Los jóvenes asturianos aparcan el carné de conducir: «Lo de sacarlo a los 18 ya no se lleva»

Sergio Muñoz Solís
Sergio M. Solís REDACCIÓN

ASTURIAS

Un coche de autoescuela en una imagen de archivo
Un coche de autoescuela en una imagen de archivo ALBERTO LÓPEZ

Profesores de autoescuela de Oviedo y Gijón repasan el perfil de su actual alumnado y advierten de que la dificultad de los exámenes ha aumentado en los últimos años: «Se busca reducir el índice de siniestralidad y quieren que la gente salga más preparada»

07 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

En el año 2023, casi 28 millones de españoles tenían en su posesión alguno de los diferentes tipos de permisos de conducir que expide la Dirección General de Tráfico, según datos del portal Statista. En Asturias, cada año se tramitan 16.000 nuevos carnés pero, desde hace un par de décadas, el perfil de los conductores noveles ha cambiado.

«Ya no se lleva lo de sacarse el permiso al cumplir los 18», cuenta Ana Valdés, directora y profesora de la Autoescuela Palomero de Gijón. «Empiezan a preparar el carné cuando lo necesitan», comenta, y apunta que la edad media de sus alumnos está comprendida «entre los 22 y los 25 años». Valdés expresa que, al margen de la edad, también se nota un importante aumento de clientes extranjeros con permiso de conducir en sus países de origen, pero que deben afrontar una evaluación en España. En la misma línea, desde la Autoescuela Foncalada de Oviedo, Silvano López comenta que gran parte de su alumnado procede de países como Cuba o Venezuela y «tienen que examinarse aquí otra vez porque no convalidan su carné de allí», mientras que quienes estrenan la mayoría de edad «no tienen ninguna prisa» por obtener el permiso.

«Los meses fuertes siempre son junio y julio, cuando la gente aprovecha las vacaciones para sacarse el carné, y septiembre, al empezar el nuevo curso», cuenta López. Según la época del año, el aumento de alumnos provoca que, en muchos centros, se forme incluso una lista de espera para dar las clases prácticas: «La gente siempre quiere los mismos horarios. En invierno, todos quieren dar clase por la tarde porque por la mañana tienen que trabajar o están en la universidad, y en verano, todos quieren las prácticas pronto por la mañana para después ir a la playa y aprovechar el día», expone Valdés. 

La profesora advierte de que los jóvenes que se matriculan hoy en las autoescuelas lo hacen «con la intención de sacar el carné muy rápido» y que «les importa más aprobar que aprender a conducir»: «Es verdad que nosotros damos unas pautas muy concretas, adaptadas al examen. Pero lo fundamental es que dominen la conducción». Por su parte, López destaca como principal diferencia entre los alumnos actuales y los de anteriores generaciones los conocimientos iniciales a la hora de subirse al coche: «Antes era normal que aprendieran a conducir en casa, que les enseñara la familia antes de venir a la autoescuela, pero ahora ya no hay lugares donde puedan hacer eso con seguridad».

Valdés resalta la importancia que tiene de cara al examen la conducción eficiente de los aspirantes y muestra su disconformidad con algunas situaciones que a menudo suceden durante las pruebas: «No me parece bien que los examinadores suspendan si no te diste cuenta de que había alguien esperando en un paso de peatones, cuando a nadie le denuncian por cruzar mal». La profesora tampoco está de acuerdo con que los alumnos deban enfrentar en la prueba determinados itinerarios cerrados con circunstancias concretas del tráfico donde los errores son más frecuentes: «Hay muchos recorridos que prácticamente tienen que memorizar, porque si no es fácil que se equivoquen».

Foto de archivo de un vehículo de una autoescuela circulando por una calle de la comarca
Foto de archivo de un vehículo de una autoescuela circulando por una calle de la comarca PEPA LOSADA

Por su parte, López indica que la mayoría de fallos de los alumnos son «fruto de la inexperiencia»: «No es fácil aprender a conducir. Hay que coordinar muchas cosas: tres pedales, palanca de cambios, volante. Todo lleva su tiempo». Además, considera que el nivel de las pruebas y la exigencia de los examinadores «se ha endurecido» en los últimos años: «Al final se busca reducir el índice de siniestralidad y quieren que la gente salga más preparada».

Ambos profesores coinciden en que el número de clases prácticas necesarias para afrontar la prueba con garantías de aprobar se sitúa entre las 25 y las 35, aunque cada persona «tiene sus necesidades»: «Tampoco dice nada el hecho de aprobar a la primera. Hay alumnos muy buenos que tienen menos suerte en el examen y lo sacan más tarde», comenta Silvano López.

¿Y dónde es más fácil aprobar? Valdés cree que Gijón no es una ciudad difícil para circular y además «permite recorrer autopista, carretera convencional y zona urbana» en una misma clase. Respecto a Oviedo, López piensa que «hay ciudades más fáciles»: «Hay mucha cuesta, mucha calle estrecha. Lo peor es cuando los alumnos se encuentran con coches en doble fila. Se ponen nerviosos, no saben qué hacer y no respetan la separación lateral». En su opinión, la mejor localidad para aprobar en Asturias es Luarca: «Allí se sacó el carné Fernando Alonso», apunta con humor.