Analizamos en cinco claves la victoria del Real Oviedo en el Juegos del Mediterráneo
30 abr 2019 . Actualizado a las 09:34 h.En una semana en la que el oviedismo habló muy poco de fútbol en general y del Almería en particular, Sergio Egea sí que aprovechó sus entrenamientos para poner en aviso a sus jugadores. En el primer encuentro tras la vuelta del técnico argentino, el Real Oviedo desnaturalizó a uno de los equipos mejor trabajados de la categoría. Interesante carta de presentación.
Un inicio agresivo para sentar las bases
El cambio de chip fue evidente desde el momento en el que Sagués Oscoz señaló el inicio del encuentro. El Real Oviedo arrancó con dos o tres marchas más que su rival y su gran objetivo era que se notara desde la primera disputa. A base de empuje y concentración en los duelos individuales, los azules fueron ganando metros cual melé en un partido de rugby.
Aunque el balón quemase en un principio, sobre todo en campo rival, la primera ocasión llegó pronto y solo una buena estirada de René evitó que el 0-1 fuese una realidad antes del minuto 10. En su presentación en sociedad, el nuevo Oviedo de Egea quiso despejar rápido los fantasmas y demostró que estaba en el Juegos del Mediterráneo para luchar por todo.
Un plan interiorizado
Sergio Egea no se complicó. A partir de un 4-4-2 muy claro, los objetivos fueron evidentes desde el primer momento: que el balón estuviera casi siempre lo más cerca de la portería rival (importante actuación de Carlos y Javi Hernández ante Álvaro Giménez), acumular mucha gente en campo del Almería y evitar que los rojiblancos tuviesen metros para correr.
En los inicios, los azules se saltaban la primera línea y jugaban en largo sobre los dos delanteros y Saúl. Cuando el balón ya lo tenían los de azul, aparecían Tejera y Jimmy. Si el primero ya es un centrocampista contrastado, el segundo juega como si lo fuera. El canterano parece un robot diseñado para tomar siempre la mejor decisión sobre un campo de fútbol: en la circulación, en el repliegue, en las ayudas o en la lectura de las segundas jugadas. Soluciona problemas y los transforma en ventajas.
Un Almería desdibujado
«Cuando no encontramos espacios nos cuesta más, no ha sido nuestro mejor partido. Ellos han realizado un buen planteamiento», dijo Fran Ferrnández, técnico del Almería, en la rueda de prensa posterior. Egea, a sabiendas del potencial de los rojiblancos en las transciones defensa-ataque, preparó el encuentro más incómodo posible para los jugadores diferenciales del ataque almeriense. Y le funcionó.
«Observaba que en muchos partidos los del Almería eran como aviones, con mucha velocidad tras recuperar. No íbamos a permitir que corriesen. Si nos tenían que atacar, que nos pillaran estando de cara y no de espaldas», dijo el argentino. La labor de Christian y Diegui sobre Corpas y Luis Rioja, y la de Jimmy sobre un Juan Carlos que en 90 minutos no recibió un balón en posición ventajosa, fueron las señas de identidad del bloqueo azul al ataque rojiblanco.
La incidencia de los delanteros
Ver a Ibra y Joselu siendo parte activa de la circulación azul fue una de las grandes noticias de la tarde. Claves en el juego aéreo, fueron innumerables los balones que dejaron de cara y que permitieron al Oviedo instalarse en campo rival. A partir de ahí, el plan era claro: apertura a la banda izquierda y que Saúl generase. El ovetense, que sigue imparable en su lucha por volver a su mejor nivel, fue un tornillo clavado en el flanco derecho de la defensa del Almería.
El primer tramo del segundo tiempo fue el que más evidenció la gran participación de los delanteros azules. Tras el gol de Tejera, que parte de una dejada de Ibra en la frontal, llegaron otras dos ocasiones muy similares que pudieron sentenciar el encuentro. En una, un desmarque de ruptura del onubense acabó con un centro de Saúl que Diegui (buen partido en campo contrario) no supo transformar. En la otra, Ibra dejó de cara a Saúl, este abrió con Joselu y el onubense contemporizó para poner un centro perfecto que el senegalés no logró conectar a la perfección.
El arreón del Almería, dividido en dos
Fran Fernández movió el árbol y el empuje del Almería, aunque esperado, no acabó de hacer mucho daño. En el 68', Luis Rioja superó a Christian por primera vez en el encuentro y Champagne desvió a córner. En ese mismo saque de esquina, un remate de Saveljich fue desviado por Ibra cerca de la línea de gol.
Después de que los centrales azules lucieran contundencia en un par de centros laterales, el Oviedo logró frenar el ímpetu almeriense por unos momentos. Rondando el minuto 80, los rojiblancos lo intentaron por segunda vez, pero Champagne tiró de presencia en el área y no permitió que pasase nada.
Pocas maneras mejores que iniciar una nueva aventura. El Real Oviedo, inmerso en una mini temporada de siete encuentros, ganó el primero en casa de uno de los equipos más complicados de la categoría. Si había que volver a meterse en la pelea del playoff, que fuera por la puerta grande.