1-0 y Juan Carlos de portero. El equipo quinto haciendo la goma a lo Zenon Jaskula y semana tranquila.
Como Bill Murray en «Atrapado en el tiempo», uno tiene la sensación de vivir el mismo día cada vez que nuestro Oviedín juega en casa. Te levantas, desayuno/vermouth con prensa y después de comer al estadio. Un gol al segundo bostezo, partido controlado, decepcionante rival y +3.
Eso sí, el choque nos dejo detalles importantes:
Volvió Toché con gol incluido y con una celebración que nos llevó al pasado más reciente del 9 azul.
Michu emergió con un partido para enmarcar, de esos jugadores capaces de hacerlo sin marcar ningún gol ni dar ninguna asistencia. A alguno se le había olvidado que Michu es mucho más que #SwanseaNumberNine.
Fue noticia que casi todos los jugadores conservaron la vertical, en un terreno de juego más propio de años anteriores (o ni eso). Y gracias a Dios no hubo lesiones. «Importante no mancase», como diría aquel. Camino de la mitad del campeonato el equipo sigue con luces y sombras, sintiéndose muy cómodo en casa y completamente desnudo lejos de la Capital del Principado. Nadie sabe si es un problema mental, de actitud o de fútbol. Lo que está claro es que el domingo cuando nos despertemos, no querremos ser el bueno de Phil Connors, porque a nosotros el Día de la Marmota nos gusta vivirlo en el Tartiere.
Comentarios