El conjunto carbayón, superior en todo momento a un rival directo, sumó una victoria clave que le hace seguir más vivo que nunca en la lucha por la permanencia
08 mar 2020 . Actualizado a las 19:00 h.Sí, quedan once partidos. Un mundo. Pero la victoria del Real Oviedo en el Francisco de la Hera es de las que son más que tres puntos. Muchísimo más, se podría decir. Al margen de ganar a un rival directo y llevarse el golaveraje particular, ese bien tan preciado, la sensación de superioridad es un motivo más para creer en este equipo y un espaldarazo al trabajo de José Ángel Ziganda. Los azules estuvieron fiables cerca de su área y supieron hacer daño al rival. No hace falta más.
Sangalli se viste de líder
El Real Oviedo tomó buena nota del primer tiempo disputado en el Anxo Carro hace dos semanas y, desde el primer balón dividido, demostró que si había un equipo intenso y con las ideas claras en el césped del Francisco de la Hera era el que vestía de blanco.
Siguiendo la línea marcada ante el Tenerife, el conjunto de José Ángel Ziganda arriesgaba poco en campo propio y juntaba líneas para llegar al área de Casto. Cuando el balón era del portero azulgrana, el Oviedo esperaba cerca de la medular y dejaba combinar a Pardo, Granero, Lomotey y Olabe, pero les negaba la segunda línea.
Fue en el minuto 10 cuando, con un centro de Nieto desde la derecha, el Oviedo se asomó por primera vez al área de Casto. Poco después, apareció ‘el coco’ de Almendralejo: Alegría tocaba el balón dentro del área azul y obligaba a Lunin a intervenir. Sangalli se fue entonando y comenzó a protagonizar casi todas las acciones ofensivas del Oviedo. El 0-1 solo podía llegar a partir del donostiarra: caída a banda, recorte finísimo y pase atrás para Luismi. El mal golpeo del gaditano lo desvió Rodri a las redes y, previa revisión llena de tensión del VAR (una más), el tanto subió al marcador.
Al Real Oviedo le costó controlar el encuentro tras el gol, pero el Extremadura no asustaba a Lunin y las gradas repletas no entonaban ni un mísero ‘uy’. Los de la capital del Principado, muy concentrados para frenar a Alegría, cumplían a la perfección con su cometido. El equipo de Ziganda acabó mejor que su rival el primer tiempo, Ortuño y, sobre todo, Rodri creaban peligro a la zaga extremeña y pudo llevarse una renta mayor, pero Casto le negó el gol a Bárcenas.
Saber sufrir y esperar el momento
En los primeros cinco minutos del segundo tiempo, el Extremadura creó más situaciones de peligro, aunque no claras y evidentes, que en los cuarenta y cinco anteriores. Los de Mosquera pusieron un par de puntos más de intensidad en los duelos y a base de centros laterales obligaron a Carlos y a Arribas a sudar de lo lindo. Pasada la efervescencia, el Oviedo respiró.
Alegría siguió siendo el faro de los extremeños y de sus batallas con los defensas carbayones nacían todas las ocasiones del conjunto local. En el 52’, y tras otro duelo ganado por el espigado delantero, llegó una falta que Díez lanzó a la perfección y solo una estirada de Lunin evitó el empate. Ante esto, y como en el primer tiempo, Marco Sangalli. El Oviedo se agarraba a su ‘8’, que simple y llanamente hacía todo bien: conducía, atraía rivales, desequilibraba y elegía cuándo soltar.
Tras un susto de Christian Fernández y su hombro, Sangalli redondeaba su exhibición firmando uno de los mejores tantos de la temporada en Segunda División: disputa de Ibra, balón suelto y el donostiarra, tras controlar primero, enganchaba un ‘derechazo’ a bote pronto que se colaba por la escuadra izquierda de Casto. El abrazo de toda la plantilla al lado del banquillo azul reflejaba la importancia del gol, y de la victoria.
El partido avanzaba y el plan del Extremadura, a medida que el cansancio torpedeaba a Álex Alegría, se iba difuminando. Un par de acciones a balón parado, el eje central de la zaga oviedista manteniendo su excelso nivel y poco más. Alguna pérdida de Nieto asustó a los de Ziganda, pero Lunin no tuvo que hacer ningún milagro. Cerca del área de Casto más de lo mismo, con Sangalli siendo un continuo dolor de cabeza y con alguna llegada tímida de Bárcenas.
Lolo entró por Rodri para aumentar los centímetros en las acciones de estrategia, pero el arreón del Extremadura no llegaba. Una peinada de Sergio Gil en el 89’ a las manos de Lunin y un disparo al larguero de Pastrana. Ya con el 90 luciendo en el marcador, Lomotey se aprovechó de la enésima disputa de Alegría y puso el 1-2 cuando ya nadie creía en el Francisco de la Hera. Tras unos minutos de tensión no reflejada en el área del Oviedo, el partido se acabó. Tres puntos, sí. Pero algo más también.
Ficha técnica
Extremadura UD: Casto; Álex Díez, Pardo, Borja Granero, Bastos; Cristian Rodríguez (Pastrana, min 57), Olabe (Sergio Gil, min 63), Lomotey, Nono; Pinchi y Álex Alegría.
Real Oviedo: Lunin; Nieto, Carlos Hernández, Arribas, Bolaño; Sangalli (Saúl Berjón, min 90), Luismi, Tejera, Yoel Bárcenas; Rodrigo (Lolo González, min 83) y Ortuño (Ibra, min 61).
Goles: 0-1 Rodri (min 16). 0-2 Sangalli (min 65). 1-2 Lomotey (min 90).
Tarjetas: El colegiado José Antonio López Toca amonestó a los locales Lomotey (min 37), Olabe (min 59) y a los visitantes Ortuño (min 20), Rodri (min 45), Carlos Herández (min 52) y Nieto (min 88).
Incidencias: Estadio Francisco de la Hera. 8.523 espectadores. Casi 200 aficionados del Real Oviedo en las gradas.