La Fundación Amigó cifra en 72 las denuncias registradas de este tipo en nuestra comunidad en 2023, un 26% más que en el año anterior
27 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La violencia filio-parental, un fenómeno que se refiere a la violencia ejercida por hijos hacia sus padres, ha sido durante años un tema tabú que los padres sufrían de la puerta de casa hacia adentro pero que de un tiempo a esta parte ha empezado a ganar visibilidad. Este tipo de violencia, que puede manifestarse de diversas formas, desde agresiones físicas hasta amenazas y manipulación emocional, genera preocupación entre los profesionales de la salud mental que cada vez atienden más casos en sus consultas. Además, en Asturias, los datos de los últimos años revelan un aumento en el número de denuncias relacionadas con este problema.
La Fundación Amigó, tras analizar las diferentes memorias regionales de las Fiscalías de Menores de cada comunidad autónoma, ha publicado el informe Violencia filio-parental en España» con los datos relativos a 2023, unos datos que muestran resultados muy heterogéneos en el conjunto del país. En lo que respecta a Asturias, en el informe se cifran en 72 las denuncias registradas por agresiones de hijos a progenitores en durante 2023, lo que supone un aumento del 26% respecto a las registradas el año anterior, en 2022, cuando el total de denuncias ascendió a 57. En el conjunto del Estado, los expedientes abiertos a jóvenes por violencia filio-parental se mantuvieron por encima de los 4.000, cifra similar a la de los últimos años. En concreto, durante 2023 se registraron 4.416 procedimientos incoados a menores por este tipo de delito, frente a los 4.332 registrados durante 2022.
Los factores que contribuyen a la violencia filio-parental son diversos y complejos. En muchos casos, se relacionan con dinámicas familiares disfuncionales, donde la falta de comunicación y el conflicto constante pueden llevar a los jóvenes a expresar su frustración y enojo de manera violenta. Además, profesionales de la salud mental hacen referencia a que la pandemia de la Covid-19 ha dejado huellas profundas en la salud mental de muchos adolescentes, exacerbando problemas preexistentes y creando nuevos desafíos.
EL psicólogo clínico y escritor Miguel Silveira, especialista en intervención en conflictos familiares, corrobora que la violencia filio-parental no es un fenómeno aislado pero que, ciertamente, la dureza de tener que denunciar a un hijo hace que los padres aguanten hasta que la situación se vuelve insostenible. La vergüenza y el miedo a las repercusiones sociales pueden llevar a las familias a ocultar la situación durante mucho tiempo, lo que dificulta la intervención y el apoyo necesario para hijos y padres.
Los motivos por los que los casos de violencia filio-parental han aumentado en el Principado en los últimos años los achaca Miguel Silveira a varios aspectos. En primer lugar, señala que este tipo de violencia «se da en familias monoparentales, sobre todo cuando la madre se hace cargo del hijo, porque este percibe más debilidad en su progenitora». No obstante, el mismo añade que «la acción educativa que hay en nuestro país de sobreprotección y consentimiento» está derivando en un aumento de los casos de violencia de hijos hacia sus padres, sobre todo cuando llega la etapa de la adolescencia, ya que Miguel Silveira explica que, a la hora de ponerles límites, «los hijos tienen un bajo nivel de tolerancia a la frustración y responden atacando a los padres», una violencia que, según el psicólogo clínico, se produce «en forma de agresión física, agresión verbal o psicológica o rompiendo cosas de casa». La tercera razón por la que el experto estima que los casos de violencia filio-parental están yendo a más tiene que ver con la tecnología y el uso de aparatos como móviles, tabletas u ordenadores. «Por esto también se está dando. Violencia de los hijos contra sus madres, porque ponen límites al uso de la tecnología se generan conflictos».
Perfil de la violencia filio-parental
El informe de la Fundación Amigó, relativo a los datos de 2023, también explica las conclusiones del proyecto de investigación que la propia organización ha llevado a cabo para conocer el perfil de las personas que viven situaciones de violencia filio-parental. En la investigación han analizado diferentes factores de riesgo que influyen en la incidencia de este tipo de violencia, como son la modificación de la conducta paternal para evitar el conflicto, la no aceptación de la autoridad por parte del hijo, el maltrato psicológico y la violencia física.
Entre las conclusiones que ha extraído la Fundación de la investigación, en la que ha participado una muestra de más de 3.822 personas de todo el país, destaca que la media de edad de los hijos que ejercen violencia hacia sus padres es de 15 años y medio; que la media de edad de los progenitores es de 43 años; que en el 56% de los casos la violencia fue ejercida por los hijos y en el 44% por las hijas; que en el 30% de los casos se trata de hijos/as únicos/as; que el 49% de los hijos presentan algún tipo de adicción; o que el 32% de los hijos han sido testigos de algún tipo de violencia.