
El Arzobispado reconoce la necesidad de adoptar medidas ante la pérdida de matrícula. Garantiza la continuidad del modelo a las 600 familias con alumnos matriculados
17 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.La fusión de los dos colegios diocesanos de Avilés se empezará a conformar a partir del curso 2018/2019. No se sabe aún qué fórmula se utilizará pero sí que el proceso es inevitable. El colegio Santo Tomás y el San Nicolás de Bari son los dos centros con los que cuenta el Arzobispado de Oviedo en la ciudad y los primeros diocesas de Asturias que se someterán a una anexión derivada del descenso de alumnos. La Iglesia reconoce que Avilés es la ciudad asturiana donde más ha notado, la caída de la natalidad, pero se prepara para que pueda ocurrir lo mismo en centros de Oviedo, Gijón o Corvera.
La solución que se adapte en Avilés será la que probablemente se use en otros centros, llegado el momento. Así lo ha asegurado Pilar Hernández Santos, delegada episcopal de Enseñanza en una entrevista publicada en la web del Arzobispado de Asturias. A preguntas de LA VOZ DE ASTURIAS, Hernández no ha querido ahondar en cómo será la fusión que se lleve a cabo en los colegios de Avilés. Ha asegurado que está previsto «aclararlo» en un mes, coincidiendo con el final del curso académico.
De momento, ha adelantado que durante el próximo año escolar, para el que ya se han realizado las inscripciones, no habrá novedades. «A fecha de hoy, y con el compromiso de la Consejería de Educación, podemos garantizar que el próximo curso los centros seguirán con su plan de estudios normalizado», asegura. El proceso de fusión comenzaría al año siguiente y «daría como resultado un centro educativo nuevo con unas instalaciones adecuadas al proyecto educativo innovador que los niños y jóvenes necesitan para desarrollar todas sus capacidades». La delegada episcopal de Enseñanza insiste en que con la fusión «la continuidad del modelo educativo» se garantizaría y que, además, «lo haríamos en la ubicación con las mejores instalaciones posibles y con un proyecto de inversión que aumente y refuerce el complejo escolar para dar respuesta a las necesidades presentes y futuras». La duda que queda es cuáles serían esas instalaciones y si la fusión supondría renunciar a alguna sede, del San Nicolás o del Santo Tomás.
Mensaje de tranquilidad a las familias
Hernández ha «tranquilizado a las familias de San Nicolás». Les ha pedido que «confíen en el equipo directivo y titular del centro: ellos son los que pueden informar adecuadamente de este proceso. Es muy comprensible que las familias quieran tener toda la información que atañe a la educación de sus hijos con la antelación suficiente que les permita decidir de forma responsable lo mejor para ellos». Esa información, según ha dicho, podrá dársela en unas semanas. «Nosotros queremos seguir prestando este servicio educativo y asistencial, en el presente y el futuro. Los centros diocesanos son centros concertados, esto quiere decir que dependemos de la administración para poder prestar nuestro servicio y ello conlleva tener que cumplir unos requisitos de número de alumnos por unidad», indica Hernández. Su apuesta es que la administración aproveche el descenso de la población para «posibilitar una mejora en la calidad de la enseñanza disminuyendo la ratio por profesor o al menos acercar lo más posible la ratio de la escuela concertada a la de la titularidad pública así como el gasto por puesto escolar. Todos los niños y jóvenes asturianos merecen que el estado a través de su comunidad autónoma invierta en su educación la misma cantidad de dinero independientemente de que sus padres, ejerciendo su derecho constitucional, hayan optado por una escuela pública o de iniciativa social».
Hernández hace una defensa de la escuela católica diocesana y de un modelo educativo «que lleva presente en Avilés muchos años y que cuenta con el respaldo de más de 600 familias. Ahora bien, en la coyuntura presente esto solo será posible si lo hacemos juntos, uniendo las fortalezas comunes». De ahí la intención de fusionar los dos centros con que cuenta el Arzobispado en la ciudad.
Otras zonas
La delegada de Enseñanza asegura que en los colegios de Gijón no han sufrido aún las repercusiones del descenso de la natalidad, como tampoco en el de Corvera. En uno de Oviedo, otro de la periferia de Gijón y el San Nicolás de Bari han perdido una unidad para el próximo curso. «La apuesta es clara y de alguna manera nos adelantamos en Avilés a dar soluciones de futuro, como otras instituciones han hecho en otras poblaciones asturianas para no perder calidad educativa, sino aumentarla, y hacer frente a la caída de la natalidad». Unas 1.600 familias asturianas tienen a sus hijos en colegios diocesanos y todos ellos tienen una amplia experiencia, que ronda el medio siglo.