La gran reconciliación de la derecha asturiana: tras casi tres décadas de escisiones con el foco en el Principado

ASTURIAS

Queipo y Pumares firman un acuerdo que sienta las bases para la colaboración de los grupos

18 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Con la firma este fin de semana de un denominado «acuerdo de colaboración» en la Junta General entre el Partido Popular y Foro Asturias, no se ponía sólo en marcha el mero protocolo de entendimiento entre ambas formaciones para actuar de manera coordinada en el parlamento autonómico sino que se sellaba también en cierto modo un pacto de reconciliación que ha mantenido dividido al espectro político del centro derecha en Asturias desde hace casi tres décadas.

Cada formación «conservará su autonomía e independencia», insistieron los firmantes, el presidente del PP de Asturias, Álvaro Queipo, y el secretario general de Foro, Adrián Pumares; y a pesar de que Queipo insistió en que su preocupación «no está en las elecciones», sino en «unificar esfuerzos» hasta esos comicios, a ninguno se le escapa que cerrar la brecha entre partidos les puede ayudar de forma muy relevante para alcanzar el gobierno de la comunidad, o eso al menos dicen los números de los últimos comicios.

En las elecciones autonómicas de mayo de 2023 el PSOE de Adrián Barbón subió en votos aunque bajo en escaños, esto es así porque el sistema electoral de Asturias tiene tres circunscripciones y sobre todo porque el PP --liderado para las elecciones por un recién aterrizado desde Bruselas, Diego Canga-- devoró todo el electorado de Ciudadanos, que fue borrado absolutamente del mapa, llevándose incluso a varios de sus cuadros dirigentes; incluso al mismo coordinador regional, Ignacio Cuesta, que saltó a las listas del PP de Oviedo casi de un día para otro. Canga presumió en el recuento de haberse quedado apenas a un puñado de votos de arrancarle un escaño decisivo al PSOE que hubiera podido abrir las puertas a un gobierno con Vox, pero lo cierto es que no es así, hubieran sido varios miles de votos, y no un puñado, lo que hubiera cambiado ese escaño.

Eso sí, el PSOE le sacó al PP a nivel autonómico una ventaja de alrededor de 20.000 votos en toda Asturias y esa cifra encaja casi como un guante el número de sufragios que logró Foro para mantener su único escaño en el hemiciclo: 19.652. Las elecciones no funcionan como una ecuación matemática y la mera suma de dos partidos no equivale a una suma de votos, pero sí es cierto que el centro derecha se quedó a muy poco de llegar a la presidencia del Principado. Si hubiera habido un pacto con Vox.

Lo hubo en Gijón, por ejemplo. Y ese acuerdo a tres bandas es el que dio su principal plaza fuerte a Foro con el regreso a la alcaldía de Carmen Moriyón, desplazando a la lista más votada, el PSOE. Y con todo, los pactos con Vox resultaron ser unos acuerdos precarios que se han roto en las autonomías en que se firmaron y en un gran número de ayuntamientos. En Asturias sólo el de Tineo está vigente.

Es improbable que la escisión de Vox (Santiago Abascal fue militante del PP) se resuelva en el medio plazo, pero Álvaro Queipo sí ha comenzado a cosechar la reconciliación de la derecha asturiana que se partió por 90, con el primer gobierno de Aznar en La Moncloa y con dos vicepresidentes asturianos --Francisco Álvarez-Cascos y Rodrigo Rato-- el PP también estrenaba por primera ocasión gobierno en Asturias, de la mano de Sergio Marqués.

Pero la ruptura, por causas más personales que políticas, entre Cascos y Marqués abocó a su electorado y al partido a un tiempo de divisiones que se prolongarían durante casi tres décadas. Marqués fundó Unión Renovadora Asturiana (Uras) en el año 1998 y consiguió tres escaños para su partido al año siguiente. Después fue languideciendo hasta un coalición con el Partíu Asturianista (PAS) que nunca logró representación parlamentaria, pero esa ruptura castigó muy severamente al PP asturiano.

Y fue así en la primera década del siglo, hasta el estallido de Gran Recesión y como efecto colateral, la voladura del sistema de dos grandes partidos en las elecciones de 2011 y 2015, especialmente. A las primeras, llegó como una fuerza electoral muy pujante el primer Foro Asturias, creado a imagen y semejanza de Francisco Álvarez-Cascos que rompió con el PP y llevó consiguió no sólo a muchos militantes sino a una mayoría de sus votantes, los suficientes para alcanzar el gobierno del Principado pero en una situación tan precarias que tuvo que adelantar las elecciones tras apenas un año de mandato en el que no logró ningún tipo de acuerdo con nadie, tampoco con el PP.

El Foro de Cascos fue en todo caso un partido lo suficientemente fuerte para arraigarse en el poder municipal, con ediles en varios concejos, y especialmente con su bastión en Gijón, que perdió cuando Moriyón ya había sido alcaldesa por dos legislaturas. Pero la formación inició una lenta decadencia que terminó incluso con la expulsión de su fundador y una denuncia ante los tribunales por apropiación indebida, de la que salió absuelto, aunque la Fiscalía ha pedido repetir el juicio.

En todo caso, ni la decadencia primero de Uras, ni luego la de Foro, sirvieron para el PP regional, ya que había surgido un tercer nuevo elemento: Ciudadanos.

Los naranjas vivieron una época de esplendor nacional que tenía también su reflejo en las comunidades y acariciaron buenos resultados en Asturias, hasta llegar a los cinco escaños y grupo propio en la Junta General. Además el PP de Asturias padeció aún numerosas crisis internas con corrientes y familias enfrentadas que se agravaron cuando desde Génova, durante la presidencia de Pablo Casado, se impuso al partido regional una situación de bicefalia --con Mercedes Fernández como presidenta y Teresa Mallada como candidata-- que terminó por estallar en enfrentamientos abiertos.

No sería hasta momentos muy recientes, con Alberto Núñez Feijoo al frente del partido, y Queipo como dirigente en Asturias cuando se han sentado las bases de esa reconciliación que se formalizó con la firma del pasado fin de semana en la Junta General.