José Luis Fernández, presidente de Autosa: «En el conjunto del grupo prevemos un crecimiento del 20%»

Para sobrevivir cinco décadas en un sector tan cambiante y especializado como el del automóvil es necesario solamente conocerlo como la palma de la mano, sino, además, ser capaz de adaptarse a sus bandazos y diferentes coyunturas. José Luis Fernández (Las Regueras, 1944), presidente de Automóviles Oviedo, Tormes Motor y Exmain, lleva cincuenta años en un segmento de actividad en el que «ser flexible, adaptarse a los tiempos» y buscar nuevos nichos de negocio son claves. Esta empresa, a mediados de la década de los 70, comenzó a comercializar vehículos y prestar servicios a un amplio nicho del mercado automovilístico desde sus instalaciones en Cerdeño. Ahora afronta el futuro con la cercanía y las «ventajas» que aporta ser una empresa familiar consolidada.

—¿Cuál es el secreto para llegar a celebrar medio siglo al pie del cañón?

—Parece que fue ayer. A veces no me lo creo. No hay ningún secreto, más allá de un trabajo continuado y con las ideas claras. Sabemos que hay adversidades, las ha habido siempre, pero ante ellas hay que trabajar con ilusión y ganas. Siempre hay oportunidades, si bien una empresa tiene que ser flexible y adaptarse a los tiempos. El pasado es historia y hay que hablar del presente y el futuro. Lo importante es tener un equipo humano que te responda y lo que el empresario hace es liderarlo y adaptarse. Es difícil, pero hoy es más sencillo.

—¿Era más fácil emprender en ese momento o ahora?

—Son momentos totalmente diferentes. Antes nos faltaban medios por todas partes y había que adaptarse a diferentes circunstancias. A medida que cambian las circunstancias del país tienes que adaptarte a eso. Ahora sigue habiendo dificultades y se exige más que antes. ¿A lo mejor de aquella se ganaba más dinero? Pues tal vez, pero tampoco lo puedo asegurar, porque en esos tiempos había una inflación galopante del 20 por ciento, por lo que el dinero valía poco y menos cada año.

—50 años dan para mucho ¿Cuáles diría que han sido los cambios más importantes que se han dado en el sector del automóvil en estas cinco décadas?

—Lo que hay que pensar siempre es en una palabra que lo resume todo en el sector: Servicio. Aquella empresa que no tenga el servicio como bandera es imposible que salga adelante. Tienes que adaptarte constantemente y hacer una inversión permanente amoldada a los tiempos. Hoy cada mecánico tiene su ordenador. Hablar de eso hace 50 años era impensable. Actualmente se repara muy poco. Es todo electrónica, equipos que se verifican, se cambia la pieza pertinente... se sustituyen piezas determinadas y así vamos trabajando. Eso es el futuro, porque si ahora te compras un coche es porque tienes esa necesidad, para trabajar y demás, y es por eso por lo que tienes que dar un gran servicio, cuando se necesita, y aportar seguridad estando al lado del cliente. Tengo la suerte de que en Autosa están mis hijos, somos una empresa familiar y todos muy cercanos, por lo que hay una comunicación muy directa, de primera mano. Y eso nos da ventajas.

—¿Y cómo han cambiado, en ese mismo contexto, los clientes?

—El cliente es mucho más exigente ahora que antes. Antes entraba mentalizado. Era todo más lento y ahora hay más rapidez. El mercado exige más. Tienes que tener una inversión muy fuerte e instalaciones muy modernas para hacer frente a los retos que existen actualmente. Creo que los avances tecnológicos y las exigencias son buenas, lo que hay que tener es cintura para adaptarse a los tiempos. Asturias es una región que va a menos, pero tenemos que vivir. Y hay oportunidades. Ahora nos metimos mucho, por ejemplo, en el campo policial y es un nicho de mercado que funciona y nos va bien.

—¿Qué cifras de crecimiento manejan en el grupo para el cierre de año?

—En el conjunto del grupo prevemos un crecimiento del 20 por ciento. Pero ahora lo que necesitamos es más mecánicos y técnicos. Es un problema muy serio que hay ahora mismo, el de la gente cualificada. Un mecánico no se hace en un día o dos, por lo que la situación ahora mismo es esa. Formar a una persona es carísimo y la administración está ayudando muy poco. No hay gente y va a menos, porque se jubila gente y no se incorpora. La administración tiene que hacer algo.

—¿Hay desconexión entre las materias que se imparten en los centros de formación y las necesidades de las empresas?

—Es evidente. Van con su libro y ese libro no va en consonancia con nosotros. Se nos escucha poco, por no decir nada, y las empresas somos el motor, el cual hay que alimentar con tecnología en la misma línea. Tu coges ahora mismo a un chaval que sale de Formación Profesional superior y no sabe nada. Entonces, las administraciones y los centros tienen que estar cerca de nosotros. Tu no puedes meter a un chaval de prácticas, porque el coste que tiene es grande y no te hace nada, a lo mejor no vale, no le gusta o se marcha a otro sitio. La enseñanza tiene que estar muy dirigida a lo que el mercado demanda. Si formamos a gente con modelos y equipos anticuados no van a aprender nada. Aquí en Asturias hay muchas escuelas buenas, pero los profesores no tienen medios y hay que dotarlos de ellos. Y el tema va a más.

—¿En qué momento se encuentra la compraventa de vehículos en Asturias?

—El comprador tiene ahora mismo grandes dudas, por ejemplo a la hora de decantarse por un coche eléctrico o de gasolina. Lo que hay que dejar claro es que el vehículo eléctrico es tendencia, pero hasta un porcentaje determinado. No es lo mismo en Madrid que en Asturias. Aquí no hay coche eléctrico en el mercado que te haga un viaje hasta Madrid, porque no tienen autonomía. Tampoco es lo mismo conducir a 20 grados que a uno bajo cero. Todo consume. Como segundo coche, el eléctrico lo veo bien, aunque también tiene su coste. El híbrido es un 'mestizaje' que te permite ir a todos los lugares y se está vendiendo. Y luego está el gasoil y la gasolina. Un cliente que va a hacer viajes largos tiene que ir al vehículo clásico. En general se está vendiendo, pero el mercado ha bajado en nuevos y ha crecido en usados. Por ejemplo, ahora muchos jóvenes en cuanto van a la universidad ya quieren un coche y hay usados buenos, muchas marcas baratas e intermedias.

—¿Qué cambios se avecinan para el sector de la compraventa de coches en el Principado de cara a los próximos años?

—En estos momentos muchos fabricantes tienen dudas, porque se habla mucho de los coches eléctricos, de hidrógeno... En estos tres, cuatro o cinco años próximos no va a haber un cambio significativo, porque las fábricas han invertido mucho dinero en los eléctricos y lo tienen que amortizar. Saldrán cosas nuevas, pero no creo que nada especialmente destacable.

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