Entrenamiento muy táctico del conjunto de Javi Rozada, que contó con la baja de Sangalli y con la temprana retirada de Saúl Berjón
30 oct 2019 . Actualizado a las 13:37 h.Segundo día de trabajo en las instalaciones de El Requexón. Después del entrenamiento regenerativo de ayer, Javi Rozada dirigió esta mañana una sesión con mucho contenido táctico con vistas al encuentro del viernes ante el Almería (Carlos Tartiere, 21:00 horas). Con Marco Sangalli, que sigue pendiente de evolución, y Mossa como únicas bajas, del filial estuvieron Josín, Viti, Jero y Riki.
Tras el calentamiento realizado en el campo nº5, Saúl Berjón se retiró del entrenamiento tras conversar brevemente con Manolo Rodríguez, médico del Real Oviedo. El capitán sufre una pequeña sobrecarga y no siguió por precaución, habrá que ver si llega al duelo del viernes. Además, Viti tampoco siguió y no llegó a empezar el trabajo en el campo nº4.
Alrededor de las 11:40 comenzó la parte más importante de la sesión. Javi Benavides, con Rozada pendiente, explicaba a la plantilla un ejercicio táctico en grandes dimensiones. Con el campo dividido en varias zonas, dos equipos de once se enfrentaban para trabajar diferentes aspectos: salida de balón, presión tras pérdida, repliegue defensivo, la distancia entre líneas, segundas jugadas y transiciones ofensivas.
Durante toda la tarea, Javi Rozada insistió una y otra vez en obligar a la línea defensiva y a los centrocampistas a jugar para adelante. «No quiero pases entre centrales o hacia atrás», decía el técnico ovetense, intentando que su equipo no cometiese errores en el pase en campo propio para así evitar las transiciones del rival, precisamente uno de los puntos fuertes del Almería.
Con ambos equipos en esquema 4-4-2, uno era el formado por Champagne; Nieto, Carlos, Javi, Christian; Diegui, Tejera, Lolo, Riki; Ibra y Borja. En el otro estaban Alfonso; Lucas, Josin, Arribas, Jero; Omar, Jimmy, Cortina, Yoel; Joselu y Ortuño. Si bien quedan todavía dos sesiones antes de recibir al Almería, se pudo ver a Christian de lateral izquierdo y a Carlos y Javi Fernández compartiendo el eje de la zaga.
El cuerpo técnico quería que el equipo estuviese junto y fuese compacto en situación defensiva, por ello obligaba a acompañar la presión de los atacantes con el objetivo de que el centro del campo estuviese cerca del balón para ganar la segunda jugada o realizar con garantías la presión tras pérdida.
«Mucha movilidad la gente de arriba, atreveros a hacer cosas», gritaba Rozada a los atacantes para que se generasen líneas de pase continuamente. Entre broncas por los pases atrás y continuas correcciones para que el doble pivote no estuviese a la misma altura en salida de balón se fue diluyendo el ejercicio.
El entrenamiento finalizó con un partidillo y, cuando algunos jugadores ya estaban estirando, otros lanzaron penaltis a Champagne y Alfonso Herrero. Mañana, el primer equipo se ejercitará a puerta cerrada en el Carlos Tartiere, mientras que el viernes volverá a El Requexón para realizar el último entrenamiento de la semana previo al encuentro del viernes ante el Almería.