¿Es el parásito detectado en un cachorro de lobo un riesgo para la fauna en Asturias?: todo sobre la enfermedad que produce

Esther Rodríguez
Esther Rodríguez REDACCIÓN

ASTURIAS

Foto de archivo de lobos
Foto de archivo de lobos

Al animal se le tuvo que practicar la eutanasia al tratarse de una patología que no tiene cura. El veterinario Guillermo García explica cómo se desarrolla esta enfermedad y señala como prevenirla

26 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Las alarmas han saltado en el Principado. Buena parte de los asturianos están preocupados por la detección en la región de un parásito intracelular que puede llegar a provocar parálisis cerebral en los perros y abortos en las vacas. Este microscópico protozoo, conocido científicamente como Neospora caninum, fue identificado en un cachorro de lobo, al que se le tuvo que practicar la eutanasia compasiva debido a la gravedad de esta enfermedad que afecta principalmente a cánidos y ganado bovino. Pero, ¿debe realmente preocupar la presencia de esta patología en la comunidad? El veterinario Guillermo García explica cómo se desarrolla la neosporosis y señala como prevenirla.

—¿Es probable que aparezcan más casos en Asturias?

—Sí, es probable que aparezcan más casos. De hecho ya está instalada en la región desde hace años. Por ello no debe crear alarmas ya que se trata de una enfermedad parasitaria de distribución mundial, descrita por primera vez a finales de los años 80, lo que quiere decir que llevamos varias décadas conviviendo con ella. Aquí en Asturias existen las llamadas Asociaciones de Defensa Sanitaria Ganadera (ADSG) a la que se adscriben los ganaderos de forma voluntaria y en las que los veterinarios que las gestionan hacen análisis de sangre en las distintas ganaderías con periodicidad anual para mirar ciertas enfermedades en las vacas, entre ellas, la neosporosis. Es sabido que hay un porcentaje significativo de vacas afectadas por la Neospora caninum. En los perros no existen tales datos porque en la región no es una enfermedad a la que se le haga un seguimiento estricto en estos animales.

—Por tanto, no debería de preocupar que se haya detectado de manera oficial un caso de neosporosis porque no es nada nuevo

—No, más allá de la consideración que debemos darle a esta patología, como  a otras tantas con las que convivimos a diario. No hay razón para alarmarse, por lo que te comento, es una enfermedad con la que veterinarios y ganaderos llevamos lidiando desde hace años.

—¿A qué especies afecta en mayor medida la neosporosis? 

—En esta enfermedad están implicados varios hospedadores definitivos e intermediarios. Pero, por su importancia destacaremos al perro como hospedador definitivo y a la vaca como hospedador intermediario. Un hospedador definitivo es aquel en el que el parásito alcanza la etapa adulta y realiza su reproducción, mientras que un hospedador intermediario es aquel en el que el parásito completa una o más etapas de su desarrollo sin alcanzar la madurez sexual.

—¿Qué ocurre realmente cuando un animal es infectado por este parásito?

—Tenemos que volver a dirimir entre perros y vacas. En los perros hablaríamos de un cuadro neurológico en el que puede aparecer una parálisis progresiva. Afecta en mayor medida a los cánidos más jóvenes, sobre todo, a los menores de seis meses. En el caso de las vacas, hablamos de un cuadro reproductivo, caracterizado este por la presencia de abortos.

—¿Cómo se detecta la enfermedad?

—Los métodos más usados son los serológicos. En el caso del perro, la inmunofluorescencia indirecta y en la vaca la técnica ELISA para detectar anticuerpos de esta enfermedad, el resultado oficial en el vacuno se emite en el Laboratorio de Sanidad Animal ubicado en el barrio de Jove, en Gijón.

—¿Cómo se transmite esta patología entre los animales?

—Primero vamos a partir con un perro infectado con Neospora caninum. Este animal con las heces eliminaría ooquistes (equivalentes a los «huevos» de otros organismos) del parásito. Entonces, si defeca en un prado donde pastan vacas, estas ingerirían los ooquistes con el alimento y por tanto se infectarían. Ya en el interior de los bovinos tendría lugar la fase asexual del ciclo reproductivo del protozoo. A partir de ese momento lo que pasaría es que el parásito se encapsularía en el interior de quistes que se localizan en la musculatura de las vacas. Si hablamos de un perro sano, este se puede infectar si consume carne contaminada por estos quistes o por consumir restos de placenta de una vaca con neospora tras el parto. Una vez que el perro ingiere esos ooquistes, el parásito se desarrolla hasta llegar a la etapa adulta, volviendo a eliminar los  ooquistes a través de las heces. Hay además una particularidad en esta enfermedad y es que existe la transmisión vertical, por vía transplacentaria, lo que quiere decir que la madre durante la gestión puede transmitir la enfermedad a la descendencia. Una vaca positiva a neosporosis va a dar siempre hijas positivas con neospora. 

—¿Existe un tratamiento efectivo para esta enfermedad?

—No, no existe ningún tipo de tratamiento efectivo. El animal que se infecta por primera vez de Neospora caninum queda persistentemente infectado para el resto de su vida. En los perros sí que existe tratamiento paliativo de alguno de los síntomas que produce, pero no hay ningún tratamiento que elimine el parásito.

—¿Hay vacunas disponibles para intentar combatir la misma?

—No, tampoco. No existe vacuna al tratarse de una enfermedad parasitaria.

—¿Puede llegar a afectar a los humanos?

—La neosporosis podría llegar a ser una zoonosis potencial, es decir es una enfermedad que se da en los animales y que en condiciones naturales podría pasar a las personas, pero hasta ahora no se ha descrito el parásito en humanos.

—¿Qué medidas pueden tomar los ganaderos o propietarios de animales de compañía para prevenir esta enfermedad?

—Lo ideal sería hacer una analítica anual para mirar el estatus sanitario de la ganadería. En esta analítica se analizarían diversas enfermedades, entre ellas la neosporosis. El dato interesante a saber por los ganaderos es que una vaca positiva por neospora lo va a ser para el resto de su vida y todas las hijas de esa vaca también lo serán por esa transmisión transplacentaria. Más allá de que la vaca presente abortos o no, no existe otra sintomatología. No es tampoco una enfermedad que se contagie por contacto directo entre vacas pero si tenemos una vaca con neosporosis hay que tener cuidado a la hora de eliminar la placenta y restos del parto. Hay que destruirlo para evitar que los perros accedan a estos restos y por tanto continúe el ciclo. Por otra parte, los ganaderos lo tienen difícil para prevenir esta enfermedad porque no saben si sus vacas pastan en un prado donde defecó un perro infectado, siendo probable que alguna de ellas se contagie. En cuanto a los propietarios de los perros, deben evitar que animales de compañía accedan a placentas, restos de partos o a cadáveres de vacas.