El Oviedo quiere demostrar en Pamplona lo que aprendió ante Numancia y Valladolid
09 may 2018 . Actualizado a las 10:06 h.Fue muy claro Miguel Linares en la rueda de prensa de ayer: «Hay que volver a ser sólidos, el sábado tenemos una buena piedra de toque». Tras la goleada sufrida en Soria y la merecida derrota de hace casi tres semanas en casa ante el Valladolid, vencer al Lorca dejando la puerta puede ser el comienzo de una eficacia defensiva clave en la lucha por el playoff.
Ante el Numancia y el Pucela, el Oviedo sufrió demasiado cuando el rival superaba la primera línea de presión y se plantaba en el campo carbayón. El doble pivote no era capaz de frenar al rival y las situaciones de igualdad numérica (o incluso de superioridad) frente a los cuatro zagueros fueron una constante.
El domingo, ante el Lorca, Anquela decidió volver al esquema de tres centrales. Y el aspecto defensivo mejoró. Cierto que el rival no tenía la calidad individual o los mecanismos ofensivos que si podían poseer otros equipos, pero que Alfonso Herrero casi no tuviera que intervenir siempre es una gran noticia. Carlos, Forlín y Christian ya se conocen al dedillo y su coordinación en la línea de tres puede ser clave en el último mes de competición.
«Estamos capacitados para volver a presionar arriba a los rivales y necesitamos hacerlo. El otro día lo hicimos más o menos», explicó Linares ayer. Y es que como dice el delantero aragonés, el trabajo defensivo no solo es cosa de la línea de atrás. Que el Oviedo vuelva a ser el equipo agresivo y perfectamente coordinado en la presión que ahogaba a los rivales entre noviembre y febrero debe ser otra de las premisas a recuperar por Anquela. Si lo logra, los azules tendrán mucho ganado.