Hasta un 72% menos de nidos: así funciona la técnica que usa «troyanos» contra la velutina

E. G. B. REDACCION

ASTURIAS

Caza e impregnación de una velutina para que actúe de troyano
Caza e impregnación de una velutina para que actúe de troyano

Un estudio pone a prueba el uso de ejemplares de la avispa invasora impregnados con insecticida en ocho concejos asturianos

08 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Hasta un 72% menos de nidos detectados de Vespa velutina en Somiedo y un 42% menos también en Belmonte de Miranda. Son dos de los ocho concejos asturianos en los que el Centro de Alerta y Control de Plagas y Especies Invasoras ponía en práctica en 2023 el uso de troyanos, ejemplares de la avispa impregnados con insecticida, para reducir el número de nidos. En concreto, se emplearon más de 5.500 avispas que, tras ser contaminadas, fueron liberadas desde diversas colmenas para que regresaran a sus nidos y los contaminaran.

Localizar los nidos de velutina en momentos clave de su ciclo biológico es precisamente una de las dificultades del control de esta avispa invasora. «Cada nido no eliminado a tiempo podría emitir un promedio de 200 nuevas reinas a hibernación, de las que sobrevivirán entre un 5 y un 10% con potencial para generar nuevos nidos al año siguiente», explican en el informe en el que los investigadores del Centro de Control de Plagas evalúan la efectividad de este método de exterminación remota de nidos.

Los resultados resultan ser «moderadamente optimistas» al conseguirse una «reducción sustancial» del número de nidos detectados respecto al año anterior, cuando no se había aplicado esta técnica ni otras parecidas, pero también se ha percibido que el efecto positivo, con menos presión de avispas, en los colmenares, tiene una duración limitada.

Nido de avispa asiática
Nido de avispa asiática

Aparte de Somiedo y Belmonte de Miranda, que fueron los concejos con el mayor número de envíos de troyanos y donde se llevó a cabo en una zona de 500 kilómetros cuadrados, la operación se llevó a cabo también en Cudillero, Ibias, Morcín, Pravia, Salas y Valdés. En todos ellos se contó con la colaboración de apicultores voluntarios. En Belmonte y Miranda, participaron todos los apicultores de ambos concejos coordinados entre sí a través de una asociación de reciente creación (APIBELSO).

Como paso previo, se impartieron cinco jornadas informativas para abordar las diferentes técnicas de atracción y captura de ejemplares, las de impregnación y el manejo de la sustancia insecticida haciendo especial hincapié en las precauciones necesarias para evitar contaminaciones accidentales.

¿En qué consiste la técnica?

Hace una década la velutina aparecía por primera vez en Asturias, en San Tirso de Abres, y desde entonces han sido numerosos los métodos puestos en práctica para combatirla. Los troyanos es la última técnica y consiste en impregnar a ejemplares de velutina con una sustancia insecticida en alguna parte del cuerpo poco crítica para su compromiso vital, de manera que pueda volver al nido y así, a base de reiteración de esta operación en muchos ejemplares, conseguir neutralizar los nidos.

En la captura de ejemplares se emplearon atrayentes basados en sustancias dulces como mezclas de zumos de frutas con bebidas alcohólicas, panales de abejas o restos de miel, basados en fermentados y también en proteínas, como restos de carnes, pescados o alimento artificial para abejas, así como la propia atracción del colmenar, que fue la técnica mayoritaria.

Así, una vez creado un flujo de ejemplares de Vespa velutina hacia esos puntos de atracción se podía inmovilizarlos con pinzas, cazamariposas o marcadores de reinas para impregnarlos con la sustancia insecticida o aprovechar instantes estáticos de la avispa para darles con cierta pericia. En la mayor parte de los casos se utilizaron cazamariposas para capturarlas mientras volaban frente a las piqueras de las colmenas.

¿Qué insecticida se emplea?

La sustancia insecticida empleada, que ya ha dejado de comercializarse en Europa, era un líquido ligeramente denso que facilitaba la impregnación de las avispas capturadas. Las cantidades son mínimas, unos 40 miligramos por avispa. El líquido se impregnó en la parte superior del abdomen con una cantidad media de 40 miligramos de producto al 9,6%.

Como la mayoría se capturaron con cazamariposas, para impregnarles el insecticidad, se las sujetaba con un guante mientras se le daba la vuelta a la red del cazamariposas. La velutina quedaba inmóvil y su cuerpo quedaba expuesto al exterior, con lo que resultaba sencillo impregnarla con el producto biocida para después soltarla de inmediato.

El estudio tiene en cuenta que va a ser necesario explorar la viabilidad de otras sustancias apropiadas para impregnar a los troyanos ante el «alto nivel de provisionalidad» de las autorizaciones de sustancias biocidas en la UE ya que se persigue la reducción paulatina del uso de insecticidas dañinos con el medio ambiente.

Los resultados

Una vez impregnados, los troyanos se liberaban desde los colmenares y, a partir de cada uno de ellos, se midió su impacto en cuatro zonas de influencia: a menos de 500 metros, entre 500 metros y 1 kilómetro, de 1 a 1,5 kilómetros y de 1,5 a 2 kilómetros. En todas bajó el número de nidos, con una disminución a medida que aumentaba la distancia.

«La eficacia es inversamente proporcional a la distancia desde el punto de emisión, no sobrepasando los 2.000 metros», se explica en el informe, que en los colmenares desde los que se liberó a los troyanos constata un patrón de descenso de la presión de la avispa y un aumento de la actividad de las abejas de forma inmediata.

Pero esta situación comienza a revertir a los 10 o 15 días. Ese «efecto positivo» del envío de troyanos tiene duración limitada y, según el informe, podría deberse a la irrupción de ejemplares de otros nidos cercanos —tras haber sido neutralizados los que acechaban en ese momento al colmenar— o a cambios de necesidades alimenticias en función de sus ciclos de cría. En todo caso, el informe constata la conveniencia de ser constantes, con envíos de troyanos cada 10 o 15 días aproximadamente, para mantener bajo control la presión de avispas y permitir así el trabajo de las abejas sin amenazas que minimicen o anulen su actividad en las colmenas desde las que se sueltan.

¿Cuándo es mejor utilizar esta técnica?

Aunque se señala habría que determinar mediante una evaluación cuándo es la época óptima para el uso de troyanos, el estudio indica que se presupone que tras la formación de los nidos secundarios se puede iniciar de forma inmediata. También se podrá mantener durante el desarrollo de los nidos. En los ensayos realizados los troyanos se enviaron a primeros de julio hasta mediados de noviembre.

En otoño, coincidiendo con la época más álgida de población en los nidos, la técnica de los troyanos puede ser válida para el control de la presión de avispa sobre los colmenares, pero sin aspirar a la neutralización de nidos.

También se explica que los costes de usar troyanos son muy reducidos en cuanto a materiales, «pero se elevan considerablemente al valorar los recursos humanos necesarios para la captura, manipulación y liberación de ejemplares impregnados, máxime cuando se recomienda realizar los envíos a últimas horas del día minimizando así las posibilidades de retorno de ejemplares impregnados de nuevo a los colmenares».

Además, se valora revisar el métdo de inmovilización de las avispas capturadas ya que existe el riesgo de aplicar fuertes presiones a las avispas en la zona de la cabeza pudiendo provocar daños en las antenas, con las consiguientes dificultades de orientación para el retorno al nido.