La Pizarra: Resistencia azul

Pablo Fernández OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Anquela en el Viejo Nervión
Anquela en el Viejo Nervión LFP

Análisis del partido propuesto por Juan Antonio Anquela

18 dic 2017 . Actualizado a las 09:01 h.

Nota: 8, notable.

Cuando todo está de cara, el aficionado azul suele pensar que algo malo va a suceder. El Real Oviedo llegaba al Viejo Nervión en dinámica positiva, con un rival sin victorias como local y a sabiendas de que llevarse los tres puntos de Sevilla significaría entrar en puestos de playoff por primera vez en la temporada. La ocasión era perfecta y eso suele ser sinónimo de pinchazo. 

Estas sensaciones se medio confirmaron cuando a Yeboah le dio un ataque de juventud y se autoexpulsó en el 17'. Todo lo trabajado durante la semana se iba al traste por un codazo innecesario. Fue entonces cuando el Real Oviedo demostró que se está convirtiendo en un equipo. Equipo en el sentido más amplio de la palabra. No se sabe el alcance que podrá tener, pero ser uno en Segunda División te puede hacer optar a muchas cosas. 

El aspecto táctico

Juan Antonio Anquela no tocó nada y, por tercera jornada consecutiva, puso en liza a los mismos once jugadores. El plan parecía similar al de Lorca: ejercer una presión alta que limitara la salida de balón sevillista y, cuando el filial de Nervión llegase al campo azul, juntarse para tapar a Pozo y compañía todos los espacios posibles.Tras unos primeros 15 minutos bastante cómodos pero sin mucho acierto en el pase en los metros finales, llegó la expulsión de Yeboah, acción que cambió el encuentro por completo.

Anquela pasó a un 4-4-1, yéndose Christian Diegui a los laterales y subiendo unos metros a Mossa. Si bien los azules reaccionaron bien con diez jugadores, el asedio sevillista era algo muy difícil de frenar. Entre medias y sin que nadie lo esperase, Rocha coló una falta frontal por la escuadra izquierda de Juan Soriano que llenó de esperanza al conjunto carbayón. El filial sevillista no asimiló bien el tanto y llegó al descanso aturdido, sin saber muy bien lo que había pasado.

Tras el paso por los vestuarios, el Real Oviedo salió al cesped sabiendo que iba a sufrir en la trinchera. Con el paso de los minutos el esfuerzo se fue notando y el Sevilla Atlético encerró poco a poco a los azules. La posesión local rozaba el 80% y los de Anquela solo se tomaban un respiro cuando el balón le llegaba a Saúl Berjón. El ovetense era capaz de recibir en campo contrario, aguantar el balón y encontrar la mejor solución para proyectar la contra. Él y las galopadas de Diegui eran el arma en la segunda mitad.

Los de Tevenet, a base de centros laterales y saques de esquina (hasta diez en el 2T), intentaban perforar un área que el mariscal Forlín y sus hombres trataban asegurar como fuese. Alfonso Herrero no quiso dejar solo a sus compañeros y se sumó a la resistencia con una actuación tremenda. El toledano supo leer cuando salir y cuando no en los centros laterales, estuvo rápido sobre la línea de gol y, cuando parecía que el fortín azul había caído, le paró un penalti a Curro que la parroquia azul celebró como si se tratase de un gol en el 90'. Contra los elementos, achicando agua durante 45 minutos y sin casi pisar el área local. Pero juntos. Así llegó la cuarta victoria consecutiva. 

Los cambios

Como dijimos antes, Anquela no movió el banquillo cuando Yeboah fue expulsado, prefiriendo reservarse los tres cambios ante la fatiga que supondría a sus hombres resistir los envites sevillistas. El hecho de jugar con diez jugadores más de tres cuartas partes del encuentro no cambió esa tónica habitual de no tocar nada hasta los minutos finales. El primer cambio, el de Cotugno por Berjón, se produjo en el 75'. El uruguayo entró para apuntalar la banda derecha y permitir a Diegui arrancar en las contras. 

El canterano, con calambres hasta en los párpados, fue sustituido diez minutos después por un Fran Varela que debutaba en Liga. Este y el de Hidi por Linares fueron los últimos cambios de un partido que moría pocos minutos después.