Vaya por delante mi máxima admiración a los aficionados desplazados a Ramón de Carranza. Se que no es lo mismo pero enhorabuena por el ascenso, otra vez.
Se ganó en Cádiz ,que lo mismo nos cura de una eternidad en el barro,que de una semana con dos derrotas seguidas. Decía Álvaro Cervera a final de semana «el Oviedo intenta manejar la pelota en zonas que no nos suele preocupar».
Lejos de hacer buenas las palabras del preparador del equipo cadista, Fernando Hierro pobló el centro del campo para todo lo contrario,esperar al Cádiz y ser muy vertical en zonas que preocuparían a cualquier entrenador rival. Ayudado por dos goles tempraneros, el equipo solventó el partido con cierta suficiencia y afrontará los dos partidos de casa en una situación más cómoda.
Parece claro que el equipo se ha sentido mejor dejando (no) hacer,que intentando hacer,pero cuesta pensar en ese escenario domingo tras domingo,cuesta pensar que los rivales vengan al Tartiere sin la lección aprendida, y cuesta pensar que la grada no se ponga nerviosa si el resultado no acompaña durante el partido. Veremos qué es lo que no le preocupa al bueno de Jagoba Arrasate, nosotros bastante tenemos con preocuparnos de volver al Tartiere,que no siempre vamos a jugar en el Carranza.
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