Noelia Rico, experta en IA: «Los profesores deberían adaptarse más a la inteligencia artificial en vez de prohibirla»

Nel Oliveira
Nel Oliveira REDACCIÓN

ASTURIAS

Noelia Rico, profesora del área de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad de Oviedo
Noelia Rico, profesora del área de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad de Oviedo

La profesora de la Universidad de Oviedo reflexiona sobre los retos de esta tecnología a nivel docente y su implantación en el sector privado

16 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La guerra de poder entre Estados Unidos y China se ha centrado en las últimas semanas, entre muchos otros campos, en la inteligencia artificial (IA) con la batalla abierta entre ChatGPT y Deepseek. Mientras tanto, Europa se mantiene como un mero espectador ante el impacto de esta tecnología, casi más preocupada por su regulación que por su desarrollo. Noelia Rico es profesora del área de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad de Oviedo. La docente, una experta en el estudio de la inteligencia artificial, imparte formaciones sobre IA para su correcto uso en el campo de la docencia —instruyendo a otros compañeros de profesión— como para su aplicación en el sector privado. «Los profesores deberían adaptarse más a la inteligencia artificial en vez de prohibirla», reflexiona.

Rico lleva realizando investigaciones de forma activa en este campo desde hace siete años. Algunas de las conclusiones a las que ha llegado es que la aplicación efectiva de la IA en los sectores asturianos «no está nada mal». Según el último barómetro de adopción de la inteligencia artificial en las pymes españolas elaborado por IndesIA (una asociación española que promueve el uso de IA para mejorar competitividad y sostenibilidad), el Principado se sitúa como la cuarta comunidad autónoma en la que más porcentaje de empresas han adoptado esta tecnología en sus quehaceres diarios, a pesar de la baja adopción generalizada en el país. En la región ya hay un 2,34% de pymes que han adoptado la IA como herramienta más. Un ranking que encabeza la Comunidad de Madrid con un 3,19% de empresas, seguida de Navarra con un 2,71% y de País Vasco con un 2,64%. En el caso de Asturias, asegura Rico, hay «un gran ecosistema tecnológico» que se suma a la ventaja de la buena conexión entre profesionales debido al tamaño de la comunidad: «Al final nos conocemos todos».

Aunque pueda parecer un campo de estudio reciente, el de la inteligencia artificial, explica Rico, se remonta ya a finales de los años 50 del siglo pasado. «Algoritmos que se definieron hace décadas es ahora cuando se pueden aplicar gracias al desarrollo de la tecnología. Las primeras redes neuronales ya se escribieron a mediados del siglo XX», explica la profesora de la Universidad de Oviedo. Si bien el acceso masivo a nivel social es reciente, el estudio del campo lleva en funcionamiento casi 75 años, pero solo para gente especializada. «Es un poco como la música, primero se compone y después, tiempo más tarde, escucharla está al alcance de todos», compara la experta.

Retos a nivel docente y en el sector privado

La aplicación de la IA tanto en empresas como en Educación es una realidad, tanto para profesores como para alumnos. Bien utilizada, asegura Noelia Rico, se debería contemplar como una herramienta más y no como un enemigo que hiciera peligrar puestos de trabajo. «Es como cuando se pasó de hacer las cuentas a mano a utilizar Excel», compara Rico: «Es un asistente que agiliza tareas, pero siempre hay que tener la capacidad de supervisarlo». Aunque la penetración de la IA pueda parecer a simple vista que se centra más en empresas de carácter tecnológico, Rico comenta que hay hay sectores como el primario donde se está incorporando de una forma muy notable. «Ahora hay más cajeros automáticos y no por ello hay menos personal. Hay que ver la IA como una herramienta de ayuda y no como un peligro», señala la docente, asegurando que esta tecnología es aplicable, en mayor o menor medida, a todos los sectores empresariales.

En lo que respecta al ámbito educativo aún hay desafíos. «No se puede prohibir la IA, hay que adaptarse a ella», defiende Rico al respecto, explicando que ella misma «si antes pedía un trabajo de tres páginas, ahora pido una prueba oral sobre ese trabajo». Por ello, el consejo de la experta pasa por que los docentes adapten sus evaluaciones a la IA en lugar de prohibirla en clase y «poner puertas al campo». «Al final hay que adaptar las evaluaciones a las herramientas que existen para que sean lo más justas posibles», comenta. También menciona que no existe una herramienta universal para detectar el uso de IA y que, en muchas ocasiones, los exámenes bien diseñados son la mejor forma de evaluar el aprendizaje real del alumnado. «Es una herramienta que está muy bien para hacer exámenes tipo test, sobre todo para que se de opciones falsas mucho mejores de las que se le pueden ocurrir a uno», reconoce.

Sobre el futuro de la tecnología, cree que la IA avanzará hasta donde la sociedad quiera adoptarla. «Hay una gran limitación en su desarrollo, además del consumo energético que supone entrenar estos modelos», advierte: «Lo siguiente que veremos es la visión artificial con gafas, pero siempre dependerá de hasta dónde queramos aceptarlo como sociedad. Mira los libros electrónicos, que al final la gente prefiere el papel». Por otro lado, Rico denuncia que aún falta formación especializada y que muchas veces los cursos de IA los imparten personas sin un conocimiento profundo del tema.