La situación de la pediatría en Asturias: «Apenas hay tiempo para cada niño»

ASTURIAS

Pediatría del HUCA
Pediatría del HUCA

La falta de pediatras disponibles, la ausencia de una bolsa de trabajo efectiva y las próximas jubilaciones afectan al sistema sanitario

02 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La pediatría en atención primaria sigue teniendo limitaciones en Asturias. Según datos de la Asociación Asturiana de Pediatría de Atención Primaria (AAPAP), la región cuenta con 128 plazas de atención primaria en Asturias, de las que 115 están cubiertas por especialistas en Pediatría, mientras que 13 siguen sin un profesional titular. Esto representa un 10 por ciento del total.

Las mayores dificultades están en las alas. Concretamente, el área VI, que corresponde al Oriente, y la II, al Occidente, son las que tienen más dificultades para atraer a especialistas. La presidenta de la AAPAP, Carolina Ruano, señala que los problemas son diferentes en los municipios centrales y en las alas. En los concejos periféricos hay, sobre todo, un problemas de cobertura de plazas, fundamentalmente porque no resultan atractivas para muchos de los pediatras. En cuanto a la zona centro, el problema es, sobre todo, la presión asistencial.

El Ministerio de Sanidad establecía recientemente un límite de 1.000 niños por cupo, pero la asociación considera que 900 es una cifra mucho más adecuada para garantizar la buena asistencia. Así las cosas, en las áreas III, IV y V, el entre el 25 y el 28 por ciento de los pediatras atienden a más de 900 niños, lo que significa que la calidad de las consultas puede verse afectada negativamente.

Es importante que el cupo no sea excesivo para que la atención se ajuste a los tiempos adecuados. Como expresaba su presidenta, la asociación solició «doce minutos por paciente para las consultas y 20 minutos en revisiones de salud, pero la realidad es que apenas hay tiempo suficiente para cada niño». Por su parte, el delegado de atención primaria del Sindicato Médico Profesional de Asturias (SIMPA), Diego Pidal, señaló que las recientes estabilizaciones de personal, que se han llevado a cabo a principios del presente año, han mejorado la cobertura de plazas en casi todo el territorio regional, aunque el problema persiste debido a que falta una bolsa de trabajo para sustituir a aquellos profesionales que, por distintas circunstancias, no puedan acudir a trabajar: «Si un pediatra titular está de baja o de permiso por maternidad, no hay un sistema que garantice su sustitución», explica. Carolina Ruano incide también en este problema: «en una situación ideal, con todo el personal trabajando, la atención es ya complicada, pero si hay bajas, la capacidad asistencial baja drásticamente».

Jubilaciones e incentivos

Otra circunstancia que se está dando es el envejecimiento de los profesionales de Pediatría de atención primaria. Y una de sus principales consecuencias es la jubilación a medio plazo de un buen número de titulares. La presidenta de la AAPAP asegura que dentro de 5 años se jubilará al menos un 23 por ciento de los pediatras, y dentro de 10, lo hará un 35 por ciento. Una de las razones de este envejecimiento está en la falta de incentivos para los jóvenes que se incorporan por primera vez a esta especialidad.

Las plazas en los hospitales les ofrecen unas condiciones, en principio, más atractivas. La situación, no obstante, parece que está cambiando. Según Diego Pidal, hasta ahora los contratos de atención primaria «no eran apetecibles; estaban como médicos eventuales, sin cupo, para lo que fuera saliendo, y eso a la gente no le gustaba; los pediatras estaban en peores condiciones que los de los hospitales, y por eso no lo elegían». Recientemente, ha habido una mejora de los contratos, lo que «favoreció que nuevos pediatras que acaban la especialidad se incorporen a la atención primaria», aunque la diferencia con los que eligen los hospitales sigue siendo considerable.

Por otra parte, según Carolina Ruano, los nuevos pediatras no tienen ocasión de conocer y valorar el trabajo en los centros de salud porque dedican poco tiempo de residencia. «Actualmente, los residentes de pediatría solo rotan en centros de salud durante dos o tres meses en sus cuatro años de formación, lo que impide que conozcan realmente esta área; nosotros pedimos que sean al menos seis meses y que el último año de especialidad pueda ampliarse voluntariamente».

En España, la tendencia de distribución de plazas de Pediatría entre los hospitales y los centros de atención se está distanciando cada vez más. Un informe del Ministerio de Sanidad sobre las necesidades de médicos especialistas señalaba que entre 2010 y 2023 las plazas de pediatría en hospitales han aumentado un 46 por ciento, mientras que en atención primaria han disminuido un 10 por ciento.

A pesar de ello, en Asturias la situación es menos crítica que en otras comunidades autónomas. Ruano destaca que «en otras regiones la falta de pediatras en atención primaria es mucho más grave». Para revertir esta situación, los pediatras piden mejoras en la estabilidad de los contratos y en las condiciones laborales. La reciente estabilización ha permitido que más pediatras elijan atención primaria, pero si no se mantiene la tendencia, la falta de especialistas volverá a ser un problema. Además, es necesario incentivar que haya pediatras para las plazas de difícil cobertura, especialmente las de las zonas más alejadas del centro.

Una cuestión importante es que los titulares se mantengan en sus plazas, para garantizar una mejor asistencia a los menores. «Los pediatras necesitan una continuidad, porque esto es algo fundamental en la atención primaria: deben conocer a la familia, a los pacientes, saber cómo es la zona y la parte sociosanitaria», sostiene Carolina Ruano. Por su parte, Pidal cree que «si la estabilización funciona y los pediatras están en sus plazas con buenas condiciones, puede haber un efecto llamada» y hacer que sean más los que elijan la atención primaria. Es fundamental que así sea para garantizar una parte de la asistencia sanitaria fundamental para mejorar la calidad de la atención en las poblaciones y, de paso, evitar que haya saturación en los hospitales.