El futuro de Duro Felguera se juega en Argelia: horas clave para la empresa asturiana

ASTURIAS

Representantes del grupo de ingeniería se reúnen este domingo con Sonelgaz para tratar de desatascar el proyecto de Djelfa a dos días de que finalice el preconcurso de acreedores
09 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El futuro de Duro Felguera y de los cerca de sus 1.500 trabajadores se juega en Argelia. Varios representantes del grupo de ingeniería y bienes de servicio mantendrán en la tarde de este domingo una trascendente reunión con la cúpula de Sonelgaz —la compañía energética que le reclama el pago de 413 millones de euros por la suspensión de la central térmica de ciclo combinado— para tratar de desatascar el proyecto de Djelfa (situada 300 kilómetros al sur de Argel) dos días antes de que finalice el plazo de tres meses del preconcurso de acreedores al que la firma se acogió el pasado mes de diciembre. «Pondremos todas las posibilidades encima de la mesa con el objetivo de que ambas partes puedan beneficiarse», explican fuentes conocedoras de la negociación. Se trata de un encuentro clave para la compañía asturiana, que ya entra en horas clave para resolver su futuro.
Si bien han sido varios los factores que han llevado a Duro Felguera al estado crítico en el que se encuentra actualmente, la situación se vio agravada después de que la compañía energética argelina Société Algérienne de Production de l'Electricité (SPE) —filial del grupo Sonelgaz— solicitara el pasado mes de noviembre un arbitraje por un contrato en el que reclama a la empresa asturiana una indemnización de 413 millones de euros por la suspensión de los trabajos del proyecto de la central térmica de ciclo combinado de Djelfa. Una reclamación que llegó después de que Duro Felguera anunciara en junio la suspensión de los trabajos de la central, un contrato firmado en 2014 por 544 millones de euros, «ante la necesidad de ajustarlo a la realidad concurrente». Una vez contabilizado el impacto del litigio de Djelfa, Duro Felguera registró entre enero y junio del pasado año unas pérdidas de 52,4 millones de euros, frente a los 26,3 millones que había comunicado inicialmente.
Entrada de la SEPI y capital extranjero
Antes de la entrada de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), la situación que venía arrastrada era delicada. Entre 2017 y 2020, Duro Felguera experimentó dificultades financieras debido a varios proyectos internacionales y a una elevada deuda. Unos problemas que llevaron a la empresa a buscar soluciones para estabilizar su situación económica y evitar el colapso. Fue en este punto cuando, en 2021, en mitad de la pandemia, la compañía recibió la ayuda pública de 120 millones de euros que obtuvo a través del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas (FASEE) de la SEPI, y que todavía está pendiente de devolución. Este apoyo financiero permitió a la empresa ganar tiempo mientras buscaba inversores privados —una de las condiciones impuestas para recibir la ayuda pública que pudieran aportar capital— y emprendía las gestiones para garantizar su estabilidad a largo plazo.
Fue en 2023 cuando los grupos mexicanos Prodi y Mota-Engil, acordaron conceder préstamos por valor de 90 millones de euros a Duro Felguera. Estos préstamos se desembolsaron en dos fases: la primera de 30 millones y la segunda de 60 millones. Se pactó que estos préstamos se convertirían en participaciones accionarias mediante ampliaciones de capital, lo que permitió a los inversores mexicanos tomar el control de Duro Felguera con el 54,66% del capital: un 30,77% para el Grupo Prodi y un 23,89% para Mota-Engil.
Sin embargo, la combinación de la crisis en Argelia, la falta de liquidez y la negativa de sus accionistas a inyectar más capital llevó a Duro Felguera a declararse en preconcurso de acreedores en diciembre de 2024. La compañía asturiana decidió iniciar negociaciones con sus acreedores con el fin de aprobar un plan de reestructuración que permitiera su «viabilidad futura y la conservación del mayor número de puestos de trabajo posible». Tras adoptar esa decisión, la dirección de la empresa se dirigió a la plantilla mediante una comunicación en la que trasladó que su decisión buscaba «construir un nuevo futuro para Duro Felguera», después de que «algunos proyectos deficitarios», como el de Djelfa en Argelia, hubieran «arrastrado a la compañía a una situación difícil».
Apenas dos meses más tarde, el 12 de febrero de este 2025, la SEPI exigió que se presentara un plan de reestructuración que garantizara el futuro de la compañía antes de valorar ninguna otra actuación aislada. Fuentes de la empresa controlada por los grupos mexicanos Prodi y Mota-Engil, que entre otras alternativas se plantea la posibilidad de la capitalización del préstamo por parte de la SEPI, admitieron entonces que la compañía está «muy preocupada porque el tiempo se agota», a la vez que aseguraron que se seguía trabajando en «alternativas de viabilidad». Una situación que, previo al conocimiento del viaje a Argelia, se ha visto agravada con el ultimátum de la parte portuguesa de la propiedad (Mota-Engil), confirmando que no realizará nuevas inyecciones de capital en la compañía. El consejero delegado de Mota-Engil, Carlos Mota Santos, explicó que la inversión en Duro Felguera fue concebida como una operación estratégica para Mota-Engil México, el vehículo que ostenta el 24% del capital de la empresa.
Mientras las horas se agotan, desde el Ejecutivo autonómico insisten en que siguen «muy de cerca» la situación de la empresa con el objetivo de ser «parte activa de la solución». El portavoz del Gobierno del Principado, Guillermo Peláez, señaló esta semana que se está produciendo un diálogo «al más alto nivel» entre la SEPI, el propio Gobierno del Principado y Duro Felguera, con la implicación también del Ministerio de Industria con el objetivo de hacer posible una reestructuración de la deuda de la compañía. Ahora, gran parte del futuro de la compañía pasa por las conclusiones de la reunión que tendrá lugar esta tarde en Argelia a dos días de que venza el preconcurso.