Soledad Anllo, psicóloga de emergencias: «Hay que escuchar mucho y hablar poco; ninguna palabra puede mitigar el perderlo todo»
ASTURIAS
La asturiana, perteneciente al equipo de respuesta inmediata de Cruz Roja, explica su papel en catástrofes como la de Valencia: «La huella que quede dependerá de cada uno, pero el apoyo social hará que todo sea más fácil»
05 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.«Hay que escuchar mucho y hablar poco; ninguna palabra que se diga puede mitigar el perderlo todo». Es el mensaje de la asturiana Soledad Anllo, psicóloga del Equipo de Respuesta Inmediata en Emergencias (ERIE) de la Cruz Roja, que cuenta con más de nueve años de experiencia en la atención temprana de víctimas en catástrofes como la que se está viviendo en la Comunidad Valenciana, accidentes de tráfico, desapariciones en el mar, ahogamientos o suicidios, entre otros. Ya van siete días de la devastadora riada en el Levante español que se ha cobrado cientos de vidas. Los vecinos continúan con las labores de limpieza cuando, perfiles como el de Anllo, ya entran en juego para servir los primeros apoyos emocionales: «La huella que quede dependerá de cada uno, pero el apoyo social hará que todo sea más fácil».
Prensa, radio, televisiones o redes sociales. En todos lados se leen, ven o escuchan historias humanas estremecedoras. Vidas, cada una con sus particularidades, que se han venido abajo en un abrir y cerrar de ojos. Es por ello que una temprana atención psicológica que permita un primer apoyo emocional es tan importante en una situación como la de la Comunidad Valenciana. «Somos un equipo que atiende en los primeros momentos de la emergencia, cuando esté todo más o menos estabilizado. Es importante decir que el servicio que damos no es una terapia que se mantiene en el tiempo, yo siempre lo equiparo a unos primeros auxilios médicos», comenta Soledad Anllo.
Ahora, según explica, lo primero que necesitan los afectados es que los escuchen de una forma activa: «Hay que ver qué necesitan, no darlo por hecho». «Las pérdidas humanas son las más importantes, pero la pérdida de hogares o negocios también afecta mucho, no hay que dejarlo de lado», advierte la psicóloga asturiana, quien asegura que «no existe una varita mágica para pasar el duelo»: «La gente ahora mismo necesita hacer una ventilación emocional, contar lo que siente sin que nadie les interrumpa. Cada uno se expresa de una forma y cuenta de diferentes formas lo vivido; es importante que se escuchen a ellos mismos en voz alta». Además, apunta que ahora no es el momento de decir ciertas frases como «no llores», «tenía que pasar así» o «lo vas a superar». «A alguien que acaba de perder a sus hijos no le puedes decir que va a salir adelante porque ahora no es el momento, sino más adelante», comenta.
Todos los afectados pasarán por diferentes fases de duelo. No todas y tampoco en el mismo orden. Negación, ira, depresión o aceptación son algunas de ellas. En el caso de Anllo, al estar en los primeros momentos, suele lidiar con algunas como la negación o la ira. «Habrá personas que pasen por varias, pero al final todos pasan por aceptar las perdidas, evaluar el dolor y acostumbrarse a un mundo sin todo lo que se perdió. Lo más difícil es la pérdida humana, pero ahora mismo todo se acumula», señala Soledad Anllo, asegurando que si bien «la mayoría de la gente termina gestionando bien la situación», por otro lado «habrá un pequeño porcentaje que vaya a necesitar ayuda profesional más adelante porque no podrá con ello».
La huella que el trágico suceso deje en cada uno dependerá de muchos factores. Explica Anllo que «todo será más fácil para aquellas personas que cuenten con apoyos familiares y de amistades». Además, otros como la edad, el estilo de vida, las creencias o el tipo de emergencia también influyen en la evolución de cualquier persona implicada directamente en alguna catástrofe natural de este tipo. «Las personas que están siguiendo constantemente todo lo que está pasando podrían llegar a tener el mismo trauma que pudiera tener un bombero desplazado a la zona o alguien de emergencias. No es habitual, pero sí puede pasar», advierte la psicóloga asturiana, cuya labor profesional en el terreno termina cuando se da por finalizado el puesto de mando avanzado, en este caso situado en la localidad de Paiporta.