Alba González de la Roz, psicóloga experta en conductas adictivas: «La gran oferta de juegos de azar en España es un factor de riesgo muy importante»

María Sánchez Condado
María S. Condado REDACCIÓN

ASTURIAS

Una persona jugando a una máquina tragaperras
Una persona jugando a una máquina tragaperras Pixabay

Un 20,1% de los jóvenes de entre 14 y 18 años ha apostado al menos una vez en el último año

29 oct 2024 . Actualizado a las 09:30 h.

Este 29 de octubre, se celebra el Día Mundial sin Juego de Azar, una fecha señalada en calendario que tiene como objetivo principal concienciar de los problemas familiares, personales, sociales y económicos que puede acarrear este tipo de adicción. 

Alba González de la Roz, psicóloga especializada en conductas adictivas y docente en la Universidad de Oviedo, habla sobre la problemática que envuelve los problemas con el juego de azar en una entrevista otorgada a La Voz de Asturias. Según los datos facilitados por la especialista, los últimos informes a nivel epidemiológico realizados en España en 2023, un 49,29 % de los encuestados manifestaron haber jugado con dinero a algún juego en los últimos doce meses. Aunque, aclaran, «no todas las personas que apuestan tienen un trastorno adictivo. Se estima que un 2,01% de la población jugadora muestra algún síntoma de juego con problemas».  

Además la psicóloga asturiana fue la encargada de impartir el seminario Adicción al juego de apuestas como un problema  psicosocial, organizado el pasado 21 de octubre por los Servicios Sociales de Gijón. Según los datos facilitados por la organización, un 20,1% de los jóvenes de entre 14 y 18 años ha apostado al menos una vez en el último año, siendo esta conducta más habitual entre los hombres —27,6%— que entre las mujeres —12,6%—.

—¿Qué es la ludopatía?

—La ludopatía o juego patológico se caracteriza por un patrón de comportamiento persistente o recurrente de juego, donde la apuesta económica o el empeño de bienes es un factor distintivo. La conducta de juego se realiza para obtener un premio que depende de la ley de la probabilidad y del azar. En este caso, la persona tiene dificultades para parar la frecuencia e intensidad de los episodios de apuestas. Es lo que conocemos como falta de control. Además, siente una necesidad cada vez más fuerte de apostar mayores cantidades de dinero y en repetidas ocasiones. En definitiva, la adicción al juego de apuestas dirige la vida de la persona, impulsándola a jugar a pesar de tener consecuencias psicológicas, familiares y económicas muy grandes.

—¿Cuáles son las primeras señales de alerta para detectar que alguien de nuestro entorno cercano tiene ludopatía? 

—Los engaños y las dificultades económicas injustificadas pueden ser una señal importante. Todo ello conlleva múltiples problemas familiares o de pareja. Los cambios de humor pueden ser otra manifestación habitual en estos casos. Las personas se muestran más irascibles de lo normal en sus interacciones con los demás, sobre todo cuando se les presenta una dificultad para apostar. También es muy habitual que la vergüenza y la culpa por la conducta de juego aflore en su entorno. Sin embargo, la persona con problemas de juego suele fracasar en sus intentos de control y, normalmente, señala que «controla el juego» o que «puede dejarlo cuando quiera».

—¿Cuáles son los principales factores de riesgo? ¿Qué tipo de personas son más propensas a caer en esta adicción? 

—Los principales factores de riesgo para iniciarse en el juego son de tipo ambiental. La gran oferta de juegos de azar en España es un factor de riesgo muy importante. Existen numerosos estudios que vinculan el número de locales de juego con los problemas de ludopatía. De hecho, la ubicación de estos negocios suele aproximarse a los grupos poblacionales más desfavorecidos. 

Las loterías, las máquinas tragaperras y las apuestas deportivas son las principales actividades de juego que se relacionan con los problemas de acción. Esto no es casualidad, existen más de 100.000 locales en España con máquinas de tipo B y casi 11.800 locales de hostelería que las albergan, Además, de una gran cantidad de publicidad en las redes sociales que impacta sobre los menores y jóvenes españoles. Los mensajes publicitarios son muy persuasivos y contribuyen a la normalización del juego de apuestas. Se sirven de influencers y personajes de prestigio para transmitir la idea de que jugar merece la pena. 

Por otro lado, existen factores de riesgo individuales que no difieren de forma sustancial de los asociados a otros problemas psicológicos, como la adicción a las drogas. Entre ellos se encuentran la alta búsqueda de sensaciones, emociones intensas; la tendencia a actuar de forma precipitada, sin pensar, especialmente, ante estados emocionales negativos, que es lo que se conoce como impulsividad; o la creencia de que el conocimientos de las leyes de la probabilidad y la habilidad propia pueden ayudar a predecir y mejorar los resultados del juego. 

—¿Cómo es el proceso que se desarrolla para que una persona acabe inmersa en esta problemática?

—El proceso de la adicción tiene que ver con las propias consecuencias de la actividad. En psicología, conocemos sobradamente los mecanismos que conducen a una persona a desarrollar un problema con el juego y el hecho de experimentar consecuencias gratificantes a corto plazo es uno de ellos. Es sencillo si lo comparamos con cualquier otra conducta que realicemos en nuestra vida cotidiana: ¿Por qué abrimos el grifo todos los días para asearnos? Porque le siguen una serie de consecuencias positivas y una serie de efectos que conocemos como reforzantes o placenteros, que cumplen una función. 

Volviendo al caso del juego, el jugador disfruta, obtiene gratificación y relajación y se relaciona con otras personas. El problema es que, con el paso del tiempo, la balanza se invierte. Comienza a jugar para aliviar el impulso o el deseo de jugar, que se conoce como graving, percibe que no es suficiente con un episodio de juego y empieza a invertir más y más tiempo y dinero en jugar. Su vida gira en torno al juego y de ahí es difícil escapar. 

—¿Las personas adictas al juego son conscientes de su propio problema? Si detectamos que una persona de nuestro entorno sufre ludopatía, ¿qué podemos o qué debemos hacer?

—La mayor parte de las personas con adicción al juego son conocedoras de los problemas que les ha ocasionado en su vida. De hecho, el sufrimiento es muy evidente. Es importante acompañar a la persona con problemas de juego y plantearle cómo cree que el juego puede estar alejándole de lo que más quiere, su familia y su entorno. También es muy importante ofrecer recursos de tratamiento cuanto antes para evitar la progresión a una mayor gravedad. 

Por suerte, hoy sabemos que existen tratamientos eficaces para la adicción al juego y para otros problemas que la acompañan. En Asturias, existen distintos recursos asistenciales de tratamiento. Contamos con recursos de atención, como los grupos de autoayuda, los tratamientos en Salud Mental o las asociaciones y centro de tratamiento de drogas que, en ocasiones, también ofertan tratamiento para la adicción al juego, porque es un problema co-ocurrente habitualmente con otras acciones, sobre todo, con el alcohol. 

—¿Existe alguna diferencia entre la adicción al juego y el resto de adicciones relacionadas con el consumo de sustancias?

—La mayoría de las características son muy similares a la adicción a las drogas. Por ejemplo, la falta de control del deseo de jugar, la compulsión, el malestar cuando no se juega o las consecuencias familiares, sociales y laborales. Quizá las características distintivas de la adicción al juego de apuestas sean la propia apuesta económica, la incertidumbre y el resultado de la apuesta.

Otro factor distintivo son las creencias irracionales sobre el juego como, por ejemplo, la ilusión de control sobre las leyes del azar y la probabilidad. Muchos jugadores se entrenan y reciben formación con la esperanza de poder aumentar su destreza en el juego. Las supersticiones son también muy habituales: jugar siempre en la misma máquina o apostar a determinados números en la lotería. 

—¿Cómo es el proceso para lograr salir de esta adicción? ¿Cuáles son los mayores retos durante la rehabilitación? Y sobre todo, ¿cuál es el papel que juega la psicología en este proceso?

—El primer paso es solicitar tratamiento. En la actualidad sabemos que el único tratamiento específico y con apoyo científico para la adicción al juego con apuestas es el psicológico. Como en cualquier otra adicción, el principal reto con el que se encuentra un profesional es el manejo de la motivación y la ambivalencia propia de cualquier proceso adictivo. Por una parte, la persona debe reconocer que el juego ocupa gran parte de su vida y que puede ser importante cambiar para su familia y para él mismo y, además, para resolver las deudas pendientes. Por otro lado, debe asumir que el juego ha ocupado una parte central en su vida y que le ha proporcionado un apoyo, una compañía.

Otro reto importante durante el tratamiento es la recaída. La vuelta a los episodios de juego es habitual con el paso del tiempo, especialmente, en el primer año después de la finalización del tratamiento. Afortunadamente, los tratamientos psicológicos y las intervenciones de autoayuda contribuyen a minimizar la probabilidad de recaída. 

—¿Las personas adictas al juego de azar también experimentan esa sensación de «mono»?

—Sí. En el ámbito científico la palabra «mono» se conoce como craving, que denota un ansia o urgencia por apostar. El craving se expresa de distintas formas. Por una parte, la persona se siente invadida por pensamientos, ideas y expectativas relacionadas con el juego y la probabilidad de obtener un premio. Por otra parte, la ansiedad e irritabilidad, que aumentan ante situaciones que generan estados emocionales negativos, disparan el craving y por tanto la probabilidad de apostar. 

—¿Es posible una recaída?

El porcentaje de personas que recaen es importante y más habitual cuando no se consigue un tratamiento eficaz a cargo de profesionales sanitarios. Esto no quiere decir que sea un trastorno crónico, prueba de ella es el número tan elevado de personas con adicción al juego que se han recuperado. 

—¿Qué papel juegan los anuncios de las casas de apuestas en los casos de adicción al juego?

—La industria del juego emplea la publicidad como una forma de influir socialmente en la aceptación del juego, reelaborando su significado cultural. De hecho, algunas investigaciones sugieren que los adultos jóvenes son particularmente vulnerables a las propiedades simbólicas de los productos utilizados por la industria del juego para construir identidades sociales, de la misma manera que ha hecho la industria del tabaco y del alcohol. 

—¿Debería haber una mayor regulación de las casas de apuestas?

—Esta es una línea de acción prioritaria dentro de la prevención. Entre las estrategias más eficaces para la reducción de los problemas asociados a la adicción al juego de apuestas se encuentra la denominada prevención ambiental. Se dirige a reducir la accesibilidad y disponibilidad del juego y actúa sobre el contexto -presencial y/o online- donde ocurre el juego, disminuyendo la toma de decisiones impulsivas y reduciendo la probabilidad de la ocurrencia del juego. 

Es un error poner todo el foco en la prevención individual. Es necesario ofrecer programas de prevención universal en el contexto escolar, pero estas medidas tienen que ser complementadas con cambios en nuestro contexto. Algunos ejemplos de prevención ambiental son la regularización de la publicidad, la ubicación de las salas de apuestas y la restricción, control y supervisión del acceso de menores a plataformas online y salones de juego. 

Desde la prevención ambiental, existen algunas propuestas que persiguen la reducción de la exposición a la publicidad y que van más allá del control de los anuncios formales y sus horarios de emisión. La regulación debería abordar todas las formas de promoción y canales, ser flexible y considerar la publicidad en medios digitales, incluyendo plataformas de visualización de vídeos y redes sociales. Algunos ejemplos para la prevención podrían ser, por ejemplo, eliminar la promoción del marketing, el apoyo y la financiación de los programas educativos auspiciados por la industria.