El mediocentro extremeño aporta equilibrio al equipo, pero no ha logrado dar continuidad a sus buenos momentos
25 dic 2016 . Actualizado a las 10:17 h.El pasado 11 de julio se hizo oficial la llegada al Real Oviedo de David Rocha. Un nombre que daba algo de luz a un proyecto que se había quedado sin un mediocentro de perfil ofensivo-creador tras la marcha de Héctor Font. Enseguida se vería que nada tenían que ver el extremeño y el villarrealense.
Rocha se hizo con el número 20 y se presentó ante los oviedistas con un golazo desde el centro del campo ante el Lealtad, en pretemporada. Un gol que fue el único matiz positivo en un encuentro en el que el equipo se vio superado por un irreverente conjunto maliayés.
Desde entonces, poco se supo de él hasta la jornada cinco de LaLiga 123. Unas molestias, contraidas durante la mencionada pretemporada, llegaron a su fin el día del Getafe - Real Oviedo, partido en el que debutaría jugando 29 minutos. Cerca estuvo de hacer gol en un mano a mano con Alberto García, pero, quizás por sus ganas de demostrar el día de su debút, tomó la mala decisión de jugársela a pesar de tener a Linares en buena posición para empujarla a la red. Habría supuesto el 1-2 a favor de los azules ya pasado el minuto 80.
Dos semanas más tarde, llegaría el partido que lo cambio todo. El encuentro de Cádiz que modificó el esquema y, con él, la dinámica de los de Hierro. En aquel partido, David Rocha demostró su polivalencia y jugó como interior derecho, puesto del que no se movió durante los siguientes dos encuentros.
El regreso de Susaeta al once, le empujó al centro de la medular de nuevo, pero no le alejó del once. A partir de ese momento, el extremeño se convirtió en un fijo del once y aporta un contrapunto a Lucas Torró que es lo que da el equilibrio al equipo. A esta pareja se suma Michu, cuándo el equipo necesita más empuje, o Erice, cuándo lo suyo es la contención.
Rocha no se volvió a mover de la alineación hasta que se encontró con sus excompañeros del Nástic. Aquel día, el mediocentro no pudo salir de inicio por las molestias en el hombro que llevaba arrastrando toda la semana. El equipo sacó los tres puntos y el 20 azul se vio relegado al banquillo en los siguientes duelos frente al Zaragoza y Córdoba.
En definitiva, el mediocentro cacereño continúa buscando su mejor estado de forma. Aporta equilibrio, golpeo en largo, distribución de juego y llegada, cuando está en forma. Pero se está mostrando irregular. Va a la par que el equipo en cuanto a rendimiento y aún no se sabe si quién es la causa y quién el efecto. ¿Es el equipo quién no se encuentra cómodo si Rocha no tiene el día o es Rocha quién se deja arrastrar por la dinámica del grupo?. Cualquiera de las dos situaciones podría resultar preocupante.
El Real Oviedo podría estar buscando a un mediocentro para el mercado invernal, lo que dificultaría la participación de Rocha en la segunda vuelta.