![Anquela Lorca Real Oviedo Horizontal.Anquela da ordenes durante el encuentro](https://img.lavdg.com/sc/NSfy-TC1TNa8LS3PZhn3CYURt3E=/480x/2017/12/02/00121512244772985679431/Foto/AnquelaHorizontal.jpg)
Análisis del partido propuesto por Juan Antonio Anquela
28 ene 2018 . Actualizado a las 11:54 h.Nota: 5, suficiente.
El Estadi Municipal de Reus es una plaza donde, por lo menos esta temporada, no suelen pasar muchas cosas. El conjunto entrenado por López Garai es un equipo ordenado, con un cierto rigor táctico y que en la mayoría de los partidos tiene claro lo que quiere, pero les falta calidad arriba. No crean muchas ocasiones y, cuando lo hacen, necesitan mucho para acertar con el gol. El Real Oviedo llegaba sabiendo todo eso y pensando que un partido así le podía beneficiar, pero no fue fácil.
La jornada en Segunda presentaba varios duelos directos y ganar en tierras catalanas era un lujo que, en caso de permitírselo, supondría un golpe en la mesa de la clasificación importante. Desde el minuto uno se vio que el encuentro no iba a ser vistoso, que el Oviedo no atacaba con mucha gente y qe ya notaba la baja de Aarón Ñíguez desde el calentamiento. Pero con todo eso, los de Anquela siempre dan la cara. Jugando mejor o peor, pero nunca entierran el hacha.
El aspecto táctico
Anquela puso en liza el once esperado y Verdés y Yeboah fueron los sustitutos de los sancionados Carlos Hernández y Aarón. Los papeles estaban repartidos desde antes de que comenzara la función: el Reus intentaría avanzar al campo rival mediante la posesión y el Oviedo ejercería una presión alta para buscar el robo en campo contrario o los golpeos directos de Edgar Badía. Y eso pasó al principio. Los azules dejaban libres únicamente a los centrales, que tras no encontrar líneas de pase optaban por balones largos a Mayor y Carbià que Forlín, Verdés y Christian estaban encantados de despejar.
Pero poco a poco, el Reus fue haciéndose con el control del centro del campo. Silva y Ledes dieron un paso adelante y, con la ayuda de Carbonell, superaban fácil una mala presión oviedista y circulaban cómodos de un lado a otro a unos superados Folch y Rocha. El balón solía acabar en las bandas, aprovechando en muchas ocasiones la espalda de los carrileros azules, pero los centros laterales eran repelidos fácilmente por los centrales y por un Alfonso valiente.
En ataque, todo giraba en torno a Saúl Berjón. El ovetense, acostumbrado a esperar en la izquierda a que Mossa y Ñíguez se acerquen a combinar, se adaptó a la baja del 7 y empezó a ejercer las funciones del ilicitano, ocupando todo el ancho de la media punta. Aarón Ñíguez no es que nunca se esconda y siempre se atreva a encarar, es que lo hace en muchas partes del campo. Yeboah, como sí hizo en Lorca o ante el Numancia, no cumplió el cometido y dejó solo al 21. El que no faltó fue Mossa, fiel escudero de Saúl en la izquierda y que, como viene siendo habitual, se convirtió en una amenaza permanente para el Reus.
El partido iba avanzando y Yoda desataba el caos de vez en cuando en la banda derecha. Cogía la espalda a Mossa, superaba a Christian y un Forlín más precipitado de lo normal yendo al suelo no daba con la tecla para frenarle. Si la capacidad técnica estuviese a la par que su portentoso físico, el 2 del Reus hubiera dado sustos de mayor gravedad para los azules. Ya en el segundo tiempo, Linares tuvo la oportunidad que se suele dar en todo partido cerrado que se precie. Error inesperado de Tito en la salida y el capitán del Oviedo se planta solo ante Badía, pero ni a la primera ni a la segunda. El portero del Reus le paraba el primer tiro y en el rechace el aragonés tampoco acertaba.
En otra jugada liderada por Mossa, Linares se volvió a plantar ante Badía, pero no era el día. El partido iba muriendo entre embriones de ocasiones a balón parado que nunca se llegaban a concretar. Finalmente, el árbitro pitaba y el 0-0 se convertía en el resultado final. Nueve jornadas sin perder lleva el Real Oviedo de Anquela. Cuando el plan inicial no sale, el rival te lo pone difícil o simplemente tienes un día malo, saber sobrevivir también es una virtud. Y este Oviedo es de los mejores supervivientes.
Los cambios
Con la sanción de Aarón, la lesión de Viti o la no convocatoria por decisión técnica de Pucko, el banquillo azul volvía a tener un claro tono defensivo. Olmes García acababa de aterrizar y con Fabbrini hay que ser cautos, así que también se quedaron en casa. Anquela miraba a la banda buscando argumentos ofensivos y solo veía a Toché, que no es poco. El técnico azul esperó al 72' para el cambio y tomó una decisión que le pudo quitar peso ofensivo en el campo del Reus. Sacó a Yeboah y mandó a Linares a la izquierda y a Saúl a la derecha. Separar al 21 de Mossa cuando ambos estaban siendo el único argumento en ataque igual no era una buena idea.
Toché, aunque suene sorprendente, no pudo gozar de ninguna ocasión. El Oviedo dejó de merodear el área del Reus y solo se acercaba a la portería de Badía mediante faltas lejanas. Ya en el 89' y en el 90', Varela y Cotugno entraban por Linares y Diegui, pero sin tiempo alguno para poder aportar nada.