Los sindicatos afean a la patronal asturiana su postura sobre la reducción de la jornada laboral: «Es propia del siglo pasado»

Nel Oliveira
Nel Oliveira REDACCIÓN

ASTURIAS

María Pedreda

Yolanda Díaz elige Gijón para promocionar la reducción a 37,5 horas bajo el lema «Trabayar menos, vivir meyor»

29 ene 2025 . Actualizado a las 19:38 h.

La jornada laboral será de 37,5 horas semanales y no de las 40 que vienen siendo habituales. Así se materializará a lo largo de este año después de que el Ministerio de Trabajo y el de Economía hayan llegado a un acuerdo. Una medida que se tramitará por vía de urgencia en el Consejo de Ministros de la próxima semana. La vicepresidenta segunda y titular de la cartera de Trabajo, Yolanda Díaz, también a anunciado el acuerdo con los sindicatos para subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en 50 euros, hasta los 1.184 euros mensuales brutos en 14 pagas, a lo largo de este 2025. La noticia no ha calado de forma agradable en la patronal asturiana, desde donde aseguran que una reducción de jornada sería «una bomba de relojería» para la economía asturiana. Los sindatos, por su parte, señalan que esa postura «es propia del siglo pasado» y que genera «un discurso de miedo que no beneficia a nadie». Yolanda Díaz ha elegido Asturias para promocionar la medida. Lo hará este mismo jueves en Gijón durante un acto de Sumar en el Centro Municipal Integrado El Coto bajo el lema «Trabayar menos, vivir meyor». 

Las primeras reacciones a la reducción de la jornada laboral llegaban al Principado por parte de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE). Su presidenta, María Calvo, lamentaba que el Gobierno de España pretenda «tramitar por la vía de urgencia» el anteproyecto de ley «sin valorar el impacto que tendrá en la competitividad de las empresas y en el empleo». «En Asturias, la jornada laboral media ya es de 38,5 horas, la tercera más baja del país tras País Vasco y Navarra, y en algunos sectores ya se aplican horarios cercanos a los que propone el Gobierno», comentaba Calvo, asegurando que «otros sectores, como el comercio, la hostelería o el agrario, no pueden asumir esta reducción sin afectar gravemente su viabilidad, especialmente en un contexto en el que también enfrentan la presión de la subida del Salario Mínimo Interprofesional».

La respuesta de los sindicatos no ha tardado en llegar. Desde Comisiones Obreras (CCOO) sostienen que que las declaraciones «apocalípticas» de María Calvo «están fuera lugar». «El discurso del miedo no beneficia a nadie, y resta credibilidad a la organización que lo extiende», comentan desde el sindicato. Para CCOO el «alarmismo injustificado» de FADE «recuerda al que esgrimieron las derechas hace cuatro décadas cuando se redujo la jornada laboral en nuestro país a 40 horas semanales, y hablaban de que habría más desempleo y lastraría la competitividad. Esto no ocurrió, sino todo lo contrario. Hoy nuestro país es mucho más próspero, productivo y justo». «La reducción de la jornada laboral en España no es solo una necesidad, sino una cuestión de justicia social. Trabajar menos horas tiene un impacto positivo en la salud física y mental de las personas, reduce las tasas de absentismo y las bajas por enfermedad. Desde esta perspectiva también se ven beneficiadas las empresas. Por otra parte, y no menos importante, facilita la conciliación y es un mecanismo de igualdad de género», apuntan, recordando que otros países de la Unión Europea, como Francia, Alemania, Países Bajos, Dinamarca, y Noruega, tienen jornadas laborales inferiores a la española.

«Hemos demostrado que subiendo el salario se genera empleo»

Por su parte, desde la Unión General de Trabajadores (UGT) también claman ante la reacción de la patronal asturiana: No es de recibo que cada vez que queremos mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, desde la patronal se nos diga que es una bomba de relojería, que el país va a quebrar o que la negociación colectiva va a quebrar, porque no es verdad». «Hemos demostrado que subiendo el salario mínimo, que garantizando el poder adquisitivo de las pensiones y que poniendo en marcha un ingreso mínimo vital el país crece económicamente, que se genera empleo. Y con la reducción de la jornada pasa exactamente lo mismo», apuntan desde UGT, achacando a la patronal asturiana una «mentalidad antigua de pensar que la competitividad y la productividad de las empresas es a costa de bajos salarios y de jornadas largas de trabajo»: «Es una mentalidad propia del siglo pasado. Hoy en día la productividad de las empresas tiene que ver con el uso de las nuevas tecnologías, con el uso de la inteligencia artificial, con la eficacia en la gestión y con la organización del trabajo y sobre todo con la formación de los trabajadores».

La reacción de FADE también ha sido criticada por la Unión Sindical Obrera (USO), desde donde apoyan la reducción de jornada «ya que en líneas generales permitiría compatibilizar la conciliación de la vida laboral y personal de la persona trabajadora con un mantenimiento, y hasta podría dar posibilidad de aumentar en algún caso, la productividad de las empresas». «Tampoco queremos dar una visión reduccionista de la cuestión, y somos conscientes de que hay sectores y empresas que por su tamaño y actividad tendrán más dificultades para su implantación. Por ello, desde nuestra organización sindical, nos brindamos a prestar toda la colaboración necesaria para que este proceso se lleve a cabo con naturalidad y que las partes implicadas se vean y sientan beneficiadas. Tanto parte empresarial como trabajadora tenemos el objetivo común de que las empresas deben tener beneficios para mantener y crear más puestos de trabajo», matizan desde el sindicato, asegurando que desde la patronal «deben alejar el discurso apocalíptico»: «Creemos que lo importante para las empresas es que tengan una organización del trabajo eficaz y que aumente la productividad, y que a su vez redunde en una mayor implicación y satisfacción de las personas trabajadoras, ya que se dispondrá de más tiempos para familia, ocio y desarrollo personal, teniendo de ese modo poder dedicar el tiempo a otras actividades que podrían general más valor al conjunto de la sociedad».