La Voz de Asturias entrevista al centrocampista azul, uno de los futbolistas más importantes del equipo de Ziganda
05 jun 2020 . Actualizado a las 15:31 h.En los últimos dos meses de competición, previos al parón causado por el coronavirus, ningún jugador del Real Oviedo recibió más halagos que Luismi Sánchez (Puerto Serrano, Cádiz; 1992). El mediocentro, que llevaba dos temporadas sin sentirse futbolista debido a las lesiones, llegó en enero a la capital del Principado para dar otro aire a la medular azul y lo consiguió desde el primer encuentro. Indiscutible para Javi Rozada primero y el 'Cuco' Ziganda después, es una de las grandes bazas del Oviedo para conseguir la salvación. Ocho días antes de reanudar la competición frente a la Ponferradina (viernes, 12 de junio), el gaditano charla con LA VOZ DE ASTURIAS.
-Una pandemia frenó su resurrección futbolística, por así decirlo. ¿Cómo llevó el confinamiento?
-Se estaba haciendo muy pesado, la verdad. Eso sí, lo pasé con mi mujer y mi hija y pude disfrutar mucho de ellas. Durante el año es complicado pasar tiempo juntos y ese ha sido el lado bueno de todo esto. Aunque no hayamos podido salir de casa, eh.
-¿Le frustró este parón?
-Llevaba mucho tiempo sin jugar, estuve tiempo combatiendo a la lesión junto a mi familia y nada más aterrizar aquí empiezo como titular. Pasó todo esto del coronavirus y de nuevo a parar. Parecía que no había manera…
-¿Cómo está físicamente?
-Es algo que adquiero rápido. Antes del parón me encontraba cada vez mejor, llevaba nueve partidos e iba a más. No estaba al 100%, pero casi. Ahora hay que volver a competir y no estamos a ese nivel, por eso hay que trabajar. Intento cuidarme al máximo, descanso y alimentación son básicos, además de los entrenamientos. Todo eso suma, supongo.
-No completarán ni dos semanas de entrenamientos colectivos antes de reanudar la Liga. ¿Es suficiente?
-Está claro que el regreso es precipitado, pero es el peaje que tenemos que pagar por la pandemia. Un esfuerzo extra que hay que dar. Ojalá salga lo mejor posible, trabajamos para ello.
-¿Trabajaron mucho con Ziganda durante el confinamiento?
-Teníamos videollamadas con Berto (preparador físico), pero también con el míster. Repasábamos varios aspectos del juego y eso ayudó para no olvidar conceptos. Además, fue tiempo que ganamos de cara a la vuelta de los entrenamientos.
-Ziganda y su equipo solo han podido dirigir 22 sesiones colectivas. ¿Estos meses de parón han podido servir para recortar distancia a los rivales?
-Puede ser, sí. Cuando llegó hacía mucho hincapié en varias premisas, pero era algo muy básico porque casi no dio tiempo a trabajarlas. Ahora nos las pudo inculcar de verdad y cada vez tenemos más claro lo que quiere. Es positivo este tiempo extra para aprender del míster.
-¿Qué le pide Ziganda al doble pivote? ¿Qué diferencias hay con lo que pedía Rozada?
-Sostener al equipo, básicamente. Y a la hora de tener el balón, desahogar el juego. La diferencia con Rozada es posicional. Ziganda busca la solidez, ser compactos. Y con Rozada nos soltábamos más, perdíamos el sitio de vez en cuando y se generaban espacios. Ahora somos un equipo más fuerte.
-¿En la victoria ante el Extremadura se vio al Oviedo que quiere Ziganda? Tejera y usted hicieron una labor oscura.
-Es nuestro trabajo. Hay que hacer al equipo fuerte por dentro, juntar las líneas y dejar pocos espacios. El del Extremadura fue un partido complicado, era un campo algo más pequeño que el Tartiere y ellos también se jugaban mucho. Había una tensión poco habitual para ser un partido de marzo. Nos pusimos el mono de trabajo y sacamos tres puntos muy importantes.
-Once partidos en poco más de un mes. ¿Qué piensa de esta recta final?
-Me preocupa el tema de las lesiones, pero ojalá esa opción de los cinco cambios nos permita refrescar a la gente. Son muchos partidos en un espacio muy corto de tiempo. Es una situación que desconozco y no sé cómo va a salir. Hay que mentalizarse en el partido ante la Ponferradina, ya vendrán los demás. Intentar vaciarse en el primero y no pensar más allá.
-¿Hacer cinco cambios durante un partido no puede desajustar demasiado al equipo?
-Puede ser, pero ahí van a estar. Si el entrenador lo ve necesario los puede utilizar, y si no pues nada. Pero es importante tener la opción de hacerlo. Cada partido es un mundo.
-¿Qué tipo de partidos espera?
-No me imagino algo demasiado diferente a lo que llevamos viendo los últimos años en la categoría. Partidos complicados, en los que mentalmente hay que ser muy fuertes y que habrá que saber jugar. Duran 90 minutos y será importante medir los momentos, no querer hacerlo todo en poco tiempo.
-¿Y el aspecto mental? Casi no habrá tiempo para cambiar el chip tras los partidos.
-Es importante empezar con buen pie, son muchos partidos seguidos y si te metes en una buena dinámica, similar a la de antes del parón, puedes conseguir la permanencia antes de lo previsto. Nos estamos preparando para una competición de 11 partidos, una Liga nueva en la que todos partimos de cero. Todo son finales, pero hay que insistir en pensar solo en el primer encuentro.
-El Oviedo fue el único club de Segunda que mantuvo las condiciones laborales de sus trabajadores tras el parón.
-El vestuario está muy agradecido. El Real Oviedo ha demostrado que es un gran club, estable y que protege a los suyos. Y esto, sobre todo a la gente de fuera, nos hace sentir muy cómodos.
-¿Cómo se imagina jugar sin gente?
-Será muy extraño, pero lo será para todos. Hay que centrarse en jugar los partidos como si todo fuese como antes, aunque sepamos que no es así. Ojalá consigamos el objetivo y se lo brindemos a la afición, y que pronto puedan celebrarlo con nosotros en el estadio.
-¿Siente que cayó de pie en el Oviedo? Recibe muchos halagos de afición y compañeros.
-Fichar por el Real Oviedo me cambió la vida. La mía y la de mi familia. Pero por completo, eh. Llevaba mucho tiempo en el dique seco, no jugaba y las lesiones estaban ahí. Llego aquí y gracias al club, a los compañeros y a la afición todo da la vuelta. Es un sitio en el que estoy muy cómodo y solo puedo agradecerlo.
-La última es obligada. Tiene contrato en el Valladolid hasta 2021, ¿qué tiene pensado hacer?
-Es que ahora mismo está bastante parado todo. Sé que si sigo en Oviedo estaré feliz, pero lo más importante es la permanencia. Sin ella, no hay nada. A partir de ahí se hablarán las cosas. Pero sí que es verdad que aquí en Oviedo estoy disfrutando mucho y me encuentro muy cómodo.