
De acuerdo con el mapa comparativo de 1752, 1857 y 2024, elaborado por Sadei, la enormemente compleja estructura territorial y jurisdiccional que regía en la región en el siglo XVIII poco tiene que ver con la de hoy en día, con concejos extintos, parroquias «fagocitadas» administrativamente por otros municipios y otras que se desgajaron del ente original
31 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.En esa obra maestra de la ciencia ficción llamada «The man from earth», el protagonista, John Oldman, supuestamente un hombre del Paleolítico superior que ha sobrevivido hasta nuestros días, admite ante las preguntas de sus amigos que no puede determinar exactamente dónde nació, ya que (grosso modo) las referencias de su memoria no se ajustan a su realidad presente y a la manera en la que todo lo que le rodeaba cambió con el tiempo, mientras él, paralelamente, no paraba de moverse y de desaprender para incorporar nuevos conocimientos.
«Se dice que no puedes volver a casa, porque tu casa ya no está ahí (…) migré por espacios llanos que no tenían fin, llenos de cosas nuevas a cada paso... bosques, montañas, tundra, cañones... mi memoria ve lo que vi entonces; mi ojo hoy ve autopistas, extensión urbana, big macs bajo la Torre Eiffel... el mundo crecía más y más y luego tuve que borrarlo todo», detalla.
De manera un poco parecida a lo que le sucedía al bueno de John Oldman, con los años no solo cambia la tierra que nos ha visto nacer, sino también el modo en el que ésta se organiza. Incluso este pequeño pedacito del mundo que es Asturias no tiene nada que ver con lo que era hace dos siglos y medio. Pero no solo demográfica y urbanísticamente, sino también desde el punto de vista administrativo. Concejos que antes existían hoy forman parte de otros y viceversa. Entidades comarcales más o menos independientes actualmente se imbrican en otros municipios. Incluso entidades administrativas con categoría propia hasta no hace tanto tiempo hoy están extintas.
Esto es lo que muestra, a grandes rasgos, el Mapa Administrativo comparativo de 1752, 1857 y 2024, elaborado por la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei). A la hora de analizar cómo se dividía el Principado en el XVIII, la fuente empleada por Sadei es la publicación de 1991 del Instituto Nacional de Estadística sobre el Catastro de Ensenada, «Censo de población de la Corona de Castilla del Marqués de la Ensenada. 1752», que cita los términos incluidos en los volúmenes originales. Para este periodo, Sadei apunta que ni siquiera puede considerarse que se trate de municipios o similares, «al menos tal y como se entienden hoy, dada la profunda diferencia habida entre la administración del Antiguo Régimen y la que la reemplazó».
Este extracto descriptivo de la situación resalta que «la complicada estructura territorial y jurisdiccional que regía en la Asturias del siglo XVIII, donde la población se agrupaba en diferentes niveles o estructuras poblacionales, a las que el Subdelegado dio en llamar laberinto de concejos, parroquias, cotos y lugares». En carta a la Real Junta, de principios de 1752, «definía la principal unidad territorial asturiana, el concejo, como «un gran número de casas, con nombre de lugares, esparcidas por todo su distrito, dentro del cual hay parroquias con división de términos», que en ocasiones tendrían adheridos unos territorios jurisdiccionales llamados cotos».
De acuerdo con esta nomenclatura, concejos «sería lo más parecido a lo que hoy entenderíamos como municipio, si bien en la práctica sería una suerte de comunidad de parroquias, que eran las que se encargaban del grueso de la gestión del territorio». Por otra parte, «cotos son terrenos privados que, en teoría, deberían estar dotados de regidor, justicia y escribanos, si bien en la práctica parece que hubo casuísticas muy diferentes». Hay otros casos, según las denominaciones incluidas en el censo, en los que se habla de «villas, puertos, condados, etc...».
Uno de los casos más significativos de cómo ha cambiado la división de nuestra comunidad autónoma es el de Oviedo, probablemente el concejo que más alteraciones ha experimentado desde 1752. En ese año existían de manera independiente a Oviedo el Naranco, a modo de coto jurisdiccional, y Cerdeño, como coto, al igual que Bendones, Tudela, Olloniego, Cagigal, Ribera de Abajo, Puerto y parte de lo que hoy es Grado.
En lo que respecta a Gijón, apenas hay alteraciones en el mapa desde el siglo XVIII con respecto a lo que podemos ver y visitar hoy en día. La única diferencia es que el Natahoyo y Granda existían de manera más o menos independiente, de acuerdo con la estructura territorial y jurisdiccional que regía en la Asturias del siglo XVIII.
Precisamente, en virtud de esta estructura, Avilés en 1752 era un concejo muy diferente al actual, ya que se extendía al sur por parte de lo que hoy es Corvera de Asturias e Illas, al tiempo que no contaba con una buena parte de su territorio al norte, entonces Gozón y parte de Castrillón. También Mieres del Camino se encontraba enmarcado dentro del concejo de Lena, al que perteneció hasta el año 1836, como villa y jurisdicción, y fuera del Grado actual quedaban San Pedro de Coalla (coto y jurisdicción en aquellos años), Mata, Peñaflor y Cabruñana.
Un caso muy parecido al de Oviedo es el de Tineo, cuya división territorial y jurisdiccional es hoy en día sensiblemente diferente que a mediados del siglo XVIII. Sangoñedo (San Juan de Goñedo), Morteras (La Mortera), Mirallo de Arriba (Mirallo), y Bárzana (San Miguel de Bárcena) eran administrativamente cotos, con la denominación de villa en el caso de Mirallo. En este sentido, en 1752 lo que hoy es Cangas del Narcea se encontraba esencialmente dividido en el coto de Cangas y el concejo de Cangas de Tineo, con Leitariegos (Leytariegos) y Corias como cotos.
De acuerdo con lo que establece el Sadei, en 1857 el mapa administrativo de Asturias ya se parece mucho más a lo que existe hoy en día, sin el maremágnum de divisiones, cotos, villas y jurisdicciones de un siglo antes. Para este año los datos «son los que se publican en el Censo de Población de 1857 para la Provincia de Oviedo, compendiado en el Fondo Documental del Instituto Nacional de Estadística», completados con las anotaciones de la publicación de 2008 «Variaciones de los municipios de España desde 1842» del Ministerio de Administraciones públicas.
En este caso, «el concepto municipio de la época puede considerarse como equivalente al actual». Las diferencias más significativas en 1857 con respecto a lo que conocemos actualmente son que Tapia de Casariego pertenecía a Castropol, Villayón a Navia, parte de Pravia a Salas, Tudela (Veguín) y el hoy extinto concejo de Ribera de Abajo (o Ribera de Yuso) no formaban parte como hacen hoy de Oviedo y Peñamellera Alta y Peñamellera Baja eran un único municipio, al igual que Ibias y Degaña, éste último integrado administrativamente en Ibias entre 1826 y 1863.