Eduardo Dávila: «Entre los principales desafíos que enfrenta la economía global están el envejecimiento y el cambio climático»
ASTURIAS
El profesor de la Universidad de Yale e investigador del National Bureau of Economic Research (NBER), reciente ganador del Premio Fundación Banco Sabadell a la Investigación Económica, trabaja actualmente en una agenda de investigación cuyo objetivo es identificar y cuantificar los motivos por los que una intervención concreta genera ganancias y pérdidas de bienestar en economías sofisticadas
08 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Eduardo Dávila, economista, profesor de la Universidad de Yale e investigador del National Bureau of Economic Research (NBER), será reconocido hoy con el XXIII Premio Fundación Banco Sabadell a la Investigación Económica por su investigación sobre la regulación del sector financiero en un acto de entrega del galardón que tendrá lugar esta tarde en la oficina principal de Sabadell Herrero, en la calle Fruela de Oviedo. Dávila, que se define como economista vocacional, explica que el envejecimiento y el cambio climático son «los principales desafíos que enfrenta la economía global» por las importantes repercusiones que pueden tener. Así, centra su investigación en computar el impacto de las políticas que afectan a individuos de diferentes generaciones, y es que, según traslada, «la buena teoría económica se nutre del mundo real» hasta el punto que «la economía abarca cualquier decisión que tomen los individuos», y no sólo aquéllas relacionadas con el dinero o las finanzas.
—¿Qué le inspiró a dedicarse a la investigación económica y cómo ha sido su trayectoria hasta llegar a Yale y al NBER?
—Aunque pueda sonar un poco raro, soy un economista vocacional y siempre he tenido claro que quería estudiar economía, porque me gusta entender cómo toman decisiones las personas. Desde que tuve la primera oportunidad de investigar en la universidad, no dudé en que éste sería mi camino profesional. Empecé la licenciatura en economía en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, pero la terminé en la Universidad Pompeu Fabra en 2008. De ahí me marché a Estados Unidos para hacer el doctorado en economía en la Universidad de Harvard. Mi primer trabajo fue como profesor en la Universidad de Nueva York (NYU) durante cuatro años, y desde 2018 soy profesor en Yale.
—¿Qué significa para usted el reconocimiento de recibir el XXIII Premio Fundación Banco Sabadell a la Investigación Económica?
—Es un gran honor recibir este premio y formar parte de la distinguida lista de previos ganadores. Este premio refuerza mi compromiso de seguir avanzando en el entendimiento de las políticas financieras, regulatorias y macroeconómicas y sus efectos en la sociedad.
—En su opinión, ¿cuáles son los principales desafíos que enfrenta la economía global en la actualidad y cómo su investigación aborda estos problemas?
—Uno de los principales desafíos que enfrenta la economía global es el envejecimiento de la población. Este fenómeno tiene implicaciones profundas para la sostenibilidad de la deuda pública y el estado del bienestar. Otro desafío crucial es el cambio climático, cuyas repercusiones económicas pueden ser muy importantes. Parte de mi investigación está dedicada a crear un marco conceptual para computar el impacto de políticas que afectan a individuos de diferentes generaciones.
—¿Cómo se siente al trabajar en un entorno académico tan prestigioso como la Universidad de Yale y qué oportunidades le ha brindado?
—Soy muy afortunado de poder desarrollar mi trabajo en una de las mejores universidades del mundo como es la de Universidad de Yale. Por suerte, el departamento de economía dispone de muchos recursos para la investigación, pero quizás la oportunidad más importante que me ofrece Yale es la posibilidad de enseñar a alumnos extremadamente brillantes y motivados.
—¿En qué proyectos de investigación está trabajando actualmente y qué impacto espera que tenga en el campo de la economía?
—Actualmente estoy trabajando en una agenda de investigación cuyo objetivo es poder identificar y cuantificar los motivos por los que una intervención concreta (por ejemplo, un cambio impositivo, un cambio en una regulación financiera, o una subvención pública) genera ganancias y pérdidas de bienestar en economías sofisticadas, con agentes heterogéneos, estructuras productivas complejas, riesgo, incertidumbre y consideraciones intergeneracionales. Este proyecto podría tener un profundo impacto en la evaluación y el diseño de políticas de todo tipo.
—¿Qué consejo le daría a los estudiantes que aspiran a seguir una carrera en investigación económica?
—Les diría que es una carrera fascinante y muy estimulante, pero que también requiere una fuerte preparación técnica (sobre todo en matemáticas y estadística) y la habilidad de entender el mundo que nos rodea. Afortunadamente, España cuenta con varios centros de referencia en economía a nivel mundial y desde ellos es muy fácil dar el salto a Estados Unidos, en donde están las mejores universidades.
—¿Cómo ve la relación entre la teoría económica y la práctica en el mundo real? ¿Cree que hay una desconexión entre ambos?
—La relación entre la teoría económica y la práctica ha de ser simbiótica: la buena teoría económica se nutre del mundo real y, a la vez, provee nuevas perspectivas sobre él. Si alguna vez hubo cierta desconexión, éste ya no es el caso. Muchos de los avances más importantes en economía en los últimos años están centrados en la combinación de teoría y práctica.
-Por último, ¿qué le gustaría que la gente entendiera mejor sobre la economía y su importancia en la vida cotidiana?
—Es importante recalcar que la economía abarca cualquier decisión que tomen los individuos, no sólo aquéllas relacionadas con el dinero o las finanzas. También me gustaría enfatizar que la economía es única en su capacidad para ofrecer un marco riguroso para evaluar cualquier tipo de políticas y entender su impacto en la sociedad.