Quien más quien menos se hizo sus castillos en el aire nada más ascender en Cádiz, con quién sería nuestro delantero en el retorno al fútbol profesional... Uno imaginaba al "Jefe" reunido con un Rubén Castro de la vida (futbolística), o las oficinas del club llenas de goles en forma de ofrecimientos. Cuando nuestra mente había cazado al representante de Lewandowski en las inmediaciones del Tartiere se anunció el fichaje de Toche.
Reconozco mi escepticismo inicial respecto a su rendimiento, incluso cierta desilusión (incauto de mí). Un buen amigo de Betanzos, socio del Depor y afincado en Oviedo, me frenó en mi "cruzada" contra el murciano a las diez horas de su fichaje, con un escueto "buen fichaje". Y entre los dos, llegamos a la conclusión de que para el que no lo ve con asiduidad, parece peor de lo que realmente es. Parece (o es) lento, pero es el más rápido donde tiene que serlo, parece torpe pero por lo general, la jugada acaba en uno de azul tras pasar por sus pies, parece frío pero siempre está en permanente lucha, ya sea por el balón o con el rival. Reconozco que últimamente le noto más ansioso (casi desesperado) que nunca, quizá por las dificultades ofensivas del equipo, pero ha intervenido en 7 de los 11 goles del equipo en Liga.
Así es Toché, parece que no pero sí, parece que sí pero no. No parece el mejor pero lo es, porque es el nuestro. Y qué suerte tenemos amigo José, que podemos verlo todos los domingos.