El Real Oviedo disputará este viernes, ante la Ponferradina, el segundo partido de su historia sin gente en las gradas. Recordamos con Álvaro Cuello aquel duelo ante el Racing de Ferrol
11 jun 2020 . Actualizado a las 10:37 h.Este viernes (ante la Ponferradina, 21:45 horas), el Real Oviedo reanudará su participación en Segunda División tras el parón obligado por la pandemia del Covid-19 y, por segunda vez en la historia del club azul, disputará un encuentro como local a puerta cerrada. No hay que remontarse muy atrás para recordar la primera vez: 16 de enero de 2014.
No corrían buenos tiempos en la casa azul. CARSO ya era el accionista mayoritario y la economía no era un problema, pero el proyecto no acababa de arrancar. El Oviedo empezó bien la temporada, llegando a liderar la tabla, pero poco a poco se fue desinflando. Por aquel entonces, José Carlos Granero era el técnico del primer equipo y Carmelo del Pozo tan solo era preparador físico. Jorge Menéndez Vallina ya era presidente de la entidad y faltaban pocos días para que se anunciase la llegada de Joaquín del Olmo.
En la jornada 16, el 1 de diciembre de 2013, el encuentro entre Real Oviedo y Racing de Ferrol llegaba al descanso con 1-0 para los locales, tanto de Diego Cervero. Cuando el colegiado Zarrabeitia Arrieta y sus jueces de línea ya estaban en el túnel, explotó cerca de los árbitros un petardo lanzado desde el lateral de la grada. El partido fue suspendido, el club azul recibió una sanción económica y la segunda parte se tendría que jugar sin público en las gradas.
Y dicha segunda parte no llegó en el mejor momento para los intereses azules. Días antes, el Oviedo solo pudo sacar un punto ante el desahuciado Noja, colista de la categoría, y los ánimos estaban caldeados. Aunque las gradas estaban vacías, la segunda parte ante el Racing de Ferrol comenzó con varias pancartas colocadas en el Fondo Norte en las que se podían leer lemas como «Un campo vacío para unos jugadores sin espíritu» o «El respeto se gana en el campo, no con palabras».
«Es una sensación muy extraña, como si fuese el partidillo de los jueves contra el filial», recuerda Álvaro Cuello. El ovetense, ahora en el Caudal, disputó aquel encuentro y lo recuerda con La Voz de Asturias. «El ambiente no era fácil. Las voces de la gente desde fuera y las pancartas en la grada. Ahí ya sabías que no era un entrenamiento. La gente estaba descontenta porque el de Noja era partido para ganar», recuerda el defensa.
Sobre la segunda parte en sí, poco que decir. El Racing de José Manuel Aira, con jugadores como Pablo Rey, Dani Rodríguez o Manu Barreiro a la cabeza, fue superior al Oviedo, que jugaba con diez tras la expulsión de Cervero un mes antes. Tras empatar el partido en el 62', Pablo Rey dio la victoria a los gallegos al lanzar a la perfección una falta desde unos 25 metros. «Fue un ejercicio de ataque-defensa de 45 minutos. El Racing tenía un gran equipo, con jugadores capaces de dominar con balón. Se nos hizo muy larga esa segunda parte», finaliza Álvaro Cuello.
Aquel día, el Oviedo lució el siguiente once: Orlando Quintana; Alba, David Fernández, Pardo, Álvaro Cuello, Eneko (Señé, min 81); Salva Rivas, Erice; Iván Rubio (Susaeta, min 72), y Sergio García. Un mes después de aquel partido, Granero fue despedido y Roberto Robles llegó al primer equipo desde el juvenil A. El Real Oviedo acabó el curso en quinta posición, a tres puntos de los puestos de playoff. Fue en la siguiente temporada cuando se produjo el ansiado regreso al fútbol profesional.