Un estudio de la Universidad de Oviedo destaca la necesidad de estrategias para asegurar la supervivencia del castaño

La Voz OVIEDO

ASTURIAS

Pedro Álvarez Álvarez
Pedro Álvarez Álvarez Universidad de Oviedo

Expertos de diversas instituciones proponen acciones clave, como la mejora genética y la rehabilitación de ecosistemas, para afrontar los efectos del cambio climático y preservar la especie en la Península Ibérica

27 feb 2025 . Actualizado a las 12:02 h.

Un estudio en el que participan investigadores de la Universidad de Oviedo, de la Universidad de Santiago de Compostela, del Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad (Universidad de Oviedo, CSIC, Principado de Asturias), de la Universidad de Granada y la Fundación Oso Pardo ha evaluado la idoneidad del hábitat del castaño hasta el año 2100 bajo diferentes escenarios climáticos.

El trabajo, publicado en la revista Frontiers in Forest and Global Change, destaca la necesidad de estrategias de mitigación y adaptación para asegurar la supervivencia del castaño en la Península Ibérica. Entre las principales medidas recomendadas por sus autores, se encuentran la selección genética de variedades más resistentes a la sequía y a temperaturas extremas, el manejo eficiente del agua en plantaciones agroforestales, y la restauración de ecosistemas forestales degradados. «Estas acciones serán fundamentales para garantizar la sostenibilidad del castaño a largo plazo y preservar su papel en la biodiversidad y en la economía rural de muchas regiones ibéricas», ha dicho el profesor de la Universidad de Oviedo Pedro Álvarez Álvarez.

El trabajo evalúa la idoneidad del hábitat del castaño hasta el año 2100 bajo diferentes escenarios climáticos. Los resultados anticipan una tendencia a la reducción de la idoneidad del hábitat, con pérdidas más pronunciadas en las regiones mediterráneas, mientras que las zonas atlánticas presentan una mayor resiliencia. Ante esta situación, los autores del estudio destacan esa necesidad de disponer de estrategias de mitigación activas, con el objetivo de conservar la especie y promover su sostenibilidad a largo plazo.

El castaño europeo es una especie nativa de la Península Ibérica que fue inicialmente promovida por griegos y romanos debido a su alto valor alimenticio y forestal, aunque no fue hasta la Edad Media cuando su cultivo se consolidó como una práctica habitual en muchos sistemas agroforestales, ya que proporcionaba madera de alta calidad y frutos básicos para las comunidades rurales.

A lo largo de los siglos, ha mantenido un papel relevante en los ecosistemas ibéricos y en la economía local, pero el impacto del cambio climático podría poner en jaque su distribución y capacidad productiva en las próximas décadas, según ha informado la Universidad de Oviedo en una nota de prensa, informa Europa Press.