Verónica Martínez Barbero, nueva portavoz de Sumar: la asturiana que salvó miles de puestos de trabajo en pandemia con los ERTE
ASTURIAS
La coalición negoció durante dos semanas el cargo para suceder a Errejón tras las reticencias de la diputada pontevedresa
06 nov 2024 . Actualizado a las 19:31 h.La asturiana Verónica Martínez Barbero rechazó la primera llamada de Yolanda Díaz, recién ungida ministra de Trabajo en enero del 2020, para acompañarla a Madrid. Le dio dos días. La segunda vez que levantó el teléfono, la política ferrolana lanzó un argumento que no pudo rebatirle: «Vero, sé que tienen un niño pequeño, pero eres una mujer feminista y eso no puede ser una excusa». Con ese niño de entonces tres años, Martínez Barbero dejó una carrera estable al frente del Consello de Relacións Laborais para embarcarse en un proyecto que la ha llevado hoy a ser portavoz de Sumar, la tercera en lo que va de año, sucesora de Íñigo Errejón tras el escándalo que empujó a la coalición al abismo. Un puesto al que, en la primera llamada, también respondió que no.
Las reticencias eran evidentes ante un puesto que servirá a Díaz de parapeto durante la transición a la que se ve abocada Sumar después del cataclismo ocasionado por Errejón. Detrás de la decisión hay más de dos semanas de negociaciones, en las que hubo consenso en torno a la figura de Martínez Barbero por parte de todos los grupos de la coalición. La nueva portavoz reúne todos los requisitos: del círculo de confianza de la ministra, perfil técnico, cuota Sumar a pesar de la proximidad con Izquierda Unida, una importante labor desde su escaño y ser mujer, factor imprescindible para una formación feminista y cuya imagen se ha visto severamente dañada. Una de las líneas rojas que puso para acceder a asumir el cargo es seguir viviendo con un pie en Madrid y otro en Galicia, donde reside desde que tenía 25 años.
Gallega de adopción
La diputada asturiana, nacida en Gijón, es gallega de adopción. En Oviedo se licenció en Derecho, aunque ella reconoce que tendía más hacia la rama artística, y posteriormente se graduó en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad a Distancia de Madrid. Cuando terminaba la carrera en Asturias encontró la vía de la inspección, y por ella emprendió su carrera profesional. A los 25 años se mudó a Galicia tras elegir destino como inspectora de trabajo y seguridad social (ahora en excedencia) y echó raíces en Sabarís, Baiona. En el 2017 pasó a presidir el Consello Galego de Relacións Laborais, y su marcha sorprendió en la cúpula de la Xunta, no tanto por la rapidez con que tomó la decisión, sino por el destino elegido.
A Yolanda Díaz la conoció en una entrega de premios de Comisiones Obreras en Ferrol. Les presentó el responsable de industria, Víctor Ledo, y aquella fue la única vez que se habían visto. En enero del 2020, tras esa segunda llamada, se convirtió en directora del departamento de Trabajo en el Ministerio. Desde esa cartera, Díaz cimentó una imagen que la llevó a ser una de las integrantes del Gobierno mejor valoradas. Entre los éxitos, los ERTE que contribuyeron a salvar millones de puestos de trabajo y miles de empresas durante la pandemia, en los que Martínez Barbero fue «arquitecta» de su redacción; la subida del salario mínimo interprofesional; o la ley ryder.
La diputada de Baiona tuvo desde su despacho un papel determinante en los logros del Ministerio, desde el que Yolanda Díaz comenzó a construir su liderazgo, caracterizado por el consenso y la voluntad de alcanzar pactos, y cada vez más distanciado de la efervescencia de Podemos, que para miembros de la parte socialista del Ejecutivo empezaba a convertirse en un grave problema. Ese currículo la llevó a reunir una docena de formaciones de distinto ámbito político e incluso geográfico bajo el paraguas de una nueva organización que, partiendo de esa premisa de aglutinar consensos, llamó Sumar.
Consciente de que el sistema electoral premiaría solo a las provincias atlánticas, la apuesta de Yolanda Díaz fue llevar como cabeza de cartel en A Coruña a la que entonces era su mano derecha, Marta Lois, quien sería la primera portavoz de Sumar en el Congreso hasta que cesó para ser candidata en las elecciones gallegas de febrero. En Pontevedra se buscaba un perfil más relacionado con el ámbito laboral y sindical, y Martínez Barbero dio así el salto a la política institucional. Las elecciones generales resultaron ser un éxito para Sumar en Galicia, ya que con dos escaños mantuvo la cosecha de Podemos cuatro años atrás y, además, superó a un BNG que optaba a grupo propio y se quedó con un único diputado.
Desde su escaño, el trabajo de Martínez Barbero fue fundamental para la aprobación por unanimidad de la Ley ELA, también para la reclamación de la gratuidad de la AP-9, y preside la Comisión de Derechos Sociales del Congreso. Ahora, su intención es continuar defendiendo iniciativas relacionadas con Galicia, pero en el nuevo despacho se acumula una montaña de tareas. El peso de la portavocía se repartirá entre los adjuntos, pero la sucesora de Errejón lo será también en el ámbito mediático y en la coordinación de la acción parlamentaria. A pesar de ello, y de sus predecesores (ambos fuera de la política en apenas un año), la diputada asume el reto con el final de la legislatura como horizonte.
La coalición de Sumar reestructura el grupo e IU pide que se cambie el nombre
Madrid/ Gonzalo Bareño
Verónica Martínez Barbero, que asumirá sus nuevas funciones el 14 de noviembre, ya contaba desde el pasado martes con el consenso de todos los partidos que integran el grupo parlamentario. Pero su designación se aplazó para acometer una reestructuración total del grupo que se negoció ayer en una reunión de todas las fuerzas de la coalición y en otra posterior del grupo parlamentario, del que forman parte otros partidos como IU, Compromís, los comunes, Más Madrid, la Chunta Aragonesista y Més per Mallorca, en la que se aprobó el nombramiento de la portavoz.
Según el comunicado hecho público por Sumar, la decisión se adoptó por unanimidad y se ha acordado además la constitución «con método y calendario de trabajo de un espacio de coordinación en el que todas las fuerzas participen en igualdad de condiciones». En el marco de las negociaciones, Izquierda Unida reclamó a Sumar que garantice el reconocimiento de la representación de cada una las formaciones que están coaligadas. En una resolución del Consejo Federal de IU se aboga por cambiar el nombre de la coalición para que deje de confundirse con la denominación de Sumar, ya que el nombre del grupo no puede ser el mismo que el partido Movimiento Sumar dado que ello conlleva un «problema político» por la «confusión del todo con la parte».