Dos años sin carretera: los vecinos de Begega tardan 40 minutos en llegar a Belmonte en un viaje que debería durar la mitad

ASTURIAS

Los afectados anuncian movilizaciones en el caso de que no se reabra la vía, cerrada debido a un desprendimiento: «Es una situación muy injusta»
06 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La carretera de Begega, en Belmonte de Miranda, lleva cerrada cerca de dos años. Los vecinos de este pueblo y de Santa Marina, El Pontigo, Villaverde y El Ferredal se ven obligados a dar cada día un largo rodeo, de unos 20 kilómetros, para llegar a Belmonte, lo que duplica el tiempo del desplazamiento. Lo que antes del cierre de la carretera les llevaba 20 minutos, ahora les cuesta hacerlo 40.
Hace algo más de cinco años, la carretera colapsó debido a la inestabilidad del terreno, provocada en buena medida por la actividad minera. La vía discurre por un talud que está afectado por las explotaciones de la mina de oro El Valle Boinás.
En 2021, se construyó un trazado alternativo por el mismo talud, pero un año y medio después la carretera volvió a colapsar. La actividad minera ha estado provocado argayos muy a menudo, y se ha demostrado que el nuevo trazado no ha sido suficiente para prevenir los hundimientos.

Desde 2023, la carretera está cerrada, y los vecinos de la zona lo sufren como un grave inconveniente. Es el caso de José Manuel Rodríguez Álvarez, que conduce un vehículo de transporte escolar y también tiene un camión. Para él, está el inconveniente del tiempo que echa, el doble del que le llevaba, y también el gasto en gasóleo. «Hay que dar un rodeo muy grande, según el trayecto: nos perjudica mucho».
Después está el hecho de que la gente no se acerca a los pueblos, y eso también puede ir en su perjuicio. La hermana de José Manuel, sin ir más lejos, tiene un bar, «y muchos clientes dejaron de venir por el rodeo que hay que dar; es una situación muy injusta para todos los que vivimos aquí», lamenta.
A pesar de las constantes quejas de los vecinos, éstos denuncian que la administración local no ha conseguido aportar una solución. «Nos dicen una cosa y luego otra, y la realidad es que después de dos años seguimos igual».
Como alternativa, en su momento, se había planteado la posibilidad de habilitar una pista forestal de unos tres kilómetros, que podría ser un paso provisional y ayudaría mucho a los vecinos. Esta opción, sin embargo, nunca llegó a cuajar. «La pista está ahí pero no la asfaltan, no se sabe por qué: seguimos esperando», señala el vecino.
Cansados de la falta de respuestas, los vecinos están valorando iniciar movilizaciones para ejercer presión y que el problema se solucione cuanto antes. «Hablamos de hacer algo más fuerte, como cortar carreteras, porque lo que nos dijeron hasta ahora es todo humo, y así no podemos seguir», concluye.