Más infraestructuras y ordenanzas específicas para patinetes y bicis eléctricas, las claves para que las ciudades asturianas avancen en sostenibilidad
ASTURIAS
Pedro Plasencia, experto en movilidad, recomienda que se planifique y se haga una regulación para los vehículos de movilidad personal «con visión de futuro» para evitar decisiones como la que ha tenido que tomar Madrid de prohibir el uso de los de alquiler
30 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.En mayor medida las ciudades y poco a poco en las localidades de mediano y pequeño tamaño, se van viendo día a día más vehículos de movilidad personal o, dicho de una forma menos oficial, más patinetes o bicicletas eléctricas, si bien los patinetes eléctricos están siendo los vehículos que más están cambiando la forma de moverse por las ciudades, aunque también podría decirse que es el sistema que más está revolucionando las ciudades, tanto que, como dice el experto en movilidad Pedro Plasencia, llegan «a morir de éxito».
Un ejemplo de ello puede ser Madrid, una ciudad en la que el Ayuntamiento ha decidido prohibir a partir de octubre los patinetes eléctricos de alquiler, mientras que los usuarios que dispongan de él podrán seguir usando su patinete privado. Dicha prohibición tiene que ver con la saturación del número de estos vehículos, los incumplimientos de las empresas concesionarias y también con el mal uso que quienes los alquilaban hacían de estos vehículos, bien porque los dejaban en cualquier sitio o porque eran utilizados por dos personas cuando está prohibido. No obstante, a estas razones, Pedro Plasencia también añade que, a su entender, «ha habido quizá un exceso de confianza en que las operadoras lo iban a hacer bien» y que las concesiones y la utilización de los patinetes «no se ha regulado todo lo bien que se debía haber regulado». Pero aunque esta medida que ha adoptado Madrid pueda parecer extraordinaria, el experto señala que a nivel europeo se han ido tomando acciones similares debido a problemas similares a los de la capital madrileña.
La pregunta que surge es: ¿Pueden llegar a prohibirse también los patinetes eléctricos de alquiler en las ciudades asturianas que tienen este servicio? Pedro Plasencia, como experto en movilidad sostenible, considera que en Asturias aún no se ha llegado a ese punto de descontrol o revolución con los patinetes eléctricos de alquiler que se ha dado en otras capitales de España o de Europa, aunque destaca la necesidad de mejorar en la región las infraestructuras, como carriles bici y estacionamientos, para fomentar el uso de estas nuevas formas de movilidad sostenible. En esta línea, también aboga porque pueda haber intermodalidad «para que uno en un momento dado pueda subir en un tren de cercanías o en un autobús, cosa que ahora, por ejemplo, por el tema de las baterías, en muchos sitios está prohibido», explica el mismo. A este respecto, añade que «sería muy interesante» que estuviera permitido meter un patinete eléctrico en un transporte público porque resolvería «muchos de los problemas de las ciudades medias y las ciudades grandes de movilidad, de emisiones, etc».
Entonces, partiendo de que en las ciudades asturianas «tampoco hay una buena infraestructura de carriles bici», Pedro Plasencia precisa que si cabe en Gijón la situación es «un poco mejor», pero matiza que «desde luego en Oviedo todavía hay mucho que hacer» más allá de la intermodalidad con los otros modos de transporte, como pueden ser el ferrocarril o el autobús. De todos modos, también pone el punto de mira sobre la sociedad y señala que «hay un problema de falta de concienciación de la ciudadanía de que esto es otro modelo y que se puede ir a él, pero sin etiquetas negativas. O sea, sin la etiqueta negativa de que las baterías van a estallar», y es que el mismo enfatiza que «esto suele pasar en aquellos vehículos o puede llegar a pasar en aquellos vehículos que no están homologados». Y respecto a que se dejen mal aparcados, apostilla que «yo en Oviedo, por ejemplo, no he visto ninguno mal aparcado. En general, la gente que utiliza los de alquiler suele apartarlo correctamente o, por lo menos, luego hay alguien que los aparca correctamente». Es por ello que a la pregunta planteada anteriormente, responde que «creo que está muy lejos todavía la situación de lo que ha sucedido en Madrid».
Garantías para el futuro
Dicho esto, el también profesor de la Universidad de Oviedo señala que además de impulsar infraestructuras, también se deberían impulsar ordenanzas específicas en relación a los vehículos de movilidad personal para regular ese ámbito, algo que entiende que facilitaría a las propias empresas concesionarias plantearse venir de cara al futuro, y es que «aunque ahora no hay problemas, estaríamos garantizando que en el futuro no va a haberlos», manifiesta el mismo, que no obvia que «en todo esto de la movilidad en patinetes eléctricos, en bicicletas eléctricas, somos nuevos, estamos todavía en unos primeros estadios para lo que puede ser el desarrollo de esa forma de movilidad».
«Es verdad que hay grandes ciudades en las que ya se ha avanzado, como es el caso de Vitoria o el de Sevilla, ciudades que en su momento sí que apostaron y funciona bien la bicicleta eléctrica o el patinete eléctrico», destaca Pedro Plasencia, que añade que en otros lugares, entre ellos Asturias «somos más refractarios o más conservadores en ese sentido, como si esto no fuera con nosotros», sobre lo que opina que «es un error» y que, al contrario, «lo que hay que hacer es entrar en esa dinámica, porque las ciudades evolucionan, las ciudades tienen que adaptarse a las nuevas realidades de movilidad y entonces no tiene ningún sentido no estar planteando ya redes de carril bici o de patinete».
Así, incide en que «tenemos que seguir evolucionando en la movilidad, en fórmulas sostenibles de movilidad y tener visión de futuro en la planificación de las ciudades y, sobre todo, en la redacción de ordenanzas y de legislación teniendo en cuenta el momento presente y el futuro». A modo de ejemplo, dice que «no tiene ningún sentido que ahora mismo no haya ordenanzas de cómo una concesionaria puede ocupar un espacio de una acera para poner un aparcamiento» cuando, sin embargo, está perfectamente definido cómo ocupar una acera para poner un kiosco de prensa o la terraza de establecimiento de hostelería.
Pero más allá de que los ayuntamientos regulen a través de ordenanzas la movilidad en vehículos como los citados por ser competencia municipal, y en el marco siempre de la normativa nacional de la Dirección General de Tráfico, Pedro Plasencia cree que sería una buena idea que a nivel autonómico se estableciera también una regulación que sentara las bases para el territorio y facilitara el trabajo para aquellos ayuntamientos que tienen menos recursos, siempre desde un punto de vista constructivo. «Yo creo que cuanta más facilidad haya para que el patinete y la bici eléctrica puedan cuajar, mejor. Porque va a ser mejor para todos», determina el profesor de la Universidad de Oviedo, que las medidas en pro de la movilidad sostenible serían beneficiosas e interesantes: «hasta para los más reacio sería positivo. Para todo el mundo sería interesante», apostilla.
¿Falta educación vial en nuestra cultura?
«Vas a otros países y ves este tipo de movilidad en el entorno de institutos, de las universidades, etc., es muy diferente a la que tenemos aquí», compara el experto en, que no encuentra explicación de por qué en España, en general, y el Asturias, en particular, está costando más avanzar en la movilidad sostenible. «Es verdad que Gijón ha hecho alguna cosa más que Oviedo, pero, en general, en España se ha sido más reacio a este tema. Sin embargo, no hay una razón aparente, porque no tenemos un clima peor que el de Suiza, donde hay muchas bicicletas, ni tenemos más cuestas que en ese país», plantea. Por tanto, dado que no hay una razón aparente, lo achaca a que «quizás falta una educación vial desde el principio, implantarla en nuestra cultura».
El caso es que dice que en algunas ciudades se han hecho estudios y se ha analizado cuántas bicicletas hay en los domicilios, sin entrar en el ámbito de los patinetes. «Lo que sale es que hay muchísimos domicilios en los que hay, por lo menos, una bicicleta por domicilio y en algunos sitios incluso dos», aporta Pedro Plasencia, que interpreta que que se usen poco o que se utilicen el fin de semana «no es un problema de que no haya bicicletas o que no haya una primera intención de utilizarlas, sino que lo que falta es una motivación o un interés por usarlas derivado en realidad de que no hay unas buenas infraestructuras. O sea, si no hay carril bici no vas a coger la bicicleta porque te da la sensación de que vas a tener un accidente. Ahora, si estuviese todo lleno de carriles bici, pues sería más fácil». Otro dato que aporta por estar muy estudiado es que la franja de edad entre los 25 y los 40 años tiene menos miedo a coger la bicicleta. «Quiero decir, que se acaba definiendo un usuario tipo, pero no hay una uniformidad en el sentido de que falta que todo el mundo y todas las franjas de edad y todos los sexos encuentren la seguridad que necesitan para poder utilizar la bicicleta eléctrica o el patinete», invita a reflexionar Pedro Plasencia, experto en movilidad sostenible.