El descontento de repartidores asturianos con la decisión de Glovo de contratarlos: «Yo no soy falso autónomo»

Manuel Noval Moro
Manuel Noval Moro REDACCIÓN

ASTURIAS

Un repartidor de Glovo en la calle Uría de Oviedo
Un repartidor de Glovo en la calle Uría de Oviedo

«Me conecto a la aplicación cuando quiero; creo que el 95% de mis compañeros piensa como yo», asegura José María Arias Copín

07 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La empresa de reparto de comida a domicilio Glovo ha anunciado que contratará a los repartidores que trabajan para ella después de que varias sentencias fallaran en su contra y la obligaran a pagar sustanciales cantidades de dinero, al señalar que los trabajadores no se podían considerar como autónomos. Una de esas sentencias se falló en Asturias, y ha afectado a los más de 300 repartidores que trabajan para Glovo actualmente en la región. Contra lo que podría pensarse, la sentencia no ha caído demasiado bien entre los riders. Aunque no se puede hablar de unanimidad, son muchos los repartidores que no están a favor de la decisión. Muchos preferirían seguir siendo autónomos.

El argumento de las sentencias se centra en el hecho de que los trabajadores no organizan la actividad, no negocian precios y condiciones con los establecimientos a los que sirven ni tampoco reciben la retribución de los clientes finales. En suma, los tribunales sostienen que los trabajadores están sujetos a las directrices de la empresa y, por tanto, no pueden considerarse autónomos.

Uno de los portavoces de los repartidores, José María Arias Copín, considera que, no obstante estos argumentos, la relación con la empresa debería quedarse como está. Él trabaja con Glovo en Oviedo desde enero de 2020, y asegura que, como otros muchos repartidores, siempre ha mantenido su independencia. «Pagamos nuestra cuota, nuestros impuestos y utilizamos la aplicación de Glovo para trabajar; no dependemos solo de Glovo; es más, hay gente que tiene su trabajo y además se conecta a Glovo». Por esta razón, está «en contra de lo que va a suceder; yo no soy falso autónomo, soy autónomo de verdad y me conecto a la aplicación cuando quiero; creo que el 95 por ciento de mis compañeros piensan como yo».

José María Arias Copín
José María Arias Copín

Uno de esos repartidores que trabaja para Glovo y para Uber es Víctor Iván Domínguez Sánchez. Fue uno de los primeros que se inscribió en la plataforma de reparto. A su juicio, la normativa, lejos de favorecer a los repartidores, los ha perjudicado. La ley rider aprobaba en 2021 acabó con un sistema que premiaba la valoración de repartidor, la proximidad al punto de recogida y la disponibilidad. Tras esta ley, el sistema, aunque pretendía dotar de mayor independencia a los repartidores, lo que hizo fue hacer caer el precio del reparto y provocar que ganasen menos. «Hasta hace dos años se ganaba mucho más que ahora», asegura Iván Domínguez.

Él considera que debería seguir siendo autónomo, sobre todo por el hecho de que también trabaja para Uber. Si lo contratase Glovo, tendría que seguir pagando autónomos si quisiera conducir un Uber, con lo que no le compensaría. Además, «al ser asalariado, tendría que trabajar las horas que Glovo me mande trabajar; ahora trabajo con las dos plataformas; si suena Glovo, bien, y si suena Uber, también; si me sale un pedido de cada una y son compatibles, hago los dos, y si no, puedo elegir con cuál me quedo». También están las horas que dedica a la plataforma. «Si quiero, trabajo, y si no, no trabajo; si no quieres trabajar a una hora determinada, no pasa nada, ni te multan ni nada», concluye. El, actualmente, trabaja de una cuatro de la tarde y de ocho a doce de la noche, «que es cuando más dinero se saca».

Por su parte, Copín asegura igualmente que tiene toda la libertad para decir que no. «Cuando me entra un pedido, si quiero lo hago y si no quiero, no lo hago, puedo reasignarlo; somos autónomos conectados a Glovo, o a Uber, y cada uno escoge el pedido que quiere hacer».

Alexander Urueña Ortiz reparte para Glovo, también en Oviedo, desde hace dos años y medio, y está de acuerdo con la ventaja que supone la flexibilidad horaria, aunque reconoce que hay meses con menos trabajo en los que ve mermados sus ingresos. «Somos nosotros los que ponemos el horario», señala.

Víctor Iván Domínguez Sánchez
Víctor Iván Domínguez Sánchez

«Me puedo permitir ir al Tartiere»

Copín explica que trabaja solo con Glovo «porque es la que mejor paga». E insiste en que, si trabaja todos los días tiene un sueldo digno y, por otra parte, «la libertad de trabajar las horas que quieras cuando tú quieras». Por ello, se muestra frontalmente en contra de la nueva ley que estrecha la regulación de los riders que trabajan para empresas de reparto. Un buen ejemplo es que compatibiliza su trabajo con su condición de oviedista acérrimo. «Yo intento trabajar viernes, sábado y domingo por la noche, porque es cuando hay más trabajo; pero soy muy del Oviedo, y si hay partido me puedo permitir sin problema ir al Tartiere, y es lo que hago».

Aunque todavía no hay información definitiva sobre plazos, todo indica que la empresa irá aplicando poco a poco el nuevo sistema de contratación, de tal manera que los repartidores entren en plantilla paulatinamente a lo largo de 2025. Los repartidores no tienen claro que los puedan contratar a todos con un horario de 40 horas semanales, y están a la espera de cómo se vaya a aplicar el cambio.