El factor miedo condiciona el derbi

Pablo Fernández OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Juan Antonio Anquela y Rubén Baraja
Juan Antonio Anquela y Rubén Baraja Real Oviedo / Real Sporting

El pánico al fallo embriaga la semana del Oviedo-Sporting

13 nov 2018 . Actualizado a las 09:24 h.

Los partidos de gran rivalidad suelen ser los más emotivos, pero no los mejores en cuanto a juego. Escribir esto después de que el primer tiempo del Boca-River más intenso de la historia acabara 2-2 y con múltiples ocasiones para ambos puede ser muy atrevido, pero lo que pasó en La Bombonera no es lo normal.

Los derbis son encuentros cerrados, donde el miedo a fallar un pase suele ganar al intento de superar una línea. Un despeje, cobertura o saque de banda de un Oviedo-Sporting convalidan como un penalti en cualquier otro partido.

Todo esta sensación de pánico se incrementa cuando de dicho resultado puede depender el futuro más inmediato de los implicados. Real Oviedo y Real Sporting llegan al derbi del sábado en una posición muy similar. Si bien las sensaciones nunca son idénticas porque cada equipo es un mundo, las dudas están siendo aficionadas asiduas en El Requexón y Mareo.

Arriesgar poco en campo propio e inventar lo que sea en el del rival. Esa fue la premisa que Juan Antonio Anquela transmitió a sus jugadores antes de saltar al césped del Tartiere en febrero. El Oviedo fue un conjunto duro, de múltiples ayudas y pocos riesgos en las dos primeras líneas, dejando la imaginación para cuando Mossa y Sául se encontraban cerca del área de Mariño.

Por su parte, el Sporting de Baraja sigue en pleno 'casting' para encontrar su once inicial y en la capital asturiana vivirá una nueva fase. El miedo, ingrediente esencial de cualquier partido de rivalidad, alcanzará cotas máximas cuando Trujillo Suárez utilice su silbato a las 20:45 horas del sábado. Adaptarse al pánico o morir.