Dejados atrás: la variedad de regiones vulnerables europeas y el caso de Asturias

F.S. REDACCIÓN

ASTURIAS

Un estudio analiza los problemas específicos de territorios afectados por el envejecimiento o la desindustrialización

30 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

«Todas las familias felices se parecen unas a otras, pero cada familia infeliz lo es a su manera», así empieza Tolstói su obra 'Ana Karenina' y, en cierto modo, es una valoración también útil para hablar de las regiones «rezagadas» o «dejadas atrás» dentro de la UE, porque sus circunstancias son muy diferentes y las políticas para poner freno a esa situación también requieren enfoques variados. En el caso de Asturias, más allá del declive industrial de finales del siglo pasado, se ha puesto de manifiesto el enorme barrera para el crecimiento que supone el invierno demográfico, la despoblación y el envejecimiento.

Por ejemplo es muy difícil que Asturias logre equipararse al porcentaje de población ocupada de otras comunidades porque una proporción muy elevada de sus habitantes ya es mayor y está jubilada. La comunidad a aguantado por los pelos el millón de habitantes y, desde el final de la pandemia, recibe a más personas de las que se van pero no es suficiente para atenuar el tremendo impacto del saldo vegetativo de población, porque son muchas más las personas que mueren que las que nacen.

Sobre las vulnerabilidades de estas regiones europeas se ha publicado el informe Regional varieties of ‘left-behindness’ in the EU15, tomando como base las cifras de Eurostat y que recoge que hay diferentes modelo de ser 'dejado atrás', así distingue entre territorios con declive económico y desindustrialización: Regiones que han experimentado una disminución en la actividad industrial y enfrentan desafíos económicos significativos; después territorios con declive demográfico y envejecimiento (como es el caso asturiano) y que se aplica a áreas con reducción de población y una proporción creciente de residentes de mayor edad. En tercer lugar señala a territorios con desconexión y altos niveles de pobreza: Regiones caracterizadas por aislamiento geográfico o económico y elevados índices de pobreza.

El profesor Andrés Rodríguez-Pose recogió un mapa de este modelo en su cuenta en X.

Para territorios como el modelo de Asturias se destacan problemas como que estas regiones experimentan una salida neta de población, especialmente de personas jóvenes y con mayor nivel educativo. Se da entonces un éxodo de talentos y este fenómeno no sólo reduce el tamaño de la población, sino que también disminuye el capital humano, lo que puede afectar la capacidad de la región para adaptarse económicamente y atraer nuevas inversiones.

A la par el estudio señala que aumentan las desigualdades territoriales dentro de los propios países y este proceso de migración tiende a reforzar desigualdades preexistentes entre regiones dinámicas (que reciben a los migrantes) y las rezagadas (que los pierden). De forma simultánea, el envejecimiento de la población conlleva el aumento del índice de dependencia (la proporción de personas mayores frente a la población activa) que implica una mayor carga económica y social sobre los recursos de las administraciones, locales y nacionales.

El informe enfatiza que no existe una solución única para todas las regiones 'rezagadas' y cada territorio puede experimentar combinaciones diferentes de problemas (económicos, demográficos, sociales) que requieren soluciones adaptadas al contexto local. Ante todo lo que se se destaca es que la evaluación de las comunidades afectadas de esta manera deben priorizar el contexto nacional, ya que las disparidades dentro de los países son más relevantes para los residentes que las comparaciones con estándares europeos. Esto implica que las políticas deben centrarse en cerrar las brechas dentro de cada estado por lo que apela a reforzar la autogobernanza de los territorios para diagnosticar las cuestiones propias.

Respecto al envejecimiento se trata de un fenómeno que se da de forma cada vez más intensa en todos los países conforme entran en una economía de servicios, en Asturias ocurre en grado sumo, en uno de los más intensos del mundo. Al respecto, el artículo apuesta por implementar políticas de retención y atracción de jóvenes, toda vez que el éxodo de personas jóvenes y altamente capacitadas refuerza los problemas estructurales. Así indica que se pueden explorar medidas como mejorar las oportunidades laborales locales y ofrecer incentivos para que los jóvenes se queden o regresen a la región (con inicitivas como beneficios fiscales, vivienda asequible o apoyo al emprendimiento).

Por otra parte destaca que el envejecimiento puede abordarse de forma activa, adaptando los servicios e infraestructuras para mayores y también creando oportunidades para que las personas mayores participen activamente en la comunidad y la economía.