Asturias impulsa un proyecto para convertir suelos contaminados en aptos para el cultivo

La Voz OVIEDO

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Equipo de la Universidad de Oviedo
Equipo de la Universidad de Oviedo Universidad de Oviedo

La iniciativa propone un enfoque de economía circular que combina la fitorremediación de suelos degradados con un proceso de generación de biomasa sostenible

17 dic 2024 . Actualizado a las 11:20 h.

La Universidad de Oviedo impulsa un proyecto de investigación que permitirá aprovechar suelos degradados, contaminados o salinos para convertirlos en espacios aptos para el cultivo de especies vegetales como el chopo, el abedul, el sauce o el cáñamo. El proyecto, denominado pHYBi, está vinculado en Asturias al Instituto de Recursos Naturales y Ordenación del Territorio (Indurot) de la Universidad de Oviedo, ubicado en el Campus de Mieres, informa la institución docente.

Esta iniciativa propone un enfoque de economía circular que combina la fitorremediación de suelos degradados, o incluso contaminados, con un proceso de generación de biomasa sostenible. Esta biomasa está compuesta por residuos agrícolas, forestales y cultivos no comestibles y permite la producción de biocombustibles y bioproductos sin afectar a las tierras de cultivo.

El proyecto se centra en aprovechar suelos degradados para desarrollar cultivos de distintas especies vegetales, aunque no aptos para la alimentación. El director del Indurot, José Luis Rodríguez Gallego, ha explicado que estas especies se han elegido, por ser resistentes y poder crecer en condiciones difíciles, con un doble propósito.

Por un lado, ayudan a mejorar la calidad del suelo mediante una tecnología de remediación ambiental en la que las plantas con la ayuda de los microorganismos del suelo absorben o inmovilizan contaminantes tales como metales pesados o compuestos orgánicos, y por otro la biomasa generada puede aprovecharse como un recurso renovable para obtener fibras, pigmentos y otros materiales vegetales que pueden ser utilizados por la industria textil.

La empresa española IDENER, que asume la coordinación de pHYBi, acogió en octubre en Sevilla la reunión de inicio del proyecto a la que asistieron representantes de todo el consorcio, compuesto por 11 organizaciones de 5 países europeos (España, Alemania, Francia, Italia y Croacia), informa Efe.