Abuso de fritos y precocinados, pocas hortalizas...: estas son las deficiencias detectadas en menús escolares en Gijón

Manuel Noval Moro
Manuel Noval Moro REDACCIÓN

ASTURIAS

Imagen de archivo de un menor en un comedor escolar.
Imagen de archivo de un menor en un comedor escolar. PACO RODRÍGUEZ

Un documento detecta ocho incumplimientos sanitarios en las dependencias de un centro educativo de la ciudad

01 feb 2025 . Actualizado a las 11:42 h.

Las Asociaciones de Madres y Padres de los colegios públicos de Gijón denunciaban recientemente deficiencias en los menús escolares de los colegios públicos de la ciudad, basándose en un informe que pone de manifiesto un buen número de carencias.

El informe, realizado en el primer trimestre del curso actual por el Programa 16 Asturias, sostiene que se incumplen varias de las recomendaciones establecidas por la Ley de Seguridad Alimentaria.

Insuficiente consumo de hortalizas y exceso de carne roja

Los menús escolares cumplen con la recomendación de hortalizas en el primer plato, pero el informe echa de menos que se incorporen más como guarnición en los segundos. Lo que no se garantiza es el consumo diario de hortaliza cruda o fruta fresca. El número de ensaladas semanales es inferior a tres, el recomendado.

Por otro lado, el informe evidencia que existe un exceso de carne roja y procesada. Estos productos (embutidos, hamburguesas, salchichas) aparecen en el menú varias veces por semana, cuando la recomendación es que se dé tan solo una vez.

Abuso de fritos y precocinados

Por otra parte, el texto informa de un exceso de alimentos fritos y precocinados, que según las recomendaciones deberían limitarse a un máximo de tres veces al mes.

Carencias en cereales integrales y aceites saludables

El informe también echa de menos que se incluya en la dieta de los escolares, al menos una vez por semana, pasta o arroz integral, y que no se ofrezca pan integral de manera regulada. Otro punto importante es el de las grasas: nunca se utiliza aceite de oliva virgen extra para los aliños. Tampoco se incluye la sal yodada, cuyo uso es fundamental para garantizar el aporte adecuado de yodo en la alimentación infantil.

Sostenibilidad

Otro aspecto en el que hay carencias es el de la sostenibilidad. Por una parte, se incumplen los niveles mínimos recomendados de frutas y hortalizas de proximidad, que están en el 45 por ciento, y tampoco se garantizan el origen sostenible de los pescados o la presencia de productos de producción integrada y bienestar animal. Asimismo, no hay un control adecuado del desperdicio alimentario. No existe un registro de las cantidades utilizadas, las perdidas y los excedentes.

Imagen de archivo de un comedor escolar.
Imagen de archivo de un comedor escolar. Sandra Alonso

Recomendaciones para mejorar la calidad de los menús

Con base en estos datos, el informe hace varias propuestas para corregir estas deficiencias, que pasan por aumentar la presencia de hortalizas y ensaladas en el menú diario, reducir la frecuencia de carne roja y procesada, y sustituirla por carnes blancas (pollo, pavo, cordero), priorizar el uso de aceites saludables y sal yodada, incorporar más opciones de cereales integrales y limitar los productos fritos y precocinados.

Asimismo, sugiere que se establezca formación para el personal de cocina y del comedor para garantizar el cumplimiento de las normativas de alimentación saludable. Solo así se conseguirá que los escolares tengan una dieta equilibrada, variada y adecuada a sus necesidades nutricionales.

Informe sanitario en un centro

Por otra parte, el informe de una inspección realizada por la Agencia de Seguridad Alimentaria, Sanidad Ambiental y Consumo del Principado el primer trimestre del curso en un colegio de Gijón detecta hasta ocho incumplimientos de la normativa.

No obstante, se le da una calificación de «Bueno». El informe revela deficiencias en la infraestructura, en la gestión de los alimentos y en las condiciones de trabajo del personal. La mayoría son irregularidades que podrían considerarse menores: la ausencia de una separación física entre el office y el comedor, la falta de papel en el lavamanos de la cocina, la ausencia de agua caliente en los aseos de los manipuladores u oxidación en la puerta de un horno microondas.

Por otra parte, se constata que «no hay taquillas o sistema equivalente para que las empleadas de cocina y las cuidadoras de comedor guarden la ropa de calle y de trabajo adecuadamente (presencia de ropa colocada en colgadores en la zona situada entre el office y el comedor)».

El informe insta al centro a corregir todas estas irregularidades de cara a las próximas inspecciones. Sin embargo, hay una que se considera más grave y que los redactores del informe piden que se afronte de forma urgente: «No se realizan controles de todos los productos recibidos ya que no siempre hay personal en el colegio cuando llegan los productos (comidas preparadas, yogures...). Esto impide estar al tanto adecuadamente del estado de las comidas y de los envases/bandejas, etiquetado, fechas de consumo, temperatura -en su caso, etc.»

Otras irregularidades son que el aparato antiinsectos no estaba enchufado en el momento o la constatación de que «parte de los productos los entrega el propio proveedor por lo que no se podrían adoptar medidas correctoras en caso de darse incumplimientos».

El informe advierte de que si no se toman medidas para corregir estas deficiencias, podrían tomarse medidas administrativas en una futura inspección.