Seis estudiantes de la Escuela de Arte diseñan un taburete que combina la tradición metalúrgica asturiana y la estética «high-tech»
AVILÉS
A partir de un supuesto planteado en una asignatura, decidieron representar la estética del mecanizado tradicional y consiguieron «un objeto conversacional y de lujo, visualmente impactante»
06 jul 2024 . Actualizado a las 11:14 h.Un grupo de seis estudiantes de la Escuela Superior de Arte del Principado de Asturias (ESAPA) diseñaron y produjeron un taburete con el que ensalzan la tradición metalúrgica asturiana a partir de un supuesto que les plantearon en una asignatura.
Cursan el grado de Diseño de Producto en la escuela de Avilés y, entre todos, decidieron basarse en la larga tradición de la región combinada con recursos estéticos contemporáneos y comenzar con una lluvia de ideas. Tras descartar otras opciones porque «no tenían sentido», comenta Diego Sierra, uno de los integrantes del grupo junto a Taysha Vanessa Vaca, Héctor Tellado, Julia Maroto, Guzmán Peri y Nora Sors. Decantándose rápidamente por crear un taburete que represente la industria asturiana, presentaron su diseño SC-1 (Stool Cool-1).
Se basaron en las indicaciones del supuesto práctico de crear un producto doméstico y tenerlo listo para producir en un plazo de 12 semanas. El intervalo temporal les llevó a crear piezas cilíndricas, «para optimizar el uso del material y el tiempo de mecanizado», explica Sierra.
Tuvieron también en cuenta la viabilidad del proyecto y los elevados costes del torneado, además crearon un producto enfocado al mercado de lujo para justificar los costes finales. El taburete combina la metalurgia con una estética high-tech —arquitectura de alta tecnología—, un estilo que ensalza el valor industrial del producto.
El eje de SC-1 es un mecanismo de suspensión en torno al que gira el diseño. Según explica Diego Sierra «para resaltar aún más la idea de pieza mecánica», visual y auditivamente se percibe el rodamiento del asiento sobre las patas, algo que también facilita el giro de este. Esto lo resaltan con la incorporación de un muelle rojo, que crea un contraste con la estructura de aluminio torneado.
Eligieron sujetar el asiento de vidrio de seguridad con 20 milímetros con tres ventosas para, una vez más, centrar la atención en el mecanismo de suspensión. Con todo ello, ensalzan la estética del mecanizado y consigue «ser un objeto conversacional y de lujo, visualmente impactante», explican. SC-1 va más allá de un taburete convencional, de hecho no es su razón de ser, pero cumple con su funcionalidad y practicidad.
Fue testado realmente por personas de 1,50 metros y 1,90 metros, que concluyeron que «su uso era confortable, tanto en postura de pies reposados en el suelo como en los estribos». Enfrentaron problemas al igual que en la vida real, como que «el mecanizado es caro», explican. Por lo que los costes tuvieron que ajustarse también, a pesar de que era un trabajo en colaboración con el centro Revillagigedo, lo que les permitió visitar los talleres y hacer seguimiento del proceso.
Los pasos que siguieron fueron todo lo aproximados a un trabajo real que se podía, de hecho, siguieron paso por paso el proceso, teniendo que «respetar los plazos de trabajo del taller y sabiendo que cuando decidimos la idea no podíamos parar porque suspendíamos», detalla Diego Sierra.
Finalmente, justificaron, presentaron su proyecto y consiguieron un producto doméstico, con estética high tech y ajustándose al supuesto real que les plantearon en la ESAPA. Y lo más importante, ensalzando y representando la amplia tradición metalúrgica de Asturias. SC-1 existe al menos en una unidad, ya que ante la idea de hacerlo a pequeña media escala asumen que se trata de un producto de alto coste, algo que supieron desde un primer momento al decidir crear un taburete dirigido al mercado de lujo.
En cálculos reales y atendiendo al coste de todos los procesos y el mercado actual, para una tirada de diez unidades, cada SC-1 se podría comprar por 2.596,62 euros. Un precio elevado, pero que sería menor en una tirada de 100 unidades, que se vendería por 1.087,44 euros por unidad. Una cifra que está justificada para un producto competitivo y que aúna funcionalidad con diseño, teniendo en cuenta el mercado al que va dirigido.
A pesar de esta realidad, no tienen en mente sacarlo a la venta, ya que las horas de diseño, las horas de fabricación y los gastos en materia prima o piezas externas, dejan el coste de fabricación del prototipo en 12.889 euros. Este taburete si será parte de su carta de presentación como diseñadores, de hecho, decidieron inscribirse con SC-1 al Selected Bilbao, un evento de diseño y creatividad visual de dos días.