Es el momento de aplicar las medicinas que Galicia y Asturias necesitan

Pablo Junceda DIRECTOR GENERAL DEL SABADELL HERRERO Y DEL SABADELL GALLEGO

ASTURIAS

El director general del Banco Sabadell, Pablo Junceda, en la séptima edición de los Encuentros en el Eo, evento organizado por La Voz de Asturias, La Voz de Galicia y el Banco Sabadell
El director general del Banco Sabadell, Pablo Junceda, en la séptima edición de los Encuentros en el Eo, evento organizado por La Voz de Asturias, La Voz de Galicia y el Banco Sabadell Héctor Herrería

Discurso íntegro durante la apertura de la séptima edición de los Encuentros en el Eo

11 abr 2025 . Actualizado a las 23:48 h.

En plena semana de turbulencias informativas, económicas y de mercados en la que tantas cosas se ponen en cuestión, conviene defender aquellas que en las últimas décadas nos han sido de utilidad para avanzar, sin mirar de reojo quién las proponía.

Podemos apelar al espíritu de la Transición, donde los españoles decidimos barajar con cartas nuevas. El resultado no nos fue nada mal. Pero de un tiempo a esta parte, como digo, cuesta mucho llegar a entendimientos que con altura de miras superen las barreras ideológicas que se impone cada uno.

Galicia y Asturias siempre han tenido el hándicap de su territorialidad periférica. Pero, quizá precisamente por eso, hemos caminado juntos casi siempre, conscientes de nuestras limitaciones y también de que la unión nos favorecía. Intereses comunes enraizados además por lazos de afectividad personal que siempre nos han acompañado.

Y los Encuentros en el Eo no son más que la escenificación en el presente de ese espíritu de cercanía y, por ello, de permanente concordia entre dos tierras que, permítanme decirlo, son una misma, cada una con sus particularidades. Nadie se siente forastero cuando llega a Galicia desde Asturias, o viceversa.

Porque donde hay sitios en los que se genera la separación, estos Encuentros en el Eo unen voluntades y unen a personas sin tener en cuenta los territorios.

Y aunque hoy estemos tierra adentro, en Oviedo, esa ría del Eo nos representa a todos como un gran espacio en común que se amplía desde Fisterra o desde Tui hasta Tina Mayor o el Pajares.

Precisamente por ello hemos decidido dar un paso más y llevar estos encuentros a otras zonas de Galicia y el Principado, precisamente por esa vocación de acercar y de abrir la perspectiva que nos permita ver las cosas de forma más amplia y permitir que nuestros presidentes puedan debatir a diferentes territorios de nuestras geografías.

Los Encuentros del Eo nacieron ya en el 2017 gracias a la voluntad de la Corporación Voz de Galicia de generar un diálogo amplio y positivo, muy centrado en asuntos concretos, prioritarios, que sea necesario acometer a corto plazo y que se pueda hacer de forma mancomunada.

Cuatro han sido los presidentes que han dado generosa cobertura a estos encuentros: Alberto Núñez Feijoo, Javier Fernández, Alfonso Rueda y Adrián Barbón. Y, como asturiano con raíces gallegas, siento una enorme satisfacción por verme bien representado por políticos que cumplen su papel institucional, que escuchan al otro y que incluso mantienen una buena sintonía personal. En todos ellos he encontrado una voluntad empática, tan necesaria cuando se quieren resolver los problemas.

Hablo del papel que juegan nuestros presidentes, pero es de justicia hacer también referencia a que los encuentros están impulsados por la Corporación Voz de Galicia, con La Voz de Galicia y La Voz de Asturias como ventanas abiertas a los 3,7 millones de personas que viven en ambas comunidades.

Este Encuentro de hoy en Oviedo vuelve a poner encima de la mesa aquellos retos que deben asumir ambos territorios. Los recurrentes y otros que han surgido en los últimos tiempos:

Hablo, por ejemplo, de la vivienda, un derecho constitucional que necesita soluciones inmediatas para problemas inmediatos de la ciudadanía. 

Hablo también de unos servicios sociales y de atención a dependientes en zonas que están envejecidas y sobre las que hay que actuar con políticas de precisión.

De una financiación adecuada y no asimétrica, en la que los asturianos y los gallegos sean tratados en igualdad de condiciones que cualquier otro español. Este sí que es un tema especialmente sensible para ser abordado en conjunto, y no de forma individual por cada territorio.

Del impulso a nuestras industrias, protegiendo a aquellas con especiales características, como las electrointensivas, muy lastradas por precios de la energía que afectan a su competitividad. O las agroalimentarias, que contribuyen a mantener la sostenibilidad con productos propios, a crear empleo y a fijar población en zonas demográficamente vaciadas. 

Y, como siempre, las infraestructuras. Especialmente las ferroviarias, aquellas que nos conecten desde el norte de Portugal hasta el centro de Europa.

Cada año, en estos Encuentros del Eo, entre todos nos ponemos tareas. Alguno podrá decir que no hemos avanzado desde el primer encuentro en el 2017. Discrepo. Yo mismo he participado en diferentes encuentros en los que también estaban los presidentes y que tuvieron y tienen como protagonistas a las patronales empresariales y a las Cámaras de Comercio del noroeste.

Gracias a estos encuentros se ha conseguido mantener posiciones comunes en algunos de los temas a los que me he referido; se ha conseguido, además, tener vivos los debates, ejercer presión positiva y que en los ámbitos decisores se decidiera abrir proyectos y sus correspondientes presupuestos.

Pero es evidente, eso sí, que los empresarios gallegos y asturianos no necesitan palabras al viento ni documentos con vocación de llenar las bibliotecas. El empresario, que sube la persiana todos los días, necesita hechos y soluciones.

Como cualquier buen médico hemos de pasar del diagnóstico a la búsqueda de una curación de nuestros males. El tiempo nos ha hecho expertos en diagnosticar qué nos pasa, escribir muchas líneas sobre ello, y dejar en blanco las páginas que deben recoger las soluciones concretas necesarias. Pienso que es momento de aplicar las medicinas que Galicia y Asturias necesitan.

Las empresas, y yo estoy en una, estaríamos muertas si no lleváramos a la práctica las previsiones que hacemos. Y pienso que en la política debe ser lo mismo; los máximos responsables de pasar de las musas al teatro, del diagnóstico a la curación están hoy delante de todos ustedes.

Escuchémoslos y exijámosles soluciones. De eso de trata hoy.