Un modelo con sello asturiano para predecir el riesgo de psicosis en la adolescencia

La Voz REDACCIÓN

ASTURIAS

De izquierda a derecha, Carlamarina Rodríguez Pereira, psicóloga clínica y profesora asociada; María Isabel Gutiérrez López, psicóloga clínica y profesora asociada; Daniel Fernández Lanvin, profesor titular de la Escuela Politécnica de Ingeniería; Inma Fernández, doctoranda y psicóloga general sanitaria; Ana María González Menéndez, profesora titular de Psicología; Mercedes Paino, catedrática de Psicología y coordinadora del Grupo P3; Guillermo Dylan Carbajal Aza, estudiante de máster en Ingeniería Web y personal contratado; Elena García Vega, profesora titular de Psicología; Ainoa Gartiz Martín, estudiante de máster de Psicología General Sanitaria; José Manuel Orrego Álvarez, doctor en Psicología, Fundación Vinjoy; y Óscar Vallina Fernández, psicólogo clínico, Hospital de Torrelavega (Cantabria).
De izquierda a derecha, Carlamarina Rodríguez Pereira, psicóloga clínica y profesora asociada; María Isabel Gutiérrez López, psicóloga clínica y profesora asociada; Daniel Fernández Lanvin, profesor titular de la Escuela Politécnica de Ingeniería; Inma Fernández, doctoranda y psicóloga general sanitaria; Ana María González Menéndez, profesora titular de Psicología; Mercedes Paino, catedrática de Psicología y coordinadora del Grupo P3; Guillermo Dylan Carbajal Aza, estudiante de máster en Ingeniería Web y personal contratado; Elena García Vega, profesora titular de Psicología; Ainoa Gartiz Martín, estudiante de máster de Psicología General Sanitaria; José Manuel Orrego Álvarez, doctor en Psicología, Fundación Vinjoy; y Óscar Vallina Fernández, psicólogo clínico, Hospital de Torrelavega (Cantabria). Universidad de Oviedo

El Grupo de Investigación P3-Programa de Prevención de Psicosis de la Universidad de Oviedo analiza tanto los factores ambientales como los psicopatológicos con el objetivo de avanzar en la detección rápida de los trastornos psicóticos juveniles

03 dic 2024 . Actualizado a las 11:21 h.

Un número considerable de jóvenes corre el riesgo de desarrollar un trastorno de tipo psicótico y es sabido que, una vez que aparece, puede tener importantes consecuencias personales, familiares, educativas o sociales, más allá de los elevados costes sanitarios y económicos que conlleva la patología mental grave. Identificar los mecanismos implicados en alcanzar un estado de riesgo de psicosis en la adolescencia es, por tanto, clave para poder optimizar el foco de las intervenciones psicológicas preventivas en estos estadios tempranos. Una investigación liderada por la Universidad de Oviedo ha permitido desarrollar un modelo predictivo para detectar el riesgo de desarrollar psicosis en la adolescencia. El estudio, realizado por el grupo de investigación P3-Programa de Prevención de Psicosis de la Universidad de Oviedo y el Servicio Cántabro de Salud, ha sido publicado en el Journal of Clinical Psychology, de máximo impacto en su área del conocimiento. 

Los autores del trabajo tratan de dar respuesta a la siguiente pregunta: ¿hacia dónde hay que mirar para detectar el riesgo de psicosis en la adolescencia? Mercedes Paino, catedrática del Departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo, explica que no existe una respuesta única. «La delimitación del llamado estado de alto riesgo clínico de psicosis —CHRp, por sus siglas en inglés— se caracteriza por la gran variedad de síntomas evaluados desde diferentes enfoques del riesgo y la dificultad existente para detectar los estadios clínicos más alejados del inicio del cuadro clínico», subraya. 

Los investigadores recuerdan que la mayoría de los estudios se han centrado en la detección de los llamados síntomas pseudopsicóticos o síntomas psicóticos subclínicos, tales como experiencias perceptivas anómalas (por ejemplo, «escuchar como si alguien me hablase»), suspicacia (como creer que «alguien me la tiene jurada»), o pensamiento mágico (creer en la telepatía, o la clarividencia). Contrariamente a lo que pueda pensarse, estos síntomas constituyen un fenómeno bastante común en la población general (en torno a un 5%, según estudios recientes). 

Los autores de este trabajo apuntan además que la revisión de otras investigaciones, también recientes, parece indicar que las muestras de alto riesgo clínico de psicosis podrían ser bastante heterogéneas; consisten en jóvenes con patologías mentales comunes (por ejemplo, depresión, ansiedad o consumo de cannabis), o jóvenes que hayan estado expuestos a factores de riesgo de tipo ambiental (por ejemplo, haber experimentado un trauma, o bajo estatus socioeconómico familiar), junto con esas experiencias más de tipo psicótico. El Programa de Prevención de Psicosis (P3), desarrollado en el sistema de salud pública español desde el año 2000, tiene precisamente como línea de trabajo prioritaria la investigación acerca del riesgo de psicosis temprana. 

Fila de abajo, de izquierda a derecha, José Manuel Orrego Álvarez, doctor en Psicología, Fundación Vinjoy; Inma Fernández, doctoranda y psicóloga general sanitaria; Carlamarina Rodríguez Pereira, psicóloga clínica y profesora asociada; Mercedes Paino, catedrática de Psicología y coordinadora del Grupo P3; Ana María González Menéndez, profesora titular de Psicología; Ainoa Gartiz Martín, estudiante de máster de Psicología General Sanitaria; Fila de arriba, de izquierda a derecha: Guillermo Dylan Carbajal Aza, estudiante de máster en Ingeniería Web y personal contratado; María Isabel Gutiérrez López, psicóloga clínica y profesora asociada; Elena García Vega, profesora titular de Psicología; Daniel Fernández Lanvin, profesor titular de la Escuela Politécnica de Ingeniería, y Óscar Vallina Fernández, psicólogo clínico, Hospital de Torrelavega (Cantabria).
Fila de abajo, de izquierda a derecha, José Manuel Orrego Álvarez, doctor en Psicología, Fundación Vinjoy; Inma Fernández, doctoranda y psicóloga general sanitaria; Carlamarina Rodríguez Pereira, psicóloga clínica y profesora asociada; Mercedes Paino, catedrática de Psicología y coordinadora del Grupo P3; Ana María González Menéndez, profesora titular de Psicología; Ainoa Gartiz Martín, estudiante de máster de Psicología General Sanitaria; Fila de arriba, de izquierda a derecha: Guillermo Dylan Carbajal Aza, estudiante de máster en Ingeniería Web y personal contratado; María Isabel Gutiérrez López, psicóloga clínica y profesora asociada; Elena García Vega, profesora titular de Psicología; Daniel Fernández Lanvin, profesor titular de la Escuela Politécnica de Ingeniería, y Óscar Vallina Fernández, psicólogo clínico, Hospital de Torrelavega (Cantabria). Universidad de Oviedo

Una muestra representativa de más de 1.800 adolescentes 

Los investigadores de la Universidad de Oviedo, tratando de ir un poco más allá, han desarrollado un modelo predictivo del riesgo de psicosis en la adolescencia gracias al estudio de una muestra representativa de 1.824 adolescentes de la población general, seleccionada mediante procedimiento de muestreo probabilístico por aulas, facilitado por la Consejería de Educación del Gobierno del Principado de Asturias. Los participantes tenían edades comprendidas entre los 14 y los 19 años y la distribución por sexos era de cerca de un 46% chicos y 54% chicas. La nacionalidad se utilizó como indicador indirecto del estatus migratorio, tomado como base en estudios previos. 

Diferentes test y escalas, todos ellos breves y validados, fueron utilizados para realizar un screening de experiencias y fenómenos tempranos de tipo psicótico, así como de condiciones ambientales de riesgo y medidas de otros síntomas psicopatológicos. Para la identificación de los casos de alto riesgo clínico de psicosis, los investigadores han empleado una herramienta metodológica desarrollada previamente por el mismo equipo de investigación: un algoritmo de detección de riesgo de psicosis en la adolescencia, que combina síntomas de las principales aproximaciones al riesgo clínico de psicosis. Esta herramienta permite identificar tres posibles vías de riesgo considerando la gravedad de distintos tipos de síntomas prepsicóticos:

-Vía 1: síntomas de tipo psicótico o de ultra-alto riesgo.

-Vía 2: dificultades sutiles para organizar ideas, concentrarse o comprender.

-Vía 3: alteraciones en la percepción de la propia identidad. 

En base al algoritmo, 68 casos de adolescentes (casi un 4% de la muestra, fueron identificados como de alto riesgo clínico de psicosis, y en torno a un 25% de la muestra manifestó algún tipo de síntoma de riesgo. Además, en porcentajes redondeados, el 39% de los adolescentes refirió experimentar malestar asociado a alguna experiencia traumática; en torno a un 5% indicó un bajo rendimiento académico; y casi un 3% de las familias tendrían problemas socioeconómicos. Las medidas psicopatológicas indicaron que 312 (17,6%) manifestaba síntomas depresivos y, cerca de un 25%, síntomas de ansiedad. 50 participantes (sobre un 10%) habían consumido cannabis en el último mes. 

Riesgos ambientales y psicopatológicos 

Los investigadores trataron de determinar las fuerzas de las asociaciones entre el riesgo de sufrir psicosis y las variables de tipo ambiental y psicopatológico evaluadas. «Nuestros resultados mostraron correlaciones estadísticamente significativas entre el riesgo clínico de psicosis y todos los factores de riesgo de tipo ambiental analizados, siendo la correlación más alta el trauma temprano», afirma Ana González, profesora del Departamento de Psicología. «Además, el bajo rendimiento académico y las dificultades socioeconómicas también se relacionaron con un mayor riesgo de psicosis». «Con respecto a la patología común, los distintos síntomas y procesos afectivos evaluados también mostraron asociación con el estado de riesgo clínico de psicosis», añade esta investigadora. 

A partir de estos datos, los autores del trabajo desarrollaron un modelo predictor del alto riesgo clínico de psicosis en la adolescencia. «Este modelo nos mostró que condiciones psicopatológicas comunes, como la depresión o la ansiedad, así como el uso de estrategias inadecuadas para regular las emociones, son los factores predictores más importantes, ya que explican el 22% de las diferencias observadas entre quienes presentan un alto riesgo clínico de psicosis y quienes no», explica la doctoranda Inma Fernández, también firmante del artículo. Además, factores de tipo ambiental, en especial el trauma temprano, también resultan ser un predictor significativo del riesgo de psicosis, lo que explica un 9% de la presencia de este riesgo. 

Estos resultados demuestran el papel central de los problemas psicológicos comunes, en mayor medida, pero también de los factores de riesgo ambiental, en el desarrollo de problemas graves de salud mental, incluida la psicosis, en la adolescencia. La combinación de un procedimiento de screening rápido, riguroso y actualizado focalizado en la detección de adolescentes de riesgo de psicosis, que cubra los principales modelos de detección temprana, pero también los factores emocionales y de riesgo ambiental, así como la derivación rápida de estos casos a los servicios especializados, constituirá el más eficiente y global procedimiento de prevención temprana de psicosis en los jóvenes. El grupo P3 está ahora desarrollando TEEN-P3, un prototipo Online de prevención primaria indicada de psicosis y otros trastornos mentales graves en los servicios sanitarios.