Héctor Nespral: «No concibo un derbi sin ningún canterano en el campo que sepa lo que eso significa»

Pablo Fernández OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Héctor Nespral en un partido de la pasada pretemporada
Héctor Nespral en un partido de la pasada pretemporada Real Oviedo

El ovetense, nuevo jugador del Langreo, atiende a Azul Carbayón tras su salida del Real Oviedo

18 ago 2017 . Actualizado a las 22:21 h.

13 años vistiendo la camiseta azul avalan a este ovetense y oviedista. Héctor Fernández Fernández-Nespral es uno de los canteranos más reconocidos de los últimos años. Su paso por todas las categorías inferiores siendo el capitán de su generación tuvieron justo premio con la oportunidad que todo chaval de la cantera sueña: tener ficha en el primer equipo.

En esta primera parte de la entrevista, hablaremos con el centrocampista de su paso por El Requexón, la vida en la casa azul en aquellos tortuosos años, su debut con el primer equipo ante Osasuna o del papel que debe jugar la cantera en el club carbayón. Una charla que se dividirá en dos para mayor disfrute de los lectores. 

Pregunta: Llegaste al Oviedo en el verano de 2004, siendo segundo año alevín. El de entonces era un Requexón muy diferente al de ahora.

Respuesta: Así es. Teníamos un generador porque no había luz. Pocas veces teníamos agua caliente. En ese sentido lo de ahora, por suerte, es otro mundo.

Durante esos años hubo muchos niños que abandonaron el Real Oviedo para fichar por el Sporting. ¿Tú tuviste la oportunidad?

Hombre, está claro que los responsables de la cantera del Sporting estaban al tanto. Al ir también con la selección asturiana te conocían perfectamente. Pero yo siempre tuve claro que no iba a ir. Puede ser que en ocasiones me lo ofrecieran, pero en un tono más informal al saber de sobra que yo no me movía.

Sí es cierto que muchos críos se marcharon al Sporting, pero era algo que no entendía ni en los casos de jugadores que no eran de Oviedo o tan oviedistas como otros. Cuando eres niño jugar es lo más importante de todo. Vale que en juveniles te ofrecían un filial que estaba en Segunda B, pero antes no entendía esas prisas por cambiar de equipo.

Aunque de aquella la diferencia entre ambos clubes era abismal, tu generación fue una de las noticias más positivas de aquellos años.

Sin duda. Mi generación era muy, muy buena. Ganamos la Liga en alevines y en infantiles, teníamos un equipazo.

Durante tu primer año juvenil (en el Liga Nacional a las órdenes de Jerkan) el A desciende en División de Honor. Eso fue un palo.

Sí. El juvenil A tenía buen equipo, pero por unas cosas u otras se fue para abajo. El siguiente año lo comenzamos con la obligación de subir, teníamos bastante presión. Lo conseguimos con Fermín como entrenador.

Acabas tu etapa juvenil tras jugar el tercer año en División de Honor y llegas al Vetusta. Fue entonces cuando tras ocho temporadas consecutivas de azul sales cedido.

Comienzo el curso con el filial, a las órdenes de Iván Palacios. El míster confiaba en jugadores más veteranos y, tras jugar poco en las primeras 7-8 jornadas, me voy cedido al Astur. Allí lo juego todo. Me vino bien.

Vuelvo al Vetusta la temporada siguiente y, con Palacios primero y con Ania después, lo juego todo.

De todos los entrenadores que tuviste en El Requexón, con quién dirías que aprendiste más.

Aprendí de todos, eso lo tengo claro. Quizás, por mis cualidades como jugador y por lo que necesitaba en aquel momento, me quedo con Iván Ania. Me enseño aspectos del juego que no dominaba, como la presión o la intensidad en las disputas. Sin eso es imposible jugar en Tercera y ni mucho menos más arriba.

En aquella 14/15, con Ania al frente, os metéis en el playoff de ascenso a 2ªB. ¿Os veíais capaces de ascender?

Totalmente. Nada más clasificarnos pensamos en el ascenso. Éramos un equipazo. El Arenas de Getxo, que tenía una plantilla tremenda y que acabó ascendiendo, nos empató la eliminatoria en el 90’ del partido de vuelta. Y nos ganan en el 118’. Estuvimos ahí.

Aquel año debutaron en 2ªB Diegui, Lucas, Óscar, David González y Allyson. ¿Pensasteis que alguno de aquella generación llegaría al primer equipo sí o sí?

En este tema el Oviedo es un club complicado. Durante esa etapa el club siempre tuvo en mente subir, subir y subir, como es normal. Hay una filosofía equivocada implantada en el pensamiento de la gente: “subo a este canterano a costa de perder partidos”, y no tiene que ser así. Si de verdad quieres apostar por un jugador, dale siete u ocho partidos a lo largo del año. No pasará nada.

La típica frase “los de fuera tienen más oportunidades que los de casa”.

Es que es verdad. Al fichar muchos jugadores de fuera, al final tienes que ponerlos, porque hay alguien que deberá responder por esos fichajes. Por una cosa o por otra tienen más oportunidades. De la cantera se acaba tirando cuando hay problemas económicos y no hay más remedio, como pasó en el Celta o en el Sporting.

Sí que es cierto que, por lo menos para mí, se debería normalizar que si se te lesiona un lateral (por ejemplo), antes de reconvertir a un jugador se debería subir al lateral del filial. Y probarlo.

Eso es. Siguiendo con el ejemplo del Sporting, el año de su ascenso les dio crédito en ese sentido. Vieron que, a lo mejor, los de abajo sí servían.

Como oviedista, yo me sentiría muy orgulloso de ver a un jugador de la casa en el primer equipo. Pero la verdad es que en Oviedo el jugador que sirve tiene poca confianza. Hay que tener demasiada suerte. Mira a Diegui, que debuta en 2ª porque ante la Ponferradina se lesiona José Fernández y en la jornada anterior Nacho López.

Tú debutas en la última jornada de la 15/16, ante Osasuna. ¿Durante aquella temporada entrenaste algo con el primer equipo?

Al principio no. Los últimos tres o cuatro meses, ya con Generelo (que por cierto, y aunque esto resulte polémico, me parecía un buen entrenador) en el banquillo, comienzo a ir con ellos.

¿En algún momento ves cerca debutar?

Con Egea era muy complicado. Quería gente veterana, y hay que decir que le fue bien así. Para qué va a experimentar. Yo lo entendía.

Yo no pido debutar de repente en invierno, pero sí creo que sería positivo que hubiera un proyecto a largo plazo para ciertos canteranos. Y que los entrenadores los arropen. Que gente como Edu Cortina o Viti, casi por contrato o política de club, jueguen ocho o diez partidos en una temporada.

Cuando en el mismo vestuario te enteras de que serás titular ante Osasuna, ¿lo ves como “qué bien debutar en el Tartiere, en mi casa” o como “vaya marrón”?

Lo primero (risas). Lo digo en serio. Saber que jugaría fue lo máximo. Aunque sí es cierto que salía al campo con compañeros que estaban igual que yo o que no estaban de jugar habitualmente. Y Osasuna llegaba como una moto, necesitando ganar y golear.

Es que la papeleta era curiosa.

Sí, pero como ya te dije, lo vi como una oportunidad. Yo dejaba de ser sub-23 y no sabía si sería mi último partido con esa camiseta. Y creía que me había ganado el privilegio de debutar en el Tartiere, en mi campo. Acabé el partido con la conciencia tranquila.

¿Cuál es tu pensamiento cuando acaba esa temporada, la 15/16?

Fue un verano complicado. Yo me veía capaz de jugar en el primer equipo. A principios de julio, antes de firmar a Hierro, hablé con Joaquín del Olmo. Me dijo que sin entrenador no me podía prometer una ficha. Acordamos hacer la pretemporada y que mi continuidad la decidiera el cuerpo técnico.

Mi idea era tener minutos y sabía que en el Vetusta había cerrado una etapa. Pero lo que tenía claro era que quería jugar, incluso saliendo cedido. No quería ser un estorbo.

 ¿En aquel momento tuviste ofertas de 2ªB?

Sí, algo había. Pero de verdad que me veía capaz de jugar en el primer equipo. Tanto futbolísticamente como sentimentalmente creía que podía aportar.

Por aquellas fechas anunciaron la vuelta de Michu. El Oviedo necesitaba (y sigue necesitando) algo de eso. Yo no concibo un derbi sin ningún chaval en el campo que sepa lo que eso significa.

¿Cuándo te enteras de que eres jugador de la primera plantilla?

Empiezo la pretemporada, que sale bastante bien, y a tres o cuatro días del cierre del mercado Ángel Martín González (director deportivo) me lo comunica. Justo esa semana Rocha rompe fibras, a lo mejor si no se hubiese lesionado estaría jugando en otro lado.