La victoria en Albacete da aire a los azules, que eran colistas de Segunda desde el mes de septiembre
14 oct 2019 . Actualizado a las 14:31 h.El verano todavía era una realidad cuando el Real Oviedo cayó en puestos de descenso. Era la jornada 3 y, tras la derrota en Fuenlabrada, el equipo entonces entrenado por Sergio Egea sumaba un punto en tres encuentros. Una semana después, el Mirandés hacía de verdugo y los azules se convirtieron en colistas de Segunda División. Una posición de la que se despegaron ayer.
La diferencia de puntos es mínima y en cualquier momento puedes volver a meterte abajo, pero estar fuera de la zona de castigo tras muchas semanas mirando la tabla con miedo es un respiro innegable. Tras el gol de Borja Sánchez en el Carlos Belmonte, el Oviedo suma diez puntos y es 18º, empatado con el Lugo, 19º, y dos más que el Deportivo, colista.
La victoria en Albacete, necesaria en todos los ámbitos, mete al Real Oviedo en uno de los grupos de honor de la categoría, algo impensable hace no mucho. Los de Javi Rozada son, junto a Cádiz, Las Palmas, Rayo Vallecano y Extremadura, el único equipo de Segunda que no conoce la derrota en las últimas cuatro jornadas.
El próximo domingo, los azules reciben al Girona, octavo clasificado con 16 puntos, seis más que los de la capital del Principado. Ganar el primer encuentro de la temporada en el Carlos Tartiere sería, sin ninguna duda, otro gran motivo para seguir mirando la clasificación tras mucho tiempo sin hacerlo.