La trampa disuasoria para el oso que inquieta a los vecinos de un pueblo de Proaza

La Voz

ASTURIAS

Trampa para osos instalada en Serandi
Trampa para osos instalada en Serandi TVE

Aún no está activada puesto que el protocolo de osos habituados establece comprobar primero que el plantígrado acude asiduamente al lugar

18 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Lleva un mes dejando huella de sus festines nocturnos por Serandi, un pueblo que no llega a la veintena de habitantes situado a pocos kilómetros de la capital de Proaza, uno de los municipios oseros de Asturias. Las incursiones del oso en el pueblo inquietan y limitan en su actividad diaria a los vecinos del lugar, que viven una especie de toque de queda nocturno por temor a toparse con el plantígrado.

Recientemente algunos de estos vecinos explicaban en TVE que solo salen para lo necesario, sin alejarse demasiado de casa por si acaso. El pasado 9 de octubre, en respuesta a estos temores, el Gobierno del Principado de Asturias instalaba en Serandi una trampa Culvert sin activar como medida disuasoria. Según explican desde la Consejería de Medio Rural, «el objetivo es comprobar, tal y como dicta el protocolo de osos habituados, si acude de manera asidua».

Interior de la trampa para osos instalada en Serandi
Interior de la trampa para osos instalada en Serandi TVE

Así, si el oso entrase de manera reiterada en la trampa se tomaría la decisión de activarla. Los osos habituados son aquellos que, de manera recurrente, entran en zonas habitadas en busca de comida y no huyen ante la presencia humana. En el caso del oso de Serandi, los vecinos ven prácticamente «imposible» que el oso entre motu proprio en la trampa, que es un remolque en forma de tubo cilindríco en el que, para atraer al plantígrado, se coloca comida.

De momento no está activada para comprobar que realmente el ejemplar que trae de cabeza a los vecinos es un oso habituado, estudiando así su comportamiento en la zona. Si la trampa estuviera activada, el remolque incorpora una puerta que se puede cerrar a distancia y en la trampa se colocarían alimentos a los que el oso esté habituado. De llevarse a cabo este protocolo consiguiendo capturar al oso, se le dormiría para comprobar su estado de salud y colocarle un collar GPS —programado para soltarse al cabo de un tiempo si el oso no se lo quita antes— que permitiera entender y adelantarse a sus movimientos, sobre todo en núcleos habitados como es el caso.

En casos similares, siguiendo el mismo protocolo de osos habituados a la presencia humana, el Gobierno asturiano había informado de que era suficiente con aplicar medidas como el lanzamiento de bolas de goma para ahuyentar a los osos en el momento en el que empiezan a comer en lugares situados en pueblos habitados, de manera que los animales asocien ambas sensaciones y no lo repitan. El de Serandi, según han contado los vecinos, ha comido fruta y ha daño, e incluso provocado la muerte, de algunos ejemplares de ganado pequeño.

Otras medidas que se vienen implementando para ahuyentar a los osos de zonas habitadas es el uso de pastores eléctricos o de contenedores de basura que no puedan abrir con sus garras.