«Aquel Oviedo era un equipo de primer nivel»

PABLO FERNÁNDEZ / ALFONSO SUÁREZ OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Radomir Antic

Eugenio Prieto, Rivas, Armando, Cristóbal e Iván Ania recuerdan la figura de Radomir Antic, exentrenador del conjunto azul

08 abr 2020 . Actualizado a las 13:11 h.

Radomir Antic (Zitiste, 1948 / Madrid, 2020) ha fallecido a los 71 años de edad tras una dura lucha contra una grave enfermedad. El serbio, yugoslavo de nacimiento, no pudo vencer a la pancreatitis contra la que batallaba desde hace unos años. Con él se va una figura importante del fútbol español de finales del siglo XX, un entrenador que hizo historia en el Atlético de Madrid y que dejó su sello personal en el Real Oviedo más brillante de la década de los 90

No fue el responsable de que el conjunto carbayón viajara por Europa, pero 'Rado' formó un equipo con identidad que mezclaba a futbolista de talla mundial como Robert Prosinecki, Nikola Jerkan o Slavisa Jokanovic con una hornada de canteranos que respondieron al máximo nivel: Mora, Armando, Sietes, Roberto Suárez, César, Iván Ania, Oli... Todos ellos tuvieron su confirmación de la mano del preparador serbio. 

Su paso por la capital del Principado tuvo dos épocas muy diferenciadas. La primera, reluciente y con momentos de fútbol que, en ocasiones, rozaba la brillantez. Solo faltó la regularidad de los grandes. En la segunda, llegó el descenso de 2001 del que el Real Oviedo todavía no se ha recuperado: «Nadie esperaba el descenso, pero el problema estaba fuera de casa». Palabras de Iván Ania, una de las apuestas personales de Antic durante su paso por el banquillo del Carlos Tartiere. 

Pero si algo quedará para el recuerdo serán las dos temporadas y media que dirigió tras la marcha de Jabo Irureta. «Soñaba con cosas muy grandes, nos mirábamos en el vestuario y nos parecían impensables. Tenía en mente que podíamos ganar la Copa del Rey y no estuvimos lejos de meternos en semifinales ante el Zaragoza», recuerda Antonio Rivas. De hecho, los asturianos se quedaron dos temporadas consecutivas a las puertas de la penúltima ronda, cayendo contra Zaragoza y Celta de Vigo en cuartos de final. 

En Liga era otra cosa. Tras salvar al equipo en la 92/93, Antic colocó al Real Oviedo en novena posición durante los dos cursos siguientes a una distancia de 6 y 4 puntos de competición europea: «Nos faltó regularidad fuera de casa», comenta Rivas. Para Cristóbal Parralo, otro de los fijos en las alineaciones de 'Rado', «tuvimos menos premios de los que merecimos en muchos partidos». Ania, por su parte, lo tiene clarísimo: «Aquel era un equipo de primer nivel. Uno de los equipos del Oviedo que mejor fútbol practicó».

Muchas figuras y mucha cantera

El Requexón fue santo y seña del Real Oviedo de los 90. Muchísimos futbolistas que llegaron al primer equipo, convirtiéndose en figuras clave, pasaron por las categorías inferiores o el filial. Antic siempre fue un firme defensor de esta política. «Él, si confiaba en un joven, no tenía reparos en ponerlo, independientemente de que le criticasen», afirma Armando Álvarez, uno de los beneficiados de esa valentía del serbio. «A Mora y a Roberto Suárez, por ejemplo, los puso con 19 años directamente desde el juvenil. Luego Sietes, César, Iván Ania o Andrés. No solo daba la oportunidad, también la confianza para seguir jugando. Si respondías, jugabas», añade el de Colmar.

Para Eugenio Prieto, presidente del Real Oviedo de la época, «hizo un gran trabajo con la cantera. Los impulsó. Conocía perfectamente el tema porque en el Partizan de Belgrado también se trabajaba la base. Y luego estando él vino gente de mucho nivel».

Ania, por su parte, recuerda cómo fue su debut en una convocatoria del primer equipo de la mano de 'Rado': «Había terminado la temporada en Segunda B y estaba entrenando con el primer equipo. El día que dio la lista antes del partido ante el Sporting, pues imagina, una alegría enorme. Durante la semana no me había comentado nada».

Fútbol ofensivo y confianza para los futbolistas

El cambio de Irureta por Antic se dejó notar en muy poco tiempo. Otro método, otra visión, otra filosofía muy diferente con la que aterrizó en el Principado tras su paso por el Real Madrid: «La propuesta de Antic era distinta a la de Irureta, con un inicio de juego con balón y posesiones más largas», recuerda Antonio Rivas. Cristóbal coincide con su compañero de zaga y califica al serbio como un «amante del fútbol ofensivo».

Para Prieto, en cambio, el principal cambio fue una especie de modernización del trabajo: «Había mejorado en los métodos, estando muy al día y manejando muchos sistemas modernos». Un esquema de juego que implató en Oviedo y que fue su seña de identidad. Ania no lo olvida: «Tenía su su idea clara. Jugaba 4-4-2 en rombo, con un mediocentro y un mediapunta».

Radomir buscaba crear un ecosistema en el que el futbolista pudiera expresarse de manera libre, potenciar sus cualidades y crecer en beneficio del equipo y también propio. Los futbolistas así lo veían y lo recuerdan. Rivas no tiene duda alguna en afirmar que «con él, se vieron mis mejores años en el Real Oviedo». Algo parecido a Armando, que cree que Antic le dio «muchísima confianza y la continuidad que necesitaba para consolidarme en Primera División. Quizá, donde más disfruté en el fútbol fue en A Coruña y con Antic en el Oviedo. Era un equipo que jugó muy bien al fútbol, con grandes jugadores internacionales y mezclado con gente de casa».

Todos, futbolistas y dirigente, resaltan la buena relación que mantenían con el extrenador oviedista, del que seguían teniendo noticias incluso en los peores momentos de su enfermedad. «Tenía una fantástica relación con él, triste por la noticia. Sabía que estaba enfermo, pero no pensé que el desenlace llegase tan rápido», comenta Cristóbal. Muy parecido a Eugenio Prieto, que recuerda que «estuve con él hace un tiempo y me tenían informado de cómo estaba. También recuerdo a su mujer (Vera) y a sus hijos (Ana y Dusan), que estaban muy implicados con él y eran increíbles».