Derrotas con goleada como la que tuvo lugar en Alcorcón el pasado sábado forman parte del fútbol, que se repita justo 15 días después de otra goleada en Huesca es más preocupante.
Tras el partido, el central Verdés comentaba que «desde el minuto 1 han estado más intensos que nosotros». Al mismo tiempo, en la rueda de prensa, Fernando Hierro decía que «no es falta de intensidad, es falta de entender el partido». Diferentes opiniones de un mismo encuentro.
Días antes del encuentro en Alcorcón, el técnico azul comentaba que «la posesión me parece que está bien, pero eso es para la élite , para la Champions». Espero que los entrenadores que no entrenen en Champions y hayan oído o leído esta reflexión no la tengan en cuenta después de que en los comienzos de la temporada dijera que «queremos crecer a través del balón».
También explicaba el malagueño en la previa que en Huesca al descanso el equipo tenía el 54% de posesión y perdía 3-0 y bromeaba sobre el dato : «Ahora vas y lo cascas». Pues bien, 15 días después el Oviedo volvió a tener más posesión que el rival (52%) y el resultado fue de 5-1.
El Oviedo tiene más posesión que su oponente casi siempre, incluso en derrotas estrepitosas. Lógico. El equipo repite pases entre centrales y laterales hasta la saciedad. Exactamente donde el rival quiere que el Oviedo tenga el balón. Tener la posesión ahí es fácil, sobre todo cuando el rival te lo permite.
El problema del Oviedo no es de intensidad, de alma ni de orgullo. El problema del Oviedo es de fútbol, de técnica y de táctica.
No veo relación entre el orgullo y el alma con el error técnico de nuestro portero en el segundo gol, con el absurdo pase en globo hacia atrás de Nando en el tercero o con el regalo de Verdés en el cuarto. Insisto, no veo problema de alma y orgullo como aseguraba el exfutbolista malagueño.
Las soluciones no son fáciles, los profesionales con experiencia deben buscarlas y Hierro también. Pero quizás convendría empezar por unificar conclusiones y aclarar los conceptos antes mencionados.
Ganando vale todo. Incluso, por ejemplo, aceptar la chirriante situación de que juegue Linares -jugador muy válido en su puesto como delantero centro nato- en la banda izquierda mientras los tres extremos firmados este año -Ortiz , Alaniz y Nando- ven el partido desde la grada. O que un año más el equipo carezca de un medio centro de garantías.
El que aún siga leyendo este artículo se dará cuenta que únicamente hablo de lo deportivo, de lo que pasa en el verde, de lo que me gusta. Lo demás cuanto más lo conozco menos me interesa.
Evidente estoy obligado a dar una vez más las gracias a CARSO por su aportación tan decisiva en el Oviedo. Evidente porque gracias a su llegada el equipo en lo económico tiene viabilidad y futuro. Obligado porque aún hay personajes que ven una crítica al grupo mexicano en las críticas deportivas, nada más lejos de la realidad.
Termino aclarando que creo que hay plantilla para pelear por el ascenso. Pero eso depende de muchas otras cosas. Los de fuera pondremos nuestro granito de arena apoyando en el Tartiere y lejos de él. Pero opinando y debatiendo. Faltaría más. El que no lo entienda así, se equivoca.
Hala Oviedo.
Comentarios