había cumplido el minuto 20 de partido y la parcela ofensiva del Espanyol, representada por Embarba, Darder, Wu Lei y Puado, no habían recibido ni un balón en ventaja. El equipo carbayón no permitía que los atacantes blanquiazules, móviles y rebosantes de recursos técnicos, combinaran en un contexto favorable. Los balones a nadie que acababan en saque de banda o directamente en los pies de Femenías se sucedieron en ese primer tramo del encuentro.

El liderazgo del doble pivote azul

Edgar González y, sobre todo, Sergio Tejera cuajaron una primera parte fantástica. El doble pivote del Real Oviedo supo qué hacer en cada momento, eligiendo cuándo calmar el juego o buscar la profundidad. Y todo impregnado de una sorprendente precisión en las acciones técnicas. Mientras que Edgar estaba cómodo en su papel de corrector sin balón y de referencia absoluta del juego azul, tanto en los golpeos de Femenías como en los saques de banda directos, Tejera marcaba el tempo.

El portador del brazalete encontraba el pase de seguridad cuando el Espanyol apretaba, conectó con Borja, Viti y Juanjo Nieto para avanzar por los costados, protegió la posesión azul gracias a sus conducciones y juego con el cuerpo e, incluso, dejó solo a Obeng ante Diego López. Además, a excepción de una entrada un poco a destiempo sobre Mérida, supo sujetar el centro del campo con faltas tácticas y presiones certeras tanto en intensidad como en momento. 

La gasolina se agota, el Espanyol reacciona

La presión del Oviedo era insostenible y, con el paso de los minutos, Mier ya no era tan pegajoso por dentro y Viti y, sobre todo, Borja, sufrían cada vez más para seguir a Pedrosa y Miguelón. Ziganda, buscando dar aire al '10', lo colocó por dentro con el objetivo de que fuese Mier el que trabajase en el costado izquierdo. Si las acciones técnicas (controles, primeros toques y juego de espaldas) de los atacantes azules ya iban muy justitas, la variable del cansancio terminó por matar la presencia carbayona en campo rival.

El Espanyol respiró. Darder se juntó a Mérida y David López y los periquitos comenzaron a ganar presencia cerca del área rival. Embarba y Miguelón asustaban en derecha, pero Puado y Wu Lei no acaban de recibir por dentro y Femenías veía la acción desde lejos. La única oportunidad visitante, anulada por fuera de juego, llegó a balón parado. Ahí se llegó al descanso. El portero del Real Oviedo, por cierto, negó el tanto a Wu Lei y firmó una de las paradas más espectaculares de los últimos meses. 

El error clave, en el peor momento

Si la banda izquierda de Borja Sánchez fue la encargada de hacer daño a la zaga del Espanyol durante los primeros minutos del partido, Viti apareció en la derecha tras el descanso para animar el partido. Una conducción + pase de Lucas, más que correcto como lateral izquierdo, dejó al de Laviana solo ante Diego López. Segundo gol perdonado por el Oviedo. Viti no se rindió, y dejó un par de conducciones que complicaron la vida al sector izquierdo de la zaga visitante.

Raúl de Tomás saltó al campo, Ziganda movió ficha dando entrada a Jimmy y Nahuel y el plan se fue al traste en tres minutos. Penalti estúpido, pero también claro, de Viti y gol de RDT. El partido ya era otro. El grosero error de Arribas confirmó la capitulación del Real Oviedo. Un encuentro destinado a ser pasto del 0-0 o de la lucidez a balón parado, se decidió en un abrir y cerrar de ojos. 

Diego López impone su ley

La reacción carbayona fue tímida, pero el experimentado portero del Espanyol la redujo directamente a la nada. Diego López no permitió ni un gramo de esperanza e impuso su ley en el área, haciéndose fuerte en el juego aéreo y negándole cualquier remate a los azules. Y cuando no pudo hacer esto último, dejó una estirada estelar cuando Edgar ya pensaba en recoger el balón de la red y llevarlo al centro del campo. El lucense, a sus 38 años, impartió una clase magistral de cómo matar un partido. 

*El Cuco Ziganda insiste en que su equipo todavía no está preparado para jugar con dos puntas, pero la realidad es que Javi Mier tampoco está ejerciendo el rol de mediapunta. El canterano ovetense, muy útil para el técnico azul en situaciones defensivas, acompaña a Obeng en los ataques y no ocupa ese espacio a la espalda del doble pivote rival que le permitiría conectar con la medular carbayona. Solo en transiciones rápidas tras robo, Tejera, Edgar y los extremos encuentran a Mier en posiciones intermedias, algo que repercute en la creación de la ocasión pero no en su finalización, ya que Obeng se queda demasiado solo en zona de remate.

La realidad es que el técnico del Real Oviedo ha elegido en estos primeros tres partidos a una serie de atacantes cuya principal característica no es la de ser venenosos cerca o dentro del área. Viti y, sobre todo, Javi Mier nunca han sido eso, incluso a Borja le cuesta producir cifras de una manera más o menos regular. El Oviedo, diseñado para Blanco Leschuk y no para Samuel Obeng, luce trabajo defensivo. pero irremediablemente, está tuerto en zona de remate. Genera ocasiones, pero no tiene colmillo. Esperar a que lo que está en el banquillo se ponga a tono o cambiar el plan y activar de otra forma a los que ahora están jugando. Ese es el dilema de Ziganda.