El beneficio económico del boom de visitantes que vive Asturias supone afrontar otros retos urgentes como el control de los pisos turísticos
07 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El auge del turismo, un fenómeno retomado con fuerza después de la pandemia de 2020 y que no ha dejado de crecer, también ha llegado al Principado. El lado positivo es, naturalmente, el beneficio económico que supone, la inyección de dinero al sector del turismo que a su vez tira de otros muchos como el agroalimentario y, en definitiva, en general del consumo.
El Principado es un destino turístico muy atractivo, con el añadido novedoso de que se ha constituido en «refugio climático» debido a las olas de calor cada vez más frecuentes en España. Todavía hay en el Cantábrico un clima respirable durante los meses de julio y agosto, cuando el centro y el sur del país se asfixian. Pero esto tiene su contrapartida: el surgimiento del fenómeno de los pisos turísticos, unido estrechamente al turismo, ha provocado una tremenda inflación del precio de alquiler y compra de vivienda, puesto que gracias a ese sector, la rentabilidad de los inmuebles como inversión es más alta que nunca.
Oviedo y Gijón fueron las dos ciudades que mayor subida de viviendas de uso turístico (VUT) experimentaron (85,5% y 56,4% respectivamente) de entre las 25 principales urbes españolas desde el primer trimestre del año 2023 al mismo periodo de 2024, según Exceltur, centro de análisis conformado por las firmas turísticas españolas más importantes. Las más de 5.300 viviendas en Gijón y las más de 3.300 de la capital asturiana quedan aún muy lejos de otros destinos emblemáticos como Málaga, Madrid o Barcelona, pero superan a ciudades como Santiago de Compostela (2.186), Palma de Mallorca (4.772), Ibiza (946) o Bilbao (4.187).
Entre las medidas que se han tomado desde el Principado destaca la modificación de la Ley de Turismo que refuerza el control, endurece los requisitos de las Vivivendas de Uso Turístico (VUT) y aumenta la cuantía de algunas sanciones muy graves. La reforma legislativa aprobada recoge varias limitaciones, por ejemplo, establece que las VUT deberán alquilarse íntegramente, no por habitaciones, y tendrán que cumplir requisitos de accesibilidad y sostenibilidad. Además, ningún piso sometido a régimen de protección pública o protección oficial podrá comercializarse en ese uso.
Esta actividad económica tendrá que contar con autorización expresa de las comunidades de vecinos, que podrán impedir el establecimiento de este tipo de negocios en sus edificios si así se establece en los estatutos de la comunidad o por acuerdo de la mayoría. El plazo para cumplir este requisito es de seis meses.
Lejos de las grandes ciudades asturianas, otros concejos como Ribadesella o Llanes están viviendo una saturación sin precedentes. Con un censo de menos de 14.000 habitantes, Llanes se acercó este año peligrosamente, si se cumplen las previsiones, a los 300.000 turistas. Un abono para morir de éxito con un crecimiento que no parece sostenible en ningún aspecto. El primer efecto es que ya cuesta mucho encontrar alquiler para todo el año, según se ha publicado ya varias ocasiones.
Política social
En otro orden de asuntos, las medidas en Servicios Sociales del Principado suman este año 809,5 millones, lo que implica una subida del 16,1%. El gobierno destaca la partida de 15,5 millones para fomentar el envejecimiento saludable y prevenir la fragilidad con diferentes actividades en los centros sociales y los centros de día.